La opinión de

El historiador chileno Benjamín Subercaseaux explica su Geografía

“Es más fácil escribir un libro que tratar de explicarlo. En verdad, las geografías no necesitan de un prólogo para ser entendidas, y esta precaución es de rigor solamente en aquellos libros que salen un tanto del marco habitual”, afirma Benjamín Subercaseaux en su obra Chile o una loca geografía, Editorial Universitaria, 6ª edición, Santiago de Chile, abril de 1988. Obra que fue publicada originalmente por ‘Empresa Ercilla, S.A.’, 1940, siendo esta sexta edición de Editorial Universitaria correspondiente a la 19ª edición de la misma.

Las estrofas del ‘Himno Galego’ de Eduardo Pondal

El segundo “estadio” del “Himno Gallego” –el poema ‘Os Pinos’ del bardo Eduardo Pondal– está dedicado a los hermanos de Portugal, con una mención de Luiz de Camoens, el perenne autor de Os Lusíadas, la epopeya lusitana, que él poseía entre sus amados clásicos: “Os bos fillos do Luso/ nos vosos sons, ¡oh pinos!/ len os outros destinos,/ cun ardoroso afán,/ len nos rudos acentos/ do vate lusitano,/ no verbo soberano,/ dos fillos de Breogán”. Y el tercer “estadio”, la preocupación por los emigrados, quienes “peregrinan” y que, en una versión, son “dispersos”, en la variante que solicita sean liberados de los adversos destinos: “Xuntos, ceos, sostede/ ós celtas, que, a millares,/ por terras e por mares, peregrinando van:/ facede que se cumpran/ nos fortes peregrinos,/ os futuros destinos/ da raza de Breogán”.

La poetisa Gabriela Mistral y Benjamín Subercaseaux, en Chile

“Yo no sé que haya un empleo mejor de nuestras potencias que decir el terrón natal: cuando escribimos en la América con pretensiones de universalidad, suele parecerme un vagabundaje sin sentido, un desperdicio de la fuerza y un engaño infantil de nuestras vanidades criollas”, escribe la perenne poetisa y premio Nobel de Literatura (1945) Gabriela Mistral en ‘Contadores de patrias’, el prólogo del libro Chile o una loca geografía, editorial Universitaria, Santiago de Chile, 6ª edición, mes de abril, 1988, cuyo autor es Benjamín Subercaseaux. Imprescindible obra que originalmente fue publicada por ‘Empresa Ercilla, S.A.’ en 1940. Esta sexta edición de editorial Universitaria corresponde a la décimonovena edición de la misma.

La Naturaleza en el ‘Himno Galego’ de Eduardo Pondal

El vate de Ponteceso Eduardo Pondal no deseaba escribir para el ‘Himno Galego’ una página débil y lacrimosa. Lo expresó varias veces: por una parte, “e pois eu aborrezo os vulgares propósitos”; por otra, “non lle cantes cantos brandos pra adormecer ó rapaz”. Incluso en el propio ‘Himno’ lo sostendría: “Estima non se alcanza/ cun vil xemido brando…”. Frecuentes son en sus versos caracteres de poesía civil, también hímnica. Recordemos: “Honrados e duros, e fortes galegos…”. O bien: “Boandanza, saúde, raza de Breogán”, que nos muestra un desarrollo afín al de ‘Os Pinos’, además sobre idénticos motivos.

Arequipa y la “eterna primavera”

Anochece y, a lo lejos, sólo podemos columbrar el nevado relieve de los tres montes tutelares: el Chachani, el Misti y el Pichu-Pichu. De repente, he aquí la Villa Hermosa de Arequipa, de enorme resonancia en toda la historia del Perú, cuyo nombre se ha coronado por las acciones de su talante, el límpido frescor de su campiña y las gracias de su envidiable clima. Mas, ¿cuáles fueron los primeros pobladores que se establecieron en este lugar? Se estima que, cuando Mayta Cápac llegó hasta aquí, no halló habitantes reunidos sino tan sólo campesinos dispersos. Él fue, pues, el primero en fundar verdaderos pueblos en la región. “A la caída del Imperio Incaico, el valle de Arequipa no perturbó la aventura de las imaginaciones de los españoles –nos revela el historiador peruano Aurelio Miró-Quesada–. Pasaron por allí aunque sin detenerse. Así parece que cruzaron (seguramente más hacia el lado del mar) los compañeros de Ruy Díaz, al naufragar su nave en Pisco y tener que seguir por tierra en su viaje hacia Chile. Por allí también pasó Diego de Almagro, al regresar de la Nueva Toledo por la noticia de la sublevación del Inca Manco”.

Aspectos históricos del ‘Himno Galego’

“Pascual Veiga quedou noxado, despois do certame, e dimitiu da dirección do Orfeón coruñés, e morreu no 1906, fóra da sú Terra”, escribe el admirado profesor y literato Xosé Fernando Filgueira Valverde, eximio pontevedrés, en su insoslayable estudio O Himno galego. Da “Marcha do Reino de Galicia” a “Os Pinos” de Veiga e Pondal, publicado por ‘Caixa de Pontevedra’, Pontevedra, 1991. En verdad que es preciso recordar cómo este músico entregó a Galicia dos de las obras más sobresalientes del siglo XIX. La realidad es que fue vilipendiado por eruditos y rivales: unos porque los temas eran escogidos de este o de aquel “gaiteiro”; otros, porque no eran del todo populares: que si su gran coral estaba inspirada en una “ladaíña” coruñesa del señor Peralta, hasta el extremo de discutir acerca de la paternidad del “Himno”.

La ciudad peruana de Puno y las andanzas del Conde de Lemos

Los aconteceres de la ciudad peruana de Puno dan comienzo en la segunda mitad del siglo XVII, cuando llegó a la región don Pedro Antonio Fernández de Castro, esto es, el célebre Conde de Lemos y Virrey del Perú, a fin de reprimir las revueltas y conjurar las insubordinaciones de los Salcedo, propietarios de las prósperas minas de Laycacota. “Hasta entonces –me comenta el señor Aurelio Miró-Quesada–, Puno era sólo un asiento pequeño, tendido, como otros tantos, en la ribera del Lago Titicaca, y cuyas modestas habitaciones se cubrían con techos altos y pesados de paja, para protegerse del viento y el frío cortante de la puna, el conocido ‘mal de altura”.

El ‘Himno’ gallego: Eduardo Pondal y Pascual Veiga

“A música do que compuxo Pérez Camino supónse do 1860 e leva verbas de M. Barros: ‘Erte, escoita, Galicia adorada/ dos teus fillos o dóce cantar’. Andrés Muruáis dou letra para dous: un de Felipe Paz Carvajal (‘Irmáns, con entusiasmo/ cantemos a Galicia’) e outro de Piñeiro, que semella feito para a Exposición de Pontevedra: ‘Coroadas de loureiro/ hoxe as testas vemos xa’. Varela Silvari fixo un con letra de Emilia Calé e outro máis sobre a poesía de Galo Salinas: ‘Ou, Galicia, erguida a túa testa/ e da groria por vredas de honor,/ conquerindo loureiros que a cingan/ xunta ás filas da soeva rexión’, que foi adoptado pola ‘Junta de Defensa de Galicia’, e que, como o de Francisco R. Núñez, do que logo falaremos, procede xa do concurso de 1890”, nos explica el inefable e ilustre profesor, siempre presente, Xosé Fernando Filgueira Valverde, en su estudio O Himno Galego. Da ‘Marcha do Reino de Galicia’ a ‘Os Pinos’ de Veiga e Pondal, publicado por ‘Caixa de Pontevedra’, Pontevedra, 1991.

El puerto de El Callao y el origen de su nombre

El puerto de El Callao y el origen de su nombre

 

“El Callao tiene una playa pedregosa, con guijarros grises o negruzcos que golpean con ruido seco cada vez que se retiran las olas –nos recuerda el inefable historiador peruano Aurelio Miró-Quesada–. Éste es, precisamente, el origen del nombre”. Pues, en verdad, Callao no proviene de la lengua “yunga” de la costa, como nos indicó Jiménez de la Espada, siguiendo la estela del señor Montesinos, quien, a su parecer, “callao” significaba “cardero”, el que hace cardas. Tampoco procede de la lengua “quéchua”: “callu” o “callu-o”, esto es, lugar de lengua de tierra. Ni de “calla”, costa, como supuso Mideendorf. Tampoco Callao y chalaco tienen su origen en las voces “aimaras”: “challua”, costa o pescado, y “challua-haque”, es decir, hombre de costa, tal como estimó el señor Torres Saldamando. Acaso más lógica es otra derivación de la lengua “yunga” de la costa: “xllac” o “shallak-o”, que significa hombre de mar, a juicio de Benvenutto Murrieta.

‘O Himno Galego’, la ‘Marcha Real’ y su música

“Polo que dí á garda e honores militares, no 1685, diante dos Pazos do Concello de A Coruña, rendíunos unha ‘Compañía de la Guardia’, con ‘Bandera alboreada’. Xa no 1697 consta que a bandeira se abatía tres veces. Os escribanos anotaban, con moito mimo, estas incidencias: o ano en que só se abatíu unha vez; cando, por acordo previo, non se renderan honores; cando se renderan dúas veces, e cómo os señores deputados, saúdan á bandeira ‘con la urbanidad de sacar los sombreros’ e correspondían ademáis ós saúdos dos espontóns”, leemos en las páginas de la monografía O Himno Galego. Da “Marcha do Reino de Galicia” a “Os Pinos” de Veiga e Pondal, Caixa de Pontevedra, 1991, escrita por el nunca olvidado Xosé Fernando Filgueira Valverde, el insigne “petrucio” –junto con Ramón Otero Pedrayo– de las Letras Galegas.

Abancay, la gozosa flor peruana en el reposo

“Abancay es una población tranquila y recogida, con casas de colores claros y calles que se tienden a la caricia blanda de un clima templado y agradable –nos describe el reconocido historiador...

‘O Himno Galego’, un estudio del profesor Filgueira Valverde

“Dou resposta ós amigos que inquiren datos sobre a ‘Marcha Real’ de Galicia. Digo o pouco que sei: os eruditos da Coruña poderán aportar outros pormenores”, escribía el recordado profesor ensayista y literato Xosé Fernando Filgueira Valverde en su monografía O Himno Galego (Da “Marcha do Reino de Galicia” a “Os Pinos” de Veiga e Pondal), Caixa de Pontevedra, 1991. Porque, en efecto, la melodía da “Marcha” se la había enseñado un afamado “gaiteiro” coruñés al viejo y “petrucial” Lugrís Freire, quien la anotó e hizo una armonización Pilar Castillo. “Déronme a copia en abril de 1924 –señala el profesor Filgueira–. Nos anos de 1930 podía ser escoitada en Lugo, á entrada na Catedral da representación do Antigo Reino, para a Ofrenda do Corpus, na única ocasión en que a Xunta tornaba a cobrar vida, por unhas horas, en turno das sete cidades”.

Chiclayo y la palabra de don Florentino

“Tenemos un ambiente suave, tranquilo, muy sosegado, sin la aspereza grandiosa de la Sierra, sin la fecundidad de la Selva o Montaña –me revela don Florentino, mientras su esposa doña Elsa, asiente y sonríe–, pues la Costa ofrece panoramas que pasan por lo general inadvertidos para los ojos duros, pero que siempre han de seducir a los poetas”. En el departamento peruano de Lambayeque, en Chiclayo, entre la perlada neblina y el presentido rumor de las olas que se van a tender sobre la playa, observamos dunas y cercos, adormecidos puertos, valles feraces pero breves. ¿Y cómo es?  Tres hallazgos de infinitud: los arenales, la niebla y, de fondo, “el soplo denso, perfumado del mar”.

La ‘Ruta’ del Padre Sarmiento, “el origen de todos los Caminos”

“El 19 de julio de 1745 salí de Pontevedra a Santiago rodeando todo el Salnés”, así se iniciaba el peregrinaje de Pedro Xosé Balboa –conocido, empero, como Fray Martín Sarmiento, monje benedictino–, quien anheló comprender la importancia de palpar, recuperar y salvaguardar las hermosas tradiciones así como la cultura popular gallega. Viaje a Galicia, pues, documenta aquel peregrinaje que llevó a término, a través de la comarca del Salnés, el cual ha inspirado esta asombrosa ‘Ruta’ que, si lo deseamos, podemos, asimismo, realizar casi tres siglos después.

Lima, la “Ciudad de los Reyes”

Recordemos que los conquistadores españoles, cuando alcanzaron la costa, no se quedaron, empero, fijos allá. Tras cierto tiempo en San Gallán, el capitán Francisco Pizarro volvió a experimentar en seguida la necesidad de buscar un emplazamiento más favorable. “Se diría que, sin él suponerlo, era la voz del oráculo del Rímac lo que lo estaba envolviendo en su llamada”, escribió el prestigioso historiador peruano Aurelio Miró-Quesada en su exhaustiva obra Costa, sierra y montaña, publicada en ‘Revista de Occidente’, colección ‘Cimas de América’, Madrid, 1969.

Imagen y publicidad de las aguas de Mondariz Balneario

“En mayo de 1915 aparece la revista mensual ilustrada Mondariz suplemento de La Temporada, publicada, como ya era habitual, en la imprenta de ‘Sucesores de Ribadeneyra’, en Madrid. La revista nace a iniciativa de Enrique Peinador Vela, según la revista Nós, como un nuevo ‘acto de afirmación galeguista’ que, haciendo propaganda de las cosas y problemas de Galicia, demostraba cómo la personalidad de su pueblo se acusaba en su capacidad de creación espiritual. La primera página de la publicación resumía en su propósito: ‘Podíamos condensar en una sola frase los móviles que nos guían para dar a la estampa la obra, cuyo primer fascículo llega ahora a vosotros, lectores. Con decir que queremos hacer patria, saldríamos del paso”, leemos en las páginas escritas por la ensayista e historiadora Yolanda Pérez Sánchez en la perla bibliográfica que es Buvette, ‘Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S. A.’, 2008.

Lima, la ciudad “que habla”

Descartando lo que pueda existir de imaginación en la bella versión del Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales (Lisboa 1609), hemos de evocar siempre el relato acerca del señorío de Lima como un símbolo de la fusión amorosa de la costa y sierra de las civilizaciones preincaicas con el vigoroso Imperio de los Incas, al igual que de la tradición espiritual con el desarrollo material y los nuevos conceptos sociales y políticos que, desde entonces, han podido llegarle de fuera.

‘Guías’ y publicaciones del Balneario de Mondariz

“En el ‘Álbum Guía’ no faltan los tópicos de la corriente artística del Romanticismo de fines del siglo XIX: desde el paisaje que prevalece en las descripciones (ruinas, montañas, lagos) hasta la inclusión de leyendas locales o la alusión al carácter de los lugareños. Todo ello, además de un estudio sobre las aguas del catedrático de química de la Universidad de Madrid, el doctor Carracido (profesor de química Biológica de la Universidad de Madrid). Asimismo, una página ilustrada en honor del gran vate portugués Luiz de Camões, puesto que el ‘Álbum Guía’ se hizo para obsequiar a los asistentes al Congreso en Lisboa, donde la prensa lo valora como ‘un medio de propaganda, verdadeiramente ‘yankee’, dispendioso e arrojado”, nos recuerda la historiadora Yolanda Pérez Sánchez en su clarividente estudio publicado en la primorosa obra Buvette, ‘Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A.’, 2008.

Los ‘Comentarios Reales’ del Inca Garcilaso

Si bien en Chayacalca –la actual Magdalena– se hallaba, presente la sede religiosa en el santuario de Pachacámac, el centro oficial, en el valle de Lima se agrupaban no pocos poblados y cultivos. Una casi al lado de otra, se alzaban las “huacas” rituales. En muchos lugares siguen siendo visibles esos montículos que, desde lejos, semejaran colinas naturales. En ocasiones, como en la “huaca” Juliana o Pugliana, se propagan a través de 300 metros, elevándose varias veces la estatura de un hombre. Las “huacas” se distribuían por los cuatro puntos cardinales del valle.

El ‘Álbum Guía’ del Balneario de Mondariz

“El ‘Álbum Guía’ comienza con una amplia descripción del ‘Gran Hotel’, recién inaugurado, e información diversa acerca de los servicios del ‘Establecimiento’, así como de las vías de llegada a Mondariz y las principales características de los alrededores; además, incluye varios artículos de carácter científico sobre las aguas y algunas citas del ‘Álbum de Honor’ del ‘Establecimiento’ que recogen las impresiones personales sobre Galicia y el establecimiento de algunos de sus más ilustres agüistas”, leemos en las doctas y hermosas páginas del libro Buvette –“Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A.”–, cuya autoría responde a la ensayista e historiadora Yolanda Pérez Sánchez.