La opinión de

Africanas, obra de Carla Fibla y Javier Fariñas

“Me siento muy honrada por la solicitud de escribir un prólogo a este precioso libro que narra las hazañas de mujeres africanas que dan ejemplo de la capacidad de transformación de la que África es capaz; una transformación que demuestra claramente que es un continente del futuro y que está en proceso de levantar la cabeza. Las mujeres de las que se cuentan sus hazañas en este libro han tenido el coraje de arremangarse e involucrarse en diferentes oficios para demostrar que las africanas tienen un lugar en la construcción del continente y, al mismo tiempo, juegan un papel muy importante en la construcción de un mundo mejor”, escribe Victoire Ingabike, economista y política ruandesa, quien vive en arresto domiciliario en Kigali desde 2018, tras pasar seis de los 15 años de prisión a los que fue condenada por el delito de ‘ideología del genocidio’. Palabras escritas en el ‘Prólogo’ de la obra Africanas, editorial ‘Mundo Negro’, Madrid, 2024, cuyos autores son Carla Fibla García-Sala y Javier Fariñas Martín, con ilustraciones de Tina Ramos Ekongo.

Los hermanos Peinador, el ‘galleguismo’ y Ramón Cabanillas

“En la década de 1910, As Irmandades da Fala, creadas en A Coruña en 1916, reivindican, con la colaboración del periódico A Nosa Terra, el uso y recuperación de la lengua gallega y la necesidad de independizar la economía gallega de la que Peña Novo consideraba ‘colonización’ de la española. En 1920 nace la revista Nós, controladada por Risco, Otero Pedrayo, López Cuevillas y otros jóvenes escritores como Castelao –que será su director artístico–, integrantes del llamado grupo Nós, principales dinamizadores de la cultura e identidad gallegas en los años de la década de 1920. Frente al marcado carácter político de A Nosa Terra, los temas centrales de la revista Nós eran la literatura, la etnografía y la arqueología”, escribe la ensayista e historiadora Yolanda Pérez Sánchez, autora del texto perteneciente al tan bello como riguroso libro Buvette, ‘Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A.”, 2008.

Poemas Humanos, última obra del poeta peruano César Vallejo

Tras la honda oscuridad, la desgracia y la constante ceguera de los hombres que se nos revela en Los Heraldos Negros como en Trilce, el poeta peruano César Vallejo persigue, a través de las obras postreras, una nítida conciencia de sus orígenes y causas. Evoquemos cómo aquel “fósforo y fósforo en la oscuridad” mostrará las proporciones de un incendio “demasiado humano”, pues toda su esencia arderá semejante a una “zarza sin quemarse”: “Al pie del frío incendio en que me acabo”. He aquí la “alienación” humana, la “deshumanización” dentro de una historia más que social, de raíz natural. Una geografía “inhumana” que el propio Vallejo asume en primera persona durante todo el tiempo.

La cultura y la política gallega en el Balneario de Mondariz

“La actividad de los hermanos Peinador debe incluirse en el ambiente de la Pontevedra decimonónica, que era entonces uno de los principales focos de la política, la cultura y la intelectualidad gallega. La relación de los Peinador con el círculo pontevedrés propició, sin duda, su preocupación por el desarrollo de la cultura gallega, así como por la recuperación y conservación de sus tradiciones. La vinculación de los hermanos con el ambiente cultural y político del galleguismo se pone de manifiesto desde los primeros años y será continuado por Enrique Peinador Lines, en quien recae la dirección del ‘Establecimiento’ en 1907”, señala Yolanda Pérez Sánchez, la autora del texto histórico correspondiente al tan primoroso como documentado libro ‘Buvette’, ‘Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S. A.”, 2008.

‘Trilce’, el segundo libro del poeta peruano César Vallejo

El poeta peruano César Vallejo –a los cuatro años de publicado el libro Los Heraldos Negros, en 1918, con dedicatoria de un ejemplar enviado a sus amigos en Trujillo, en 1919– da a la imprenta Trilce acrecentando su humanidad y poesía. Presentes se hallan los dramas de su propio hogar. Apoyándose en esos manantiales de su existencia, el libro Trilce nos brinda un rosetón verbal, pleno de inéditos estadios semánticos que desembocan en las aristas de un poliedro generoso en ángulos secos y acres. He aquí una arborescente metáfora: áspero amor que, no obstante, florece.

La escena política de Guatemala y Miguel Ángel Asturias

El Señor Presidente, que Miguel Ángel Asturias publica en 1946, rebasa y supera las precedentes acerca de la tiranía de un dictador en América Latina. La descripción de los efectos corruptores de la dictadura de Estrada Cabrera sobre el tejido social de su país, Guatemala, ejemplariza en el momento de su publicación lo que está sucediendo en tantos países sudamericanos. En 1853 se publica Amalia, del argentino José Mármol, primera novela que fustiga la tiranía dictatorial. El ejemplo ha de multiplicarse: las obras del colombiano Vargas Vila abundan en el mismo sentido. En El Cabito, el venezolano denuncia al dictador Cipriano Castro. El ecuatoriano Gerardo Gallegos se eleva en El puño del amo contra el dictador Juan Vicente Gómez, sucesor de Castro en el poder”, escribe el poeta y ensayista español Luis López Álvarez en Conversaciones con Miguel Ángel Asturias, Colección ‘Novelas y Cuentos’, Editorial Magisterio Español, S.A., Madrid, 1974.

Mondariz y los planes urbanísticos de Antonio Palacios

“La urbanización y ajardinamiento de la zona, así como la construcción de edificios diferenciados de su entorno, provoca una admiración que pronto se convierte en uno de los lugares comunes de las crónicas de los viajeros que conocen la historia del Balneario: ‘Troncoso, olvidada aldea de miserables viviendas veinte años hace, convertida hoy por arte mágica en un pueblo, con edificaciones modernas, alegre y bonito, y con más humos, o, si se quiere, gases, que la capital de su Ayuntamiento’. Consciente de ser un centro dinamizador de su entorno, fomenta su imagen de núcleo diferenciado, irradiador de civilización, que se expande y toma entidad”, leemos en las páginas de Buvette, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008. Magnífica obra conmemorativa cuyo admirable texto histórico y documental corresponde a la ensayista Yolanda Pérez Sánchez, acompañada de antiguas imágenes fotográficas y grabados, con la colaboración de Enrique Touriño y la Fundación ‘Mondariz Balneario’.

‘Hombres de maíz’ y ‘Mulata de tal’, de Miguel Ángel Asturias

“Sí, en Hombres de maíz, en Mulata de tal, encontramos el realismo mágico que, efectivamente, en un relato, va en dos planos: un plano de la realidad y un plano de lo irreal. Pero el indígena, cuando habla de lo irreal, da tal cantidad de detalles de su sueño, de su alucinación, que todos esos detalles convergen para hacer más real el sueño y la alucinación que la realidad misma. Es decir, que no puede hablarse de este realismo mágico sin pensar en la mentalidad primitiva del indio, en su manera de apreciar las cosas de la naturaleza y en sus profundas creencias ancestrales”, afirma el poeta y novelista guatemalteco Miguel Ángel Asturias –premio ‘Nobel’ de 1967 y de quien se cumplen cincuenta años de su fallecimiento en Madrid–, en el libro Conversaciones, escrito por el poeta español Luis López Álvarez y publicado en la colección ‘Novelas y Cuentos’, editorial Magisterio Español, S.A., Madrid, 1974.

El ‘Gran Hotel’ de Mondariz y otros proyectos

“El célebre ‘médico Rodríguez’ –José Rodríguez Martínez, miembro del grupo de republicanos federalistas liderados por el abogado pontevedrés Alfredo Vicenti– en la dedicatoria que deja en el ‘Álbum de Honor’ del ‘Establecimiento’ balneario en 1898, tras alabar el buen trabajo de Enrique Peinador, se refiere a su hermano como ‘mi queridísimo, el idealista Ramón, íntimo, fraternal, correligionario, espíritu abierto a todas las grandezas y generosidades, confidente y acompañante’. Tras la muerte de Enrique Peinador, su propiedad pasa a su viuda, Avelina Lines, y a sus tres hijos. Ramón Peinador Vela sólo tuvo una hija, Isidora, casada con Vicente Riestra Calderón, segundo hijo de los marqueses de Riestra, quien, desde la muerte de su padre en 1929, será copropietario del Balneario de Mondariz, junto a su tía y sus tres primos”, nos recuerda Yolanda Pérez Sánchez, autora del texto histórico perteneciente al tan hermoso como documentado libro Buvette, Fundación ‘Mondariz Balneario’, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

Miguel Ángel Asturias, la palabra de ‘El Señor Presidente’

“Entre los indios existe una creencia en el ‘Gran Lengua’, el vocero de la tribu. Y en cierto modo es lo que he sido: el vocero de mi tribu”, confesó el inmarcesible poeta y narrador guatemalteco Miguel Ángel Asturias, premio ‘Nobel’ de 1967. He aquí su novela El Señor Presidente, conservada como una reliquia mediante la primera edición en Editorial Ediansa, México, 1946. Después vendrían las ediciones –la 2ª y la 3ª– en la Editorial Losada, Buenos Aires, 1948 y la de 1952. Traducida al francés –Premio Internacional del Libro Francés, París, 1952–, además de al sueco y alemán, italiano y portugués, fue recibida como insólita “obra maestra”. Acerca de ella se llegaron a escribir monografías y tesis en las Universidades de París y Salamanca, Santiago de Chile y Moscú. En la Revista Esprit –París, julio de 1953– expresó Gabriel Venaisin: “Dudo que novela alguna haya logrado crear un ambiente de mayor asfixia. Pero lo milagroso en este libro es haber partido de este universo para alcanzar otra cosa. Asturias inventa un lenguaje de libertad total”.

Miguel Ángel Asturias y el pueblo de los Mayas

“Mi querido amigo: le doy las gracias por haberme dado a leer estas ‘Leyendas de Guatemala’ del señor Miguel Ángel Asturias. Como escritor tiene suerte, porque la traducción de su trabajo es deleitable, por lo tanto, excelente; es decir, bella, pero fiel. Una buena traducción tiene las virtudes de una esposa romana: egregia coniux. En cuanto a las leyendas, me han dejado traspuesto. Nada me ha parecido más extraño –quiero decir más extraño a mi espíritu, a mi facultad de alcanzar lo inesperado– que estas historias-sueños-poemas donde se confunden graciosamente las creencias, los cuentos y todas las edades de un pueblo de orden compuesto, todos los productos ‘capitosos’ de una tierra poderosa y siempre convulsa”, leemos en la carta que el célebre poeta francés Paul Valéry escribió al señor Francis de Miomandre.

Los hermanos Peinador Vela, ‘pioneros’ del Balneario de Mondariz

“La versión más fidedigna acerca del descubrimiento de las aguas termales de Mondariz es la que consigna el médico-director del Balneario, Isidro Pondal, en la ‘memoria anual’ de 1877, según la cual Enrique Peinador descubre el manantial de Gándara en 1872 durante uno de sus recorridos por la cuenca hidrográfica de la comarca, acompañado de un ingeniero, probablemente el ingeniero de minas Isidro Sebastián Buceta. El 22 de febrero de 1873 el abogado Ramón Peinador, hermano de Enrique, solicita permiso para la creación de un ‘establecimiento termal’ en el terreno de su propiedad, donde brotaba el manantial de Gándara, así como la concesión del conocido manantial de Troncoso, a orillas del Tea, cuyas aguas poseían las mismas propiedades. Las aguas de los dos manantiales son declaradas ‘de utilidad pública’ por decreto del Gobierno de la República el 16 de junio de 1873, a petición de los hermanos Peinador”, leemos en las admirables páginas escritas por Yolanda Pérez Sánchez –autora del texto histórico– en el esmerado y documentado libro cuyo título es Buvette. Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

La magia del laurel en la mitología afrocubana

“El laurel –en lucumí, ‘Igginile itiri’; en congo, ‘Ocereké’–, habitáculo de ‘orishas’, ‘Egguns’ y ‘nfumbes’, es fundamental para los ‘mayomberos’ padres y madres, y para los iniciados en la ‘Regla de Ocha’; en sus ramas, tronco y raíces viven espíritus de todo tipo en buena lid. Los ‘mayomberos’ dicen: ‘debajo del laurel, yo tengo mi confianza’. Que quiere decir: cualquier obra que se haga en las raíces del laurel, dará siempre resultado. Algunos padres y madres, los más viejos, le ponen entre sus raíces un pedazo de espejo, el ‘vititi’, y con ellos y a su sagrada sombra vaticinan el futuro, el pasado y el presente de una persona. Antiguamente, cuando se ‘rayaba’ a un padre, éste dormía bajo el laurel durante 7 días. Esto no sólo era una prueba sino que la persona recibía también todo el poder de fuerzas concentradas en este árbol mágico”, afirma la afamada etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui en su tan hermosa como imprescindible obra Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997.

Los hermanos Peinador: las fuentes de Gándara y Troncoso

“Los agüistas alojados en el Gran Hotel tomaban su primer vaso de agua en la fuente de Gándara, y ‘paseaban las aguas’, como solía decirse, para tomar el segundo vaso en la de Troncoso, la más popular en los inicios del Balneario por ser la más antigua y la que dio origen a la fama de Mondariz. Un accidentado camino unía los 800 metros que separan ambas fuentes hasta la remodelación de Troncoso, en la primera década del siglo XX, que incluyó notables mejoras en el paseo que la unía al Establecimiento”, asevera la ensayista Yolanda Pérez Sánchez, autora del texto histórico perteneciente al nunca bien admirado libro Buvette, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

El álamo y el jagüey: leyendas de Cuba

“El álamo de gamas verdes en sus hojas es el más querido del ‘orisha’ Changó; se usa en su ‘omiero’, y en el asiento del Santo. En el momento en que Changó tiene esos arranques de cólera en que todo lo destroza, se le ofrece y se apacigua con sus hojas. Cuando ‘Atandá’ tocó los sagrados ‘Batá’, por primera vez, se ‘tañeron’ a la sombra de un gran álamo y con la anuencia de Changó. Con sus hojas se adornan los tronos de Changó y en su batea se le pone como un gran manto, cubriéndolo para gran satisfacción del ‘orisha’. Al carnero que se le sacrifica se le da de comer hojas de él y, si las come a gusto, da su autorización para ofrecer su sangre. El álamo recoge la peor de las brujerías, es depurativo y milagroso. Y en polvo –‘afaché’ y ‘afoché’– para bien o para mal, es muy efectivo”, describe la reconocida etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui, con fotografías de Emilio Reyes Pérez, en su concienzuda obra Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997.

El pabellón de Gándara: un proyecto de Palacios y Otamendi

“En estos años iniciales del siglo XX las publicaciones del Balneario sientan uno de los pilares sobre los que pivotará su imaginario, apoyándose en la dimensión mítica de las fuentes termales y que se seguirá desarrollando en el futuro: el carácter sagrado de las aguas. Si la estructura inicial de la fuente de Gándara aludía a una imagen primaria o ‘telúrica’, la construcción de la marquesina y la verja establece una equivalencia entre el espacio que alberga las aguas medicinales y un recinto sagrado. ‘Es digna de mención la reja que aisla el recinto donde surge la fuente de Gándara, reja que por su elegante porte parece hermana de cualquiera de las mejores de las cuales se ufanan las iglesias de Compostela, o bien que el agua de Mondariz tiene algo de sagrada. No en vano la designó en categoría inmediata a ‘la del bautismo y a la bendita’ (Un notable escritor, agradecido a sus salutíferos efectos), afirmaba Las aguas de Mondariz. Álbum-Guía (1899)”, escribe con rigor Yolanda Pérez Sánchez, responsable del texto histórico de la magna obra Buvette, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

La ‘palma real’ y su magia, en el paisaje cubano

“La palma real, majestuosa, concede al paisaje cubano su encanto escultórico, coronada por el penacho de los reyes con su verde esmeralda. Forma parte del paisaje típico de nuestra campiña y es habitáculo del dios de dioses, ‘Changó Obayé’, quien, desde sus copas, todo lo observa, todo lo ve, ‘vigilante’, como diría la sabia investigadora Lydia Cabrera en su obra El Monte (página 220): ‘El rey del mundo que se viste de punzó, el negro prieto y bonito que come candela, el dios del fuego, desde la vara afilada y trémula de la palmera que se eleva al cielo, dispara sus flechas a la tierra’. Todos los africanos o sus descendientes están de acuerdo con que las ofrendas a ‘Changó’ deberán ser depositadas en las raíces de este sagrado árbol: los racimos de plátanos, el ‘amalá’, es decir, harina de maíz, cruda o cocinada, los amarres, los despojos, las ‘rogaciones de cabeza’, en fin, todo el mundo mágico de las creencias populares”, asevera la reconocida etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui en las páginas de su documentado estudio Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997.