Opinión

Miguel Ángel Asturias, la palabra de ‘El Señor Presidente’

“Entre los indios existe una creencia en el ‘Gran Lengua’, el vocero de la tribu. Y en cierto modo es lo que he sido: el vocero de mi tribu”, confesó el inmarcesible poeta y narrador guatemalteco Miguel Ángel Asturias, premio ‘Nobel’ de 1967. He aquí su novela El Señor Presidente, conservada como una reliquia mediante la primera edición en Editorial Ediansa, México, 1946. Después vendrían las ediciones –la 2ª y la 3ª– en la Editorial Losada, Buenos Aires, 1948 y la de 1952. Traducida al francés –Premio Internacional del Libro Francés, París, 1952–, además de al sueco y alemán, italiano y portugués, fue recibida como insólita “obra maestra”. Acerca de ella se llegaron a escribir monografías y tesis en las Universidades de París y Salamanca, Santiago de Chile y Moscú. En la Revista Esprit –París, julio de 1953– expresó Gabriel Venaisin: “Dudo que novela alguna haya logrado crear un ambiente de mayor asfixia. Pero lo milagroso en este libro es haber partido de este universo para alcanzar otra cosa. Asturias inventa un lenguaje de libertad total”.

Miguel Ángel Asturias, la palabra de ‘El Señor Presidente’

“Partiendo de un mundo envenenado, no hay un solo instante en que no nos sintamos proyectados hacia al cielo y las estrellas –prosigue Gabriel Venaisin–, conducidos hacia el espacio, empujados hacia la libertad desde una realidad en que la libertad muere a cada instante”. Asimismo, aparecida la edición italiana, el crítico de Gazzetta di Milano –18, septiembre de 1958– escribe: “En el trágico contraste entre la lilial y exaltada pureza del amor de ‘Cara de Ángel’ y ‘Camila’, y la oscura tiniebla de la dictadura reside el íntimo núcleo poético de esta obra. Su mérito está en haber revelado que la esencia de la dictadura consiste en violar el secreto privado del mundo sentimental de la persona y de las conciencias que, cuando más íntimamente avasalladas se ven, son más capaces de energía liberadora”.

“Asturias usa en El Señor Presidente, sin volverlo inaccesible a cualquier lector, todos los procesos técnicos empleados actualmente en la poesía –asevera Fritz Teixeira de Salles al frente de la edición de 1957 de la obra en Brasil–. Siendo una obra tan llena de invenciones, de tanta plétora formal, es sorprendente su síntesis”. Hugo Loetzcher –en Die Welwoche, Zurich, 15, noviembre de 1957– comenta en la edición alemana: “Esta novela tan asombrosa como fascinante es una historia llena de poesía brutal, empapada en una fauna exótica de imágenes y concepciones que le dan un valor que es único en la literatura moderna”.

“La belleza está, existe en la Naturaleza. Es la música de los pájaros, el color de sus plumas: son la irregularidad de sus costas marinas y de sus montes caprichosos: ¿Para qué, entonces, los artistas, los ‘artificiadores’ (valga la palabra) de la realidad?, esos que hacen artificialidad lo que es ya parte de la Naturaleza: el sonido, el color, la forma bella”, respondió Miguel Ángel Asturias a Luis López Álvarez en el libro Conversaciones, Editorial Magisterio Español, S.A., colección ‘Novelas y Cuentos’, Madrid, 1974.

“Todo existía, sí; pero no era mágico, no estaba al servicio humano, no tenía relación con el hombre. He ahí al hombre-mago. Y los dioses mayas crean los ‘mágicos-hombres-mágicos’. El artista-mago”, nos reveló la palabra Miguel Ángel Asturias.