Opinión

Cuando el futuro ‘gaucho’ Juan Moreira salió de su Pobra do Caramiñal natal para embarcar en Vigo como cualquier emigrante que se va a Buenos Aires para hacer ‘la América’, ya lleva el estigma de una muerte en su conciencia y no emigra, huye.
Pensemos por un momento que los gobiernos del mundo se empeñan en poner fin a la pena de muerte. Y van esos políticos y nos presentan modernísimas guillotinas que no irritan el cuello o una inyección letal tan humanitaria que provoca la sonrisa del reo durante sus últimos minutos en el cadalso. Estafa, diríamos.
“Matando la perra se acaba la leva”(Dicho popular adoptado y repetido, “magistralmente”, por Augusto Pinochet)Las pruebas son irrefutables. Eduardo Frei Montalva, Presidente democrático de Chile (1964-1970), fue asesinado mientras convalecía de una operación de cirugía menor (hernia al hiato), calificada por su médico de cabecera como “exenta de riesgo vital”.
“El general Crawford se niega y los patriotas comienzan a batir las torres del convento de Santo Domingo con los cañones del Fuerte de Buenos Aires. Persuadido por Pampillo de la inutilidad de la resistencia, Crawford entrega su sable al capitán gallego D. Bernardo Pampillo, de la 7ª de Fusileros del Tercio de Gallegos, quien lo conduce a salvo hasta el Fuerte, donde se concreta la claudicación total.
Ya sabrá, lector, que los obispos españoles están que arden por un rumor irrelevante sobre la posibilidad de eliminar los crucifijos de las escuelas financiadas por el Estado, a las que asisten alumnos de cualquier religión o de ninguna. Dicen que son perseguidos y que son unas víctimas. Ojalá algún día sean perseguidos, sinceramente.
“Para vivir mejor, hay que optar por las pequeñas utopías de todos los días”, reza el título de una entrevista de Claudio Martyniuk a la historiadora argentina, radicada en España, Marisa González de Oleaga, que publicó el diario ‘Clarín’.
A Carlos PenelasHoy se puede obtener, a través de la red virtual de Internet, una enorme variedad de textos de diversos autores… Con esto se va materializando gran parte del sueño de los enciclopedistas del siglo XVIII, que buscaban reunir lo esencial del conocimiento humano en una gigantesca biblioteca, pero también se cometen abusos flagrantes en desmedro de los creadores, pues la justa retribución por los derechos del creador no se cumple.
La flota británica desembarca en Buenos Aires el 28 de junio de 1807, más al sur de Quilmes. Sus regimientos forman con una vanguardia superior a 2.500 hombres, conducida por el teniente coronel Denis Pack, jefe del 71º Regimiento de ‘Highlanders’ de Escocia, cuyas gaitas y banderas habían sido tomadas como trofeos de guerra durante la 1ª invasión, y ofrecidas a la Santísima Virgen en el templo de Santo Domingo.
Nuevamente pasó por Buenos Aires ese gallego, mitad duende mitad druida, bardo que navega encantando sirenas con sus flautas y su gaita mágica, llamado Carlos Núñez. Pasó, como las anduriñas, prometiendo volver.
La memoria de muchos lectores de este semanario, especialmente de los que llegaron a América del único modo asequible hasta hace una generación, guardará sin duda imágenes del puerto vigués y de su movimiento de pasajeros en los muelles. No eran pasajeros, eran emigrantes. Vivo a sólo unos metros de los lugares en los que la mitad de Galicia lloraba al despedir a la otra mitad, embarcada con rumbo incierto.
En verdad me decepciona, leedor. No es que haya pensado, en algún momento, mucho mejor de usted; pero que se acerque a esta columna para saber algo de las mujeres que he conocido o he amado, me parece de una indiscreción, de un huroneo lamentable. De esta manera advierto lo cursi; lo vulgar, lo ridículo. Hasta lo presumido, me atrevería a decir.
Si la modestia fue considerada durante tanto tiempo como condición indispensable de grandeza, si la humildad coincide casi siempre con el genio, resulta a veces arduo y hasta difícil reconocer hoy a los artistas auténticos, a los grandes artistas, en estos tiempos de estridencia y de exhibicionismo.
El secuestro del Alakrana es la consecuencia trágica de lo que las grandes potencias han hecho con los países pobres, que las devuelven como pueden. Si las flotas son ‘Occidente’ para pedir ayuda a los Estados, también lo son para asumir su parte de responsabilidad en los vertidos tóxicos y la cuestionable pesca de Europa en el cuerno de África.
Cuentan que a fines del siglo XIX, en la pequeña aldea de Valga, Pontevedra, una niña de once años era iniciada como mujer (al estilo de las sociedades primitivas) por un malnacido que aprovecha el estado de abandono de una de las tantas hijas de la mendiga y el borrachín del pueblo, un paragüero que abominaba del trabajo, y le desgarra el alma y un cuerpo en desarrollo que jamás podrá tener hijos ni amar de verdad a un hombre.
El dibujo, arte de maestros, como también la poesía lírica, el grabado, la composición de música culta, por citar sólo algunas, son formas artísticas que hoy no tienen mercado, no tan sólo en el sentido de que no se venden, sino también de que no se prestan en absoluto, acaso por esencia, por su propia constitución orgánica, a las manipulaciones más o menos demagógicas de la sociedad de consumo.
Don Edmundo es un caballo joven, potro aún, color de rocín, como el noble corcel del Caballero de la Triste Figura. Vive y pace en la comarca de Pirque, al sur de Santiago, en verdes parajes flanqueados por cerros de la precordillera. Una vieja amiga me lo regaló, hace un par de años, para mi hija Sol, a quien le gustan los caballos.
No hay mejor despertar que el sueñoJorge TellierNo voy a hablar de Auria. Ni de don Eduardo de quién conservo libros dedicados y cartas hermosas sobre mis primeros libros. Hablaré de un sueño. De un viaje por la nostalgia, la amistad, el compromiso, lo estético, la hospitalidad. Hablaré de calles inolvidables: de Londres, de París.
“Nesta data, con gran ledicia, a ‘Sociedade Liceo de Noia’, coa súa madurez social, como recordo do pasado, escola para o presente e estímulo para o futuro, lembrámo-la data na que no seu seo naceron a ‘Coral Polifónica’ do Liceo e o Grupo de Teatro ‘Candea’, recordo que nos emociona e enorgullece”, escribe en el prólogo del libro 25 anos despois.