Opinión

Si por un lado este libro: ‘Gotán’, de Juan Gelman (Seix Barral, Buenos Aires, 2008), recupera aquellas ediciones revisadas por el autor donde decidió reunir sus cuatro libros iniciales (incluso suspendiendo algunos poemas de los dos primeros títulos), por el otro la tapa no deja de destacar –como una antigua faja roja ahora impresa en la cubierta– también el reciente Premio Cervantes que le fuera adjudicado coronando, por el momento, la
Se somos capaces de analizar, sen paixón, a recente singradura política que vén de rematar na miña querida República Oriental do Uruguai teremos na contabilidade un saldo moi positivo. Houbo un temoeiro moi competente apelidado Vázquez que levou a dorna uruguaia ao abeiro das tormentas. Se aceptamos que dous e dous son catro haberá que ser boludo-gil-nabo para negar a evidencia dunha boa conta de resultados.
Como si fueran el paradigma de la honradez, los medios afines al PSOE se empeñaron durante meses en denunciar la corrupción en el PP, los trajes famosos de Camps y la supuesta financiación irregular del partido de Rajoy. En ese tiempo, los periódicos del PP se encargaron de mostrar –de demostrar– que en el fondo, el PSOE tiene la misma basura en su casa.
Dicen que la historia que llevó al cine Steven Spielberg con el título de ‘En busca del arca perdida’ (la búsqueda del Santo Grial por los nazis), que diera inicio a la saga de Indiana Jones, pasaría por Galicia, especialmente por Coruña.
Encargo curiosoLlegó una mañana a la Casa del Escritor, preguntando por mí. Hombre de mediana edad, pelo prematuramente cano y gruesos anteojos de miope.
Conocí al pintor Eduardo Andrés Serón, un rosarino nacido en 1930, hace ya muchos años. Estoy en condiciones pues de confirmar que, no sólo como artista, sino también como persona, ha sabido mantenerse fiel, fiel a sí mismo y a lo que pensaba, desde aquellos años jóvenes a la madurez de hoy.
Lector: perdóname; yo soy un pobre hombre que, en los ratos de vanidad, quiere aparentar que sabe algo, pero que en realidad no sabe nada. Azorín.Uno de los libros bellísimos que leí a los dieciocho años fue Cartas de mujeres. Había sido escrito en 1893. Poco tiempo después releo Los intereses creados, ya con otra mirada. Mi padre solía hablar de La malquerida.
“El General San Martín merece, sin ninguna duda, sin más estímulo que la justicia, que la Argentina toda le tribute el testimonio de su admiración y agradecimiento”, leemos en el ‘Editorial’ de la Nueva Revista ‘San Martín’ perteneciente al Instituto Nacional Sanmartiniano de Buenos Aires, cuya presidencia ostenta el General de Brigada VGM Diego Alejandro Soria.
El poeta es el creador de la lengua.Amado Alonso La poesía es la consecución de su propio objeto. Y la función del poeta es revelar los momentos de trascendencia, lo individual y universal que redescubre su mirada. El poema es siempre un objeto de placer y no de juicio. En lo poético, la memoria de la infancia y el resplandor de la eternidad.
Una canción de León Greco enfatiza “todo está grabado en la memoria” mientras enumera sucesos trascendentes de la historia contemporánea de Argentina. Releyendo ejemplares de la revista ‘Xa’, dirigida en la década del 90 por este humilde cocinero, desde las páginas algo amarillentas surgen frescas las voces reconocibles de los que ya no están.
“Se declara a don José Artigas infame, privado de sus empleos, fuera de la Ley y enemigo de laPatria”.[Art.1º do Decreto asinado polo Director Supremo das Provincias Unidas do Río da Prata, G. A. Posadas, o 11 de febreiro de 1814] En outubro de 1811 na actual República Oriental do Uruguai tiveron lugar dous feitos que son únicos na historia das loitas independentistas en América.
Entre mis manos tengo la espléndida y rigurosa ‘Revista’ de 2009, titulada San Martín y perteneciente al Instituto Sanmartiniano –órgano oficial de difusión del Instituto– bajo la protección de Presidencia de la Nación y la Secretaría de Cultura de la República Argentina en la sede de la Academia en Buenos Aires.
Si bien la corriente emigratoria gallega comienza con fuerza en 1860 y se mantiene con intervalos más o menos significativos hasta 1960, hubo paisanos que, mucho antes, cruzaron los mares para aventurarse en nuevos mundos; tal vez conquistar, como Eirin en Irlanda, una nación. Sin duda, había marineros gallegos en las naos portuguesas que llegaron a Japón en el 1500.
Seguro que usted, lector, desconoce que el redactor jefe de este semanario, Antonio Lamas, fue en tiempos un destacado periodista deportivo. Como redactor jefe de GM es competente, pero como cronista y crítico deportivo fue un ejemplo por su contención, es decir, porque explicaba sin excitarse y sin excitar al lector. En eso consiste la objetividad: ético antes que estético.
Aunque no me lo crean, también la madurez tiene sus descubrimientos. O redescubrimientos. Que pueden ser, incluso, tan apasionados como los de la juventud. ¿No se consideraba, acaso, todavía hace un tiempo, la pasión otoñal como sinónimo de intensidad? Quizás a algo así se refería René Char, cuando aludió a la cantidad de auténtica experiencia humana necesaria para estar a la altura de ciertos poemas.
Mercedes Sosa, nuestra Mercedes, ha regresado a la tierra nutricia. Nos deja su voz incomparable, sus canciones, el milagro vivo de una música de raíces populares americanas, al modo de su hermana chilena, Violeta Parra.Mercedes es un grito intemporal –el gemido secular del gran arte– que canta, desde los orígenes, al padecimiento humano hecho amor, como el pan que es trigo, sudor, trabajo y esperanza.
En la esquina la barra está preocupada. Son gente sana que quiere un país que progrese en libertad. Le temen a los enemigos del futuro que están unidos en un mismo lema de oposición al heroico Frente Amplio. Es cierto que a las elecciones van con colores distintos pero tienen uno en común el color negro del funeral que le quieren hacer a las conquistas sociales del presidente Vázquez.–Parece mentira.
En estos días se presentó en España ‘La raíz rota’, obra del escritor Arturo Barea editada por la pequeña editorial Salto de Página. El libro, de 405 páginas, narra la llegada en el otoño de 1949 a Madrid de un exiliado procedente de Londres.