Opinión

Henos en Galicia y España ante una de las obras de investigación más representativas y cuidadosas del mundo laboral y social en el país galo: Un siglo de inmigración española en Francia, editada por el “Grupo de Comunicación ‘Galicia en el Mundo’”, Vigo, 2009.
De tanto en tanto, no está del todo mal enterarse de comentarios que nos tienen por protagonistas a los gallegos. Leyendo el libro ‘Estragos’, edición de 1986, que reúne crónicas de temas gastronómicos firmadas por el crítico de arte y periodista Osiris Chierico, fallecido en Buenos Aires en 1993, encontramos referencias a Galicia.
Cada año millones de euros y tierras quedan sin pasar a sus legítimos herederos por encontrarse en la emigración. Ni la Xunta de Galicia ni los bancos en los que están depositados tienen el deber de buscar a los legítimos herederos como por ejemplo en el resto de Europa o Estados Unidos.El número de gallegos que fallece en la emigración anualmente supera a los 4.
En nuestro último viaje a la tierra del castaño, el pino solitario, el gorrión de casero vuelo y los pueblos apretujados entre los acantilados o asidos a las laderas de las montañas, nos hemos acercado al lar de los recuerdos recónditos en un tiempo en que la vida era clara, sincera y limpia.
Me tocó conocerlo, hace no pocos años, en una de esas librerías que honraban Buenos Aires, no dedicada al castellano sino a otras lenguas europeas, entre ellas el portugués, y que fueron barridas –como tantas iniciativas loables– por el maremoto de la banalidad globalizada. Aún de espaldas se parecía al Quijote, y no sólo por el talante humanista y gentil: era alto, más que delgado, casi cenceño.
Hai tempo que don Luís Seoane quere convocar a sesión de ingreso do egrexio compositor betanceiro Carlos López García-Picos na Asemblea Celestial da Emigración Riopratense pero foise adiando por razóns alleas ao seu interese particular en homenaxear a quen foi amigo seu en Bos Aires. Agora que rematou o Mundial de fútbol conta cun horario de máxima audiencia na Radio do Ceo.
Editado por el ‘Grupo de Comunicación de Galicia en el Mundo’ en su colección ‘Crónicas de la Emigración’, Vigo, 2009 y con la maquetación de Camilo Pérez Alba, la escritora cubana Olivia América Cano Castro es autora de un ensayo biográfico titulado Leonor y Mariano, padres de Martí. “En Homenaje al Apóstol de Cuba.
Para el historiador Manuel Martínez Llopis, la primitiva Iberia proporcionó a los extranjeros que desembarcaron en sus playas codiciados productos; a cambio, dejaron otros como el olivo y la vid, que transformaron la agricultura  creando fuentes de riqueza para los aborígenes.
La historia del Hombre es el proceso mediante el cual éste lucha por domeñar la Naturaleza. Verdad devenida en lugar común que hoy se nos presenta como intento precario e inútil frente a las incontrolables fuerzas telúricas.
Orujo de memorias. Presencia e impronta de la emigración cántabra a Cuba es el título del amplio estudio escrito por el cubano Bruno Javier Machado, nacido en Ciudad de La Habana en 1955. Se trata de un “compendio de crónicas y reminiscencias de una historia española que se disipa en el tiempo”.
La democracia es difícil dónde hay personas que viven en la opulencia más obscena mientras otros se afanan por sobrevivir. Por eso destaca en esta España de precarios y desempleados una caterva de lumpen dispuesto a decir y hacer cualquier cosa en la TV basura, que paga fortunas por desvelar engaños o exponer intimidades propias y de otros, por humillarse ante la audiencia de cualquier modo imaginable.
La sentencia del Tribunal Constitucional, formado por magistrados elegidos según su adscripción ideológica entre los dos partidos mayoritarios españoles, no deja lugar a dudas: aquí, en el Estado español, se imponen desde los conceptos hasta las definiciones sin importar mucho ni el género ni el subgénero (catalanes) de la ciudadanía española.
La victoria española en el Mundial Sudáfrica 2010 fue una justicia futbolística. Una justicia determinada por la honradez de un plantel con talentosos jugadores y humildes personas. No hubo divismos, ni personalismos excesivos, sino un juego colectivo envidiado por el mundo entero.
Ya han pasado varios días y el buen aficionado lo recuerda como si fuera hoy mismo: Un gol de Iniesta, en el minuto 116 de la prórroga contra Holanda en el Mundial de Fútbol, selló el triunfo del equipo español.
Una ola de racismo se apoderó de España con motivo de la Copa del Mundo de Sudáfrica. Hay muchos que creen que el racismo es una cosa de blancos contra negros, pero no es así. Los medios la tomaron con Maradona como nunca lo harían con un entrenador europeo. Desde reirse de su traje hasta de su puro, todo da igual. Lo que los medios difunden los ciudadanos de a pie lo magnifican.
A falta de conocer quién será el campeón del Mundial Sudáfrica 2010 (esta columna se escribe el miércoles 7, horas antes del encuentro Alemania-España), el torneo africano ha demostrado una nueva geopolítica del fútbol mundial.
En dos ocasiones estuvimos en la ciudad de Tánger: la primera invitado por el gobierno de Mohamed V, el monarca de la dinastía alauita descendiente de los Jerifianos, y la segunda en una marabunta de caminos y hendiduras con sabor a palmerales ebrios de té, vientos y arenisca, intentado huir hasta de uno mismo. Pueril intento.
Dona Diáspora estivo polo barrio porteño de San Telmo. Quería estar na homenaxe ao seu bo amigo Antonio Pérez Prado [1926-2009] que promoveu a Federación de Sociedades Galegas cunha exposición onde se recolle a traxectoria vital deste egrexio fillo da emigración.
A los medios les encantó referirse a la recusación de Clinton –cuando una becaria le succionó el chupete– con el nombre de impeachment; los comentaristas de ciclismo no tienen reparos en llamar pavés al suelo de adoquín, al del Tour pero también al de la Vuelta; y los articulistas pedantes escriben glasnost cuando piden más transparencia en la información o en la política.
Al publicarse estas líneas, es posible que la selección española de fútbol se haya coronado por primera vez como la mejor del mundo, y la codiciada copa descanse en una vitrina de Madrid; aun si no sucediera, si no se pudiera vencer a Holanda, el grupo de jugadores y el cuerpo técnico tendrán motivos para estar orgullosos. Nosotros, los españoles en la diáspora ya estamos felices.