Un buen amigo, periodista económico de éxito con el que compartí grandes años en el viejo Diario 16, me dice que uno de los aspectos que más le impactan de esta convulsión económica es la crisis de confianza en la opinión pública. “Con la inyección de dinero que los Estados están dando a los bancos, me parece increíble que sigan sin fiarse”, me dice convencido de lo que dice.