Algunos lectores recordarán cuando el café se mezclaba con achicoria porque el primero era un producto demasiado caro para la España de hace cuarenta años. A medida que aumentaba la riqueza del país, disminuía el consumo de achicoria. Alguien interesado en mantener el caduco sector de la achicoria gritaría a los cuatro vientos que España entraba en crisis porque se reducía el consumo de su producto.