Opinión

La pasada noche, en Caracas, la ciudad en la cual moro, más que vivo, un mozalbete, rudo, desgarbado, conocido en el lugar por sus malas mañanas y unido ahora a los círculos violentos del chavismo, me espetó: -Eres un miserable extranjero y vas a comer tierra.No dijo nada más cierto. Extranjero, eso es lo único que en verdad he sido siempre hasta varar en esta tierra de gracia ahora jareada en un vendaval político hendido de arbitrariedades.
Un hombre que ocupa una silla en una oficina pública, trabaja. Un comisario metiéndose el dedo en la nariz, trabaja. Una señora obesa detrás de un mostrador en el Registro Civil, trabaja. Un muchacho que sirve café en el despacho del intendente, trabaja. Un operario de una fábrica de herramientas, trabaja. Un colectivero que no respeta las paradas, trabaja. Un chófer de ambulancia con un habano en la boca, trabaja.
A la generación gallega de 1846 –denominada así por haber protagonizado el levantamiento del mismo año– se le debe el mérito de descubrir la “realidade galega”, por más que no la hubiera interpretado acertadamente. Una generación de escritores digamos que ‘comprometidos’ con la revolución del Romanticismo que se estaba viviendo en el resto del Estado español.
Según Couceiro Freijomil, el gallego es descendiente directo del latín y la lengua viva que conserva mayor número de voces prácticamente latinas.
Parece mentira que los españoles, que hemos emigrado por mil motivos, nos traguemos el cuento de que los cubanos emigran por políticas y no como el resto del mundo, ansiando nuevas oportunidades. En justicia, habría que decir que hoy los españoles emigran a Alemania por motivos políticos, porque el régimen político económico español (apoyado en el sindicalismo vertical) les ha robado su derecho a un trabajo digno.
¿Cómo afectará a Occidente una Libia post-Gadafi? La caótica crisis libia, que en el momento en que se escribe esta columna (28 de febrero) tiende hacia una guerra tribal y civil, con posibilidades de desintegración territorial, certificando el final del régimen de Muammar al Gadafi, está intensificando la preocupación occidental y principalmente europea, por el suministro petrolero y el riesgo de inestabilidad en el Magreb y el arco
Dona Diáspora está dándolle voltas aos recentes acontecementos de cambio político na terra dos faraóns e recordando que os máis vellos da Terra de Soneira acertaban cando dicían que “estamos de paso”. Se a vida é fugaz haberá que pasar por ela con xenerosidade e recoñecendo os erros.
La ceremonia de la entrega de las estatuillas de los Oscar es una monserga. El cine, en muchos aspectos, aún salvando media docena de filmes, es un arte menor. Coincido sin mesura con Gore Vidal cuando decía –y sabía sobre esa industria todo y mucho más– que para hacer una película, en primer lugar sobraban los directores y sus colaboradores. “Las cintas las inventan los productores y, en segundo lugar, algunos pocos guionistas”.
Para Hernán VillarinoTemprano aprendimos a amar los libros, esos extraños objetos que olían con incomparables aromas, excitándonos aún antes de abrir sus páginas y desentrañar los signos de la escritura.
Los historiadores del galleguismo dentro de sus diferentes etapas –desde el prenacionalismo hasta el nacionalismo– están de acuerdo en atribuir a Manuel Murguía la paternidad de “la teorización del hecho diferencial gallego”, fundamento teórico del movimiento cultural y político del galleguismo.
Los periódicos alaban la imagen –de hace dos días– del rey de España haciendo manitas con el emir de Kuwait, sentados ambos en doradas butacas poltronas mientras aplaudían el desfile de tanques y misiles recientemente comprados a las empresas del llamado Occidente. La prensa, la voz de su amo, hizo lo propio cuando Aznar o Zapatero se arrimaron a Gadafi, al que ahora no parecen conocer.
Con la dinámica de revoluciones en el mundo árabe y a la expectativa de qué será lo que finalmente suceda en la Libia de Muammar al Gadafi, pocos análisis han enfocado en cómo Israel observa los actuales acontecimientos en la región, y cuáles son sus perspectivas a corto y mediano plazo.
No es fácil reflexionar en estos tiempos. En verdad tal vez nunca fue fácil reflexionar. Han dividido aguas. Se miente, se roba, se levantan banderas de irracionalidad, de ortodoxia. Se tergiversa. Se habla de héroes que son ladrones, de gobiernos populistas que lo enturbian todo. Hay rencor, venganza, hipocresía. Es tan grosero que no se ve, que no se quiere ver. La experiencia política es también percepción de la perdida.
Hay dos placeres endémicos en el ser humano: el amor –instinto vital de reproducción– y comer, acto trascendental de la supervivencia. A partir de esa reacción, se han unido los valores imperecederos que forjan la esencia de su estirpe por encima de la propia existencia: Muerte.
Entré en el banco para cobrar un cheque por honorarios contables, cantidad modesta, por no decir exigua… Pasé el documento a la cajera, junto con mi cédula de identidad, cuyo número había yo anotado en el reverso, además del teléfono de contacto.
“Esta Agenda es un reconocimiento a la historia de las mujeres trabajando por la paz que es tan larga como la historia del mundo. Mi agradecimiento para Raquel Martín Sánchez, que en el año 2008 dio una hermosa conferencia en la ‘Fundación Entredós’ que despertó mi curiosidad para seguir investigando.
Cuando comencé a elaborar el libro ‘Cocina Celta, recetas y leyendas’, la mayor fuente de información sobre el modo de comer de los clanes celtas fue su mitología; en sus leyendas encontré muchas referencias a sus alimentos cotidianos, jabalí, cordero, salmón, apio, cerveza, eran los preferidos de sus dioses y héroes, y en las mesas de ultratumba nunca faltaban.
Los periodistas actuamos como las hienas: nos defendemos corporativamente aunque no tengamos razón y, además, pretendemos distanciarnos del muerto que devoramos señalando a quien tiene la pistola. Hoy vivimos tres grandes temas periodísticos de los que deberíamos aprender a medir a la Prensa, aprender a leerla y descreerla. En los tres casos se manifiesta cerril ese nacionalismo español que con tanto españolismo se niega.
Para el Partido Socialista Obrero Español y para el Partido Popular, España es un coto privado donde ellos deciden todo, nombran los capataces para que todo marche como ellos decidan y allí entre quien no les cree ningún problema, para poder seguir disfrutando de las ventajas del sistema que ellos mismos se han creado.
Cada fin de semana acudimos a un geriátrico en las afueras de la ciudad. Es un edificio níveo levantado en una inclinada ladera resquebrajada y recubierta de hierbajos. Allí la caridad de algunos y el abandono de otros amontonaron, igual a trastos inservibles, a docenas de ancianos que rumian sus agonías entre la amargura del tiempo perdido.