Opinión

Cocina Gallega

Según Couceiro Freijomil, el gallego es descendiente directo del latín y la lengua viva que conserva mayor número de voces prácticamente latinas.

Según Couceiro Freijomil, el gallego es descendiente directo del latín y la lengua viva que conserva mayor número de voces prácticamente latinas. No deriva el gallego del latín básico, ni tampoco del bajo latín usado en las obras producidas después de la caída del Imperio Romano, sino del ‘sermo rusticus’ hablado por el pueblo, lengua que convivía con el latín literario y que tenía aún más remoto origen que éste. Esta lengua degenera con las distintas invasiones de los bárbaros del norte y el aporte de nuevas palabras. La perduración en nuestro idioma de la primitiva fonía, tal vez el único legado vivo que aún conservamos de los celtas, y la sobrevivencia de términos arcaicos, convirtieron el latín vulgar en lengua gallega. De esta manera, opina Luis Moure-Mariño, el gallego apareció desde el principio como la lengua más personal y diferenciada en la Península Ibérica. La importancia del gallego en los siglos Xl y Xll es preponderante. Se convierte en lengua oficial de la corte de Oviedo y de Galicia en las etapas en que el Reino gozó de independiencia frente a las monarquías de León y Castilla. Sucedió, por ejemplo, en tiempos de Ordoño, el hijo de Alfonso III el Magno, y con Don García, heredero de Fernado I, también con Ramiro, sobrino de Alfonso II el Casto. Galicia, eventualmente libre de la invasión musulmana desarrolló una cultura propia. Menéndez Pelayo señala al respecto que “parecía que iba a dar a la raza habitadora del Noroeste de la Península el predominio y hegemonía sobre las demás gentes” y añade el erudito: “Durante los reinados de Alfonso VI, el espíritu gallego encarnado en la colosal figura del arzobispo Gelmírez, se levanta con incontenible empuje y cumple, a su modo una obra civilizadora, acelerando la aproximación de España al resto de Europa”. Hasta el siglo XII, por la poderosa influencia de Compostela, la batalla por la hegemonía idiomática que se vive en la zona de contacto (la corte leonesa) favorece al gallego frente al castellano. Ante esta realidad documentada puede, mucho después, el padre Sarmiento afirmar, ante los que consideran al gallego como un dialecto del castellano, “que es un error tal afirmación ya que en gallego se escribieron los instrumentos públicos hasta el tiempo de Carlos V y no se encuentran en nuestra lengua voces moriscas, que sí se encuentran luego, junto a voces africanas y brasileñas, en el portugués, indudable extensión de nuestra lengua”. El gallego, que se mantuvo oralmente durante siglos, es uno de los factores de identidad que debe defenderse a ultranza. A 12.000 kilómetros de la tierra no es sencilla tarea, pero hay esfuerzos individuales que se pueden destacar, como los de Adolfo Lozano, Ramón Suárez, Higinio Martínez (éste enrolado en la corriente galego-portuguesa), y por supuesto la descomunal tarea del profesor Carlos Brandeiro desde el Colegio Santiago Apostol (mucho lamentamos la discontinuidad en la publicación bilingüe de Gavieiro).
Camino a la cocina recordamos la versión gallega del Santos Vega de Rafael Obligado, obra de Alexandro Castro-Morgados:”Santos Vega, o paiador,/aquel da moi larga fama,/morreu cantando seu amor/ coma o paxaro na rama” cantando “Adeus, lume da alma miña,/ e fror das miñas planuras,/ manancial das dozuras/ que o meu espiritu tiña;/ adeus, uneca ledicia,/ doce arella do meu ser. Vega vaise desfacer na inmensidade desos chaus.../ ¡foi vencido! ¡Chegou, irmans, o momento de morrer!”. Que dulces y poeticas suenan las ‘verbas’ de nuestro idioma para recrear los versos del romantico Rafael Obligado.


Ingredientes-Habas con jamón serrano: 1 kilogramo de habas verdes/ 3 cucharadas de aceite de oliva/ 1 diente de ajo/ 150 gramos de jamón serrano/ Sal y pimienta.


Preparación: Sacar las habas de la vaina y quitarles la piel dura. Pasar por agua caliente. Calentar el aceite en una sartén, agregar el ajo bien picado y las habas. Cocinar 10 minutos revolviendo para que no se peguen. Agregar el jamón cortado en dados y salpimentar, teniendo en cuenta que el jamón es salado. Cocinar 2 minutos y servir adornando con una rodaja de limón.