Micaela quedó fascinada con el pequeño adminículo electrónico donde voy acumulando libros. Quiso continuar con la lectura de Gide sobre Dostoievski… Le encantaban –como a mí– estos ejercicios indagatorios de meta literatura; coincidíamos en que puede ser entrañable disfrute analizar las palabras de otro, glosarlas y comentarlas como si las reescribiéramos; es parte del reto borgeano de la biblioteca infinita...