PARTICIPARON EN UNAS 18 MISIONES, QUE PERMITIERON RECUPERAR CON VIDA A DOS PERSONAS

Regresan a España los siete bomberos de Castilla y León que viajaron a Haití

El equipo de intervención del Grupo de Rescate de la Consejería de Interior y Justicia regresó el pasado viernes a España tras participar durante nueve días en unas 18 misiones en Haití, que permitieron recuperar con vida de entre los escombros a dos personas.
Regresan a España los siete bomberos de Castilla y León que viajaron a Haití
 Un miembro del equipo de rescate junto a uno de los perros utilizados.
Un miembro del equipo de rescate junto a uno de los perros utilizados.
El equipo de intervención del Grupo de Rescate de la Consejería de Interior y Justicia regresó el pasado viernes a España tras participar durante nueve días en unas 18 misiones en Haití, que permitieron recuperar con vida de entre los escombros a dos personas. Los siete bomberos de parques de la Comunidad, que integraron el dispositivo, aterrizaron a las 11 horas, una hora después de lo previsto, en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) a bordo de un Boeing 707 del Grupo 47. A pie de pista los recibieron el consejero del ramo, Alfonso Fernández Mañueco, así como la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, entre otros.
Después de nueve horas de vuelo, sus rostros mostraban el cansancio acumulado durante días, ya que el grupo, compuesto por tres rescatadores, tres guías caninas y un coordinador, partió el 13 de enero hacia el país centroamericano. Además, como muestra de solidaridad, les entregaron a dos haitianos, que viajaron con ellos en el mismo avión, cazadoras para combatir el intenso frío que se registraba esa mañana en Madrid.
En nombre del grupo, el coordinador del mismo, Francisco Pérez Rivas, insistió en que los haitianos son unos “supervivientes” y señaló que necesitan, sobre todo, “agua, bebida y cobijo” en este momento. Indicó que los niños no está desprotegidos ni “desamparados” pese a la imagen que se ha transmitido. Además, negó que el país viva una situación de “pillaje”, sino que explicó que la sed y el hambre obligan a los afectados por el seísmo a buscar comida y alimento. Para ello, entran en las casas con el fin de conseguir objetos que puedan cambiar por víveres.
Al respecto, precisó que Naciones Unidas está “descabezada” por lo que se hace “muy difícil” la distribución de la ayuda. Aseguró que en el país no se percibe la llegada de comida y bebida, aunque reconoció que su visión de la situación no es “completa” ya que su opinión se basa en lo que han visto de camino a los lugares donde han intervenido. También aseguró que en ocasiones se producen “parones” en el reparto de víveres y explicó que son los propios damnificados los que se “organizan. Se auto-organizan”, dijo. “Los campos de refugiados son campos de sabanas”, añadió.
En ese sentido, el bombero del parque de Palencia destacó que los propios haitianos son en ocasiones quienes localizan a personas atrapadas al intentar recuperar algo de valor de entre los escombros. También indicó que en los últimos días trabajaron sin seguridad por lo que hizo hincapié en que la ciudad en este momento no existen situaciones de pillaje. Además, remarcó que los afectados por la castástrofe han cambiado el gesto que utilizan para denotar hambre, que consiste en señalar el cuello como si se lo fueran a cortar, por otro en el que señalan el estómago. De esta forma, han conseguido –dijo Pérez Rivas– ser comprendidos por los occidentales ya que aprovechan para pedirles comida y bebida.
Asimismo, este bombero señaló que el primer día en Haití fueron enviados a la zona del aeropuerto de Puerto Príncipe, donde se alojaron durante su estancia en este país. Posteriormente, revisaron la zona donde la Organización de Naciones Unidas (ONU) les envió ya que su intervención está sujeta al protocolo que establezca la oficina del OSSOC, quien marca la misión a desempeñar y decide la intervención de rescatadores y unidades caninas. Además, les entregan un documento que recoge una pequeña información del edificio o lugar seleccionado.
Las jornadas –apuntó el coordinador del grupo– eran muy largas, incluso, de 16 ó 17 horas, ya que las intervenciones se prologaron en ocasiones durante muchas horas. Sin embargo, aseguró que no era complicado conciliar el sueño, pese a ser conscientes y estar impresionados por la magnitud de la catástrofe, ocurrida el 12 de enero. “Te pones las pilas al empezar, terminas y descansas”. En cada salida, explicó, el grupo llevaba consigo el material necesario para ser autosuficientes, aunque señaló que debido al exceso de peso, les obligaron a dejar parte del equipamiento en Madrid.
En sus actuaciones, el grupo de Castilla y León utilizó dos localizadores TPL, que permiten mediante sensores acústicos localizar a personas enterradas bajo los escombros. También les acompañaban Dopy y Turco, los dos canes especializados en rescates.
Finalmente, el coordinador del grupo de rescate de Castilla y León, que participó junto a efectivos de la Comunidad de Madrid, de la policía autonómica vasca, de la Guardia Civil y la Policía Nacional, aseguró que en la capital haitiana reina el “silencio total”. Además, indicó que la situación no es equiparable a la que vivió Turquía cuando sufrió una cadena de seísmos. Subrayó que en la ciudad domina el “caos” y el “colapso” y remarcó la dureza del carácter de sus habitantes, ya que tras la catástrofe caminaban “sin rumbo, con la mirada perdida” pero sin derramar lágrimas, ni gritar.