El evento celebró la rica herencia cultural de España en esta localidad argentina

La Asociación Española de Comodoro Rivadavia organizó la noche de los centros españoles

El histórico Teatro Español de Comodoro Rivadavia fue el escenario, el sábado 10 de agosto, de la celebración de la noche de los centros españoles cuyo lema de esta edición es ‘Unidos por una Tierra’.

La Asociación Española de Comodoro Rivadavia organizó la noche de los centros españoles
Comodoro Rivadavia. Noches de los centros españoles 2
Un momento de la actuación del Coro de la Fundación Española.

Este evento resaltó la rica herencia cultural de España reuniendo a una nutrida concurrencia que colmó la sala del teatro.

La noche se inició con un cálido agradecimiento a las autoridades presentes y al público, quienes, con su presencia, engalanaron la ocasión. A lo largo de la velada se destacó la profunda conexión entre la cultura española y las raíces de quienes emigraron, trayendo consigo tradiciones que siguen vibrando en el corazón de Comodoro Rivadavia.

El programa comenzó con una emotiva presentación del Coro de la Fundación Española, dirigido por la profesora Susana Martinovic. Interpretaron piezas que evocaron la devoción y la nostalgia de la tierra natal, con temas como ‘Sierra de Luna’, ‘Al Compás de una Muñeira’ y ‘Salve Rociera’. Estas canciones resonaron en la sala, trayendo a la memoria paisajes y sentimientos que, aunque distantes en kilómetros, permanecen cercanos en el alma.

A continuación, la Casa de Andalucía presentó al público una recreación del flamenco, esa expresión artística que más que un simple baile o música, es una manifestación profunda de la historia y la idiosincrasia andaluza. Con interpretaciones de Soleá por Bulerías, Farruca y Sevillanas, los artistas transportaron a los presentes al corazón de Andalucía, donde el arte se vive con intensidad y orgullo.

El Centro Gallego tomó el relevo con una conmemoración vibrante de Galicia, que no solo se expresó a través de sus coloridos trajes típicos, sino también mediante una actuación musical en vivo. Los sonidos tradicionales de la gaita, el tambor y la pandereta llenaron el teatro, creando una atmósfera que transportó al público a las verdes tierras gallegas. Con la interpretación de danzas como la ‘Jota de Moscoso’ y la ‘Muñeira de Lugo’, los músicos y bailarines lograron capturar la esencia de la cultura gallega, celebrando con alegría y fervor la herencia de sus ancestros. La fusión de la música en vivo y la danza mostró la vitalidad y el orgullo de un pueblo que, a pesar de la distancia, mantiene vivas sus raíces con pasión y dedicación.

Tras un breve intervalo, la segunda parte del espectáculo comenzó con el Centro Asturiano, que llevó a los presentes a un viaje nostálgico a las tierras verdes de Asturias. Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la interpretación de la canción ‘Los hilos de la luna’, presentada en el marco de una sidrería, recreando la atmósfera cálida y familiar de esos encuentros asturianos. Esta canción, cargada de sentimiento, es un mensaje hermoso de los abuelos inmigrantes a sus nietos. Con una lírica que evoca la nostalgia y el amor por la tierra dejada atrás, ‘Los hilos de la luna’ conecta generaciones, transmitiendo la herencia cultural y los valores que estos inmigrantes desean legar a sus descendientes. La interpretación tocó profundamente a los presentes, quienes no pudieron evitar emocionarse ante la sensibilidad y el cariño plasmados en cada nota.

La Asociación Euskal Echea, por su parte, ofreció una presentación impecable que combinó la fuerza de la danza con la tecnología moderna. Mientras los bailarines ejecutaban las tradicionales danzas marineras vascas, como ‘Itsasoa’ y ‘Kaixarranka’, en el fondo del escenario se proyectaba un video que enriqueció aún más la experiencia visual y emocional del público. Este video, cuidadosamente elaborado, acompañó la presentación destacando la relación histórica de los vascos con el mar, sus paisajes, y la vida cotidiana en el País Vasco. La sincronización perfecta entre los movimientos de los bailarines y las imágenes proyectadas no solo mantuvo viva la tradición, sino que también ofreció una reinterpretación contemporánea de las raíces vascas, dejando una impresión duradera en todos los presentes.

El cierre de la noche fue un momento de profunda emotividad, con bailarines de los cuatro centros unidos en un acto de agradecimiento a la tierra que acogió a sus mayores. Este gesto final, realizado con la elegancia y el fervor que solo estos artistas saben ofrecer, fue un tributo conmovedor a la comunidad que ha mantenido vivas sus tradiciones en esta tierra lejana.

El evento concluyó con una ovación del público, que reconoció el esfuerzo y la pasión de todos los participantes en una noche que quedará grabada en la memoria de Comodoro Rivadavia.