La quinta esencia de nuestros guisos suele ser el aroma del laurel envolviendo el perfume del ajo sobre un leve lecho de aceite de oliva, sinfonía olfativa al ritmo que impone la cuchara de madera. Mientras rehogo el fondo de cocción viene a la memoria que, en la mitología griega, el origen del laurel tiene un matiz erótico. Sucedió que Apolo perseguía a la bella Dafne, hija de la diosa Gea, con claras intenciones venéreas.