“Éste es un tono que España da de sí. La época de su esplendor fue de temple masculino. Colores oscuros; costumbres austeras. Mujeres encerradas. Ceño adusto a la que cayere; y contra ella, más severas aún las mujeres que los hombres. De su conducta dependerá el honor de los hombres de la familia”, escribe el insigne ensayista Salvador de Madariaga.