Opinión

No comas nada que no comiese tu abuela. La frase, inspirada en la de Michael Pollan (“No comas nada que tu abuela no reconocería como comida”), se podría complementar con otra del mismo autor: “Si viene de una planta cómelo, si fue hecho en una planta no lo comas”. En ambos casos es un llamado de atención sobre los productos alimenticios que se ofrecen en los supermercados, de dudoso origen y composición, y que en sus publicidades hacen afirmaciones sobre la salud. Al respecto, Pollan es contundente: “…una afirmación sobre los beneficios sobre la salud en un alimento industrial es un fuerte indicador de que no es realmente comida”.

A Eduardo García Marchant, amigo y cuñado.

Apelo a un verso entrañable de Miguel Hernández, para titular esta crónica, memoriosa y lacerante; cuatro sencillas palabras que, en precisa conjugación, expresan poéticamente el concepto de la muerte prematura. Es parte de su ‘Elegía a Ramón Sijé’, “a quien tanto quería”, su camarada y confidente perdido en la flor temprana de juvenil amistad.

O curso lectivo no ensino primario na República Oriental do Uruguai ten fixado o seu comezo oficial o día 15 de marzo, pero no ano 1959 caeu en domingo. Así foi que o luns 16 e aínda con cinco anos de idade (cumpro o 3 de abril) comecei o meu roteiro educativo na capital uruguaia.

“Aquella noche del 7 de enero de 1846, en que nuestros misioneros soñaron despiertos con la generosa empresa que esperaban llevar a cabo entre los salvajes, debió ser, sin duda, turbada por multitud de incógnitas difícilmente despejables antes de entrar en contacto con el país, con su vida social y singularmente con la colonia”, leemos en las páginas del libro El Padre Salvado. Un gallego civilizador de Australia, cuyo autor es Santiago Rodríguez R. –maestro de Malvas-Tui–, Consejo Superior de Misiones, Madrid, 1944, Gráficas Afrodisio Aguado, calle Bravo Murillo, 31.

“La historia de los topónimos fueguinos de la zona argentina también se enreda en parte en esta madeja de características universales. Y digo en parte porque Tierra de Fuego ofrece una nomenclatura todavía en desarrollo. En el momento actual subsisten en la isla espacios deshabitados, accidentes anónimos y nombres populares fijos o en asentamiento”, escribe Juan E. Belza en su obra Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones históricas ‘Tierra de Fuego’, impreso y editado en Argentina, 1978.

 

“Protección y ayuda la tuvieron total e inmediatamente en aquella casa que les parecía gozar del privilegio de extraterritorialidad. Declararon sus preferencias por las tierras habitadas por salvajes. Y como desde el mes anterior andaba el Rvdo. Juan Brady negociando ciertos asuntos para las Misiones de Australia, de donde procedía, les habló Monseñor Brunelli de la posibilidad de agregarse al misionero británico, con el que les puso al habla”, escribe Santiago Rodríguez R. –maestro de Malvas-Tui– en su obra El Padre Salvado. Un gallego civilizador de Australia, Consejo Superior de Misiones, Madrid, 1944, Gráficas Afrodisio Aguado, calle Bravo Murillo, 31.

El tango ‘Cafetin de Buenos Aires’, letra y música de Enrique Santos Discépolo y Mariano Mores, dice en sus primeros versos: “De chiquilín te miraba de afuera / Como a esas cosas que nunca se alcanzan.../ La ñata contra el vidrio, / En un azul de frío, / Que sólo fue después viviendo/ Igual al mío... / Como una escuela de todas las cosas,(…)”.
El rey emérito –Juan Carlos I de Borbón y Borbón-Dos Sicilias– (que ya no es rey ni es emérito) acaba de ‘regularizar’ una cantidad no determinada de ingresos irregulares no declarados (en ‘B’, ‘en negro’, ‘por la izquierda’, etcétera, según la chispa popular) que le costaron millones de euros de multa.
Sobre las aguas del Mediterráneo que observo cada amanecida tras haber inmigrado de Caracas en busca de serenidad, y a cuyas costas llegaron envueltas en papiros las palabras de Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles y Fidias, y más tarde los versos de Kavafis, Odisea Elytis y Yorgos Seferis, asumo ahora mi parada y fonda.  
En columnas anteriores hemos venido hablando sobre el tema de la geopolítica de las vacunas y el pulso entre Occidente y el eje euroasiático ruso-chino por monopolizar la vacunación en tiempos de coronavirus, que no del cólera, como la novela de Gabriel García Márquez (Gabo). Desde Moscú se...
La primera estatua que surge en mi memoria es la del Príncipe Feliz, que deja de serlo cuando su amada golondrina perece congelada bajo los labios de aquel noble de metal y de corazón humano, sensible a las espinas y requiebros del amor, sobre todo del prohibido, el que padeciera en triste y dolorosa abundancia el autor de aquella historia, Oscar Wilde.

“Solicitado por las mejores familias de la ciudad de Tui, siempre recatada y austera, era por su ingenio, su naturalidad y su espíritu expansivo y cordial, sin olvidar jamás su condición de aspirante al sacerdocio, el ornato indispensable de todas las reuniones”, escribe Santiago Rodríguez R., maestro de Malvas, Tui, en su libro El Padre Salvado. Un gallego civilizador de Australia, Madrid, Consejo Superior de Misiones, 1944, Gráficas Afrodisio Aguado.

¡Sálvese quien pueda!, una frase que se originó en los naufragios de la antigüedad, cuando las frágiles embarcaciones se hundían rápidamente y no contaban con medios adecuados de salvamento, y cada quién quedaba librado a su suerte; actualmente se utiliza en situaciones no tan extremas, y muchas veces solo encubre al pícaro o corrupto que se anticipa al resto para ponerse a salvo, y salvar su ropa y el botín.
“El ‘Cinetófono’ de Edison fue sencillamente un gramófono oculto detrás de la pantalla del cine y sincronizado con el proyector por medio de cuerdas y poleas. Cuando la cuerda patinaba, la película perdía la sincronización. Si la cuerda se rompía, cesaba del todo el sonido. Fue esto una adaptación de un anterior artificio de Edison, construido antes de 1900”, asevera el cinéfilo Jesús Basáñez Arrese en su libro Rodolfo Valentino. En el 25º aniversario de su muerte, Bilbao agosto de 1951.
A lo lejos, en la parte de la necrópolis donde se hayan enterrados los masones, algunos suicidas, los no creyentes y protestantes de los baptisterios luteranos, siento venir la perenne canción de madre. Ella, cuando intuye mi llegada, mucho antes de acercarme a las tapias de los difuntos, tatarea melodías para envolver mi ánimo.

El 2020 fue el año de la pandemia. Este 2021 será el de las vacunas. El epicentro no es sólo erradicar o controlar la pandemia sino ejercer un monopolio sanitario con implicaciones geopolíticas, de acuerdo al país que impulse la vacuna.

Hablemos de trenes. Recuerdo, o tal vez soñé, que tuve un trencito en miniatura, con su estación, puente, que funcionaba con pilas. Me emocionó la película ‘Caballo de hierro’, donde John Ford cuenta la historia de la construcción del ferrocarril transcontinental que une las costas este-oeste de EE UU, inaugurado en 1869; una verdadera epopeya. En 1883 se inauguraba la estación San Clodio-Quiroga, separada de mi aldea Espandariz por el puente viejo que cruzaba el río Sil.
He aquí conmigo –iniciado ya el ‘Año Santo 2021’– una de las obras fundamentales de Galicia: Santiago de Compostela. Guía de sus monumentos e itinerarios, cuyo imborrable autor es el insigne catedrático de Literatura y director del Museo de Pontevedra Don Xosé Fernando Filgueira Valverde. La primera edición tuvo lugar en 1932. Ésta que tengo ante mis ojos corresponde a la Imprenta-Editorial ‘Moret’, calle Galera, 48, A Coruña, 1950. El libro, de pequeño formato –al final, acompañado de un plano de época de Compostela–, nos obsequia con hermosas ilustraciones. “Entre las fotografías que ilustran esta ‘Guía’ –leemos en la página postrera del texto– figuran muchas debidas a J. Limia, quien, por primera vez, realizó y coleccionó con criterio artístico visiones fotográficas de Compostela. Porto y Cía., Editores S. L. ha querido recogerlas tanto por su valor documental como por rendir homenaje al nombre, demasiado olvidado, de su Autor”.
No hay nada mejor para un ‘pescador’ que un río revuelto. La pandemia golpeó como un terremoto la vida de todos, y cuando digo de todos quiero decir de todos. Ricos y pobres, políticos, gobiernos, creyentes y descreídos.