Opinión

Heme aquí y ahora ante El Cavallero de Bouzas. Un héroe, olvidado, en la Ruta del Apóstol a Galicia, cuyo autor es Paulino Freire Gestoso, con portada de Miguel Ruiz Márquez y maquetación a cargo de ‘Devalocor’, e impreso en ‘Gráficas Planeta’, Vigo, 2006. “A mi padre, Paulino Freire Costas, otro de los grandes Cavalleros de Bouzas en el olvido”, leemos en la dedicatoria de esta obra. “Este libro no pretende ser un trabajo exquisito y de complejas deducciones. Dejaré hablar al corazón con razonamientos simples y honestos –escribe su autor–. Cuando en 1986 José María Pérez me mostró, con gran misterio y picardía, la obra de Carré Albarellos ‘Colección de 120 leyendas gallegas’, supe, antes de leerlo, que algo interesante tenía en sus manos. Cuando lo ojeé, me pareció, más que interesante: increíble. ¡El Apóstol, antes de llegar a su destino definitivo, ya martirizado, había decidido pasar por Bouzas!”.

“Cuando los términos extremos de un país se hallan separados de la metrópoli y ciudad más cercana, por tres mil quilómetros de mar, la Armada se convierte necesariamente en el largo brazo de la Patria, protector de la soberanía, vidas y propiedades. Si a la estimación de la distancia arrimamos los impedimentos del mar patagónico, sus vientos huracanados y constantes, lo ríspido de costas y puertos y el crecimiento enorme de sus mareas, el abrazo materno y el valor de los hombres que lo encarnan adquiere dimensiones heroicas, difíciles de evaluar”, considera el notorio historiador de prosapia vasca Juan E. Belza en su esencial obra Romancero del topónimo fueguino, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

Fueron los romanos –muy conocedores y con gran querencia hacia los vinos– quienes trajeron las viñas a la comarca de Valdeorras en la provincia gallega de Ourense. Extensos viñedos que, a través de los siglos, fueron adquiriendo un significativo sello para todos sus habitantes. Durante la Edad Media estas tierras valdeorresas pertenecieron, en su mayoría, a los Condes de Lemos. Los Reyes Católicos en el siglo XV le otorgaron al Conde de Ribadavia la jurisdicción de esta comarca. A lo largo del tiempo el vino –pues hay que recordarlo– constituyó un bien muy preciado, moneda de cambio, incluso de pago de impuestos así como de milagros ante los santos de todas estas fértiles tierras.

“Pertenece a los misioneros anglicanos una pléyade de nombres originales: Cuevas de Gardiner, isla Gardiner, Gable, Puerto Harberton, Viamonte, Cambaceres, Varela, Relegada, Tierra Mayor, Cinco Hermanos, Flat Top, Pink, No Top; Cerros Guanaco, Bandera, Spion Kop, Hewepen, Jeepenor, Saikoh; río Ewan, Ushuaia y una multitud de toponimias ‘yamanas’ y ‘sélknames’ que esperan resurrección”, nos indica el reconocido historiador de raíz vasca Juan E. Belza en su tan hermoso como imprescindible libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.
Nos hallamos en el interior de nuestra hermosa Galicia, al noreste de la provincia de Ourense, en el límite de las provincias de León y Zamora. Es una de las comarcas gallegas donde el vino exhibe su historia escrita en lengua latina. Pues, en efecto, la comarca de Valdeorras es la entrada...
“Mientras la primera expedición de la  Beagle  iniciaba el segundo viaje al estrecho, también por disposición de la ‘Real Sociedad Geográfica’ de Londres, el marino británico Henry Foster emprendía una gira de estudios con el fin de precisar la forma de la tierra por medio de...
Entre las muchas preguntas que nos podríamos formular, una de ellas sería: ¿En qué documento se hace referencia a la traslación del cuerpo de Santiago? Hasta la fecha, las noticias más remotas se hallan en unas adiciones al Martirologio de Floro, obispo de Lyon, marcadas a mediados del siglo IX, donde se relata que los restos del Apóstol Santiago, ‘protomártir’, fueron enterrados ‘frente al mar Británico’. Decapitado por Herodes Agripa, los discípulos de Santiago arribaron con su cuerpo a Galicia.

Mi primera experiencia con el llanto de las tipas, real, fue en la acera del restaurante Morriña, sobre el boulevard Olleros, en el barrio de Belgrano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hace una década. Sucedió en una noche de verano, sentado en una de las mesas al aire libre acompañando a un amigo que me visitaba antes del despacho nocturno.

“Las noticias del viaje subantártico del capitán Cook desataron una invasión de balleneros y cazadores de focas en las aguas sureñas. Predominaron ingleses y norteamericanos. Se calcula que un centenar de barcos rondaron por las ‘Georgias del Sur’ en la última década del siglo XIX.

Hace unos años recibí una llamada telefónica desde Madrid, pidiéndome información sobre temas de inmigración. La persona que hablaba conmigo me dijo que era hijo de gallegos. Que residía en Madrid, desde hace más de quince años, que tenía la nacionalidad española y que su hija había llegado desde Buenos Aires ‘escapando’ del gobierno de De la Rúa. En Madrid hacerle la documentación era casi imposible. Hablamos de los pasos a dar, de los documentos que necesitaba.

“Podían ser más o menos preguntas. Si bien es verdad que sería mejor que fueran muchas más aún, pese a que este número es puramente simbólico. Y es que la capacidad de preguntar le confiere al ser humano una parte importante de su propia y específica definición de persona”, leemos en el ‘introito’ del libro titulado 999 preguntas y respuestas… sobre el ‘Camino de Santiago’, cuyos autores son los periodistas José María Íñigo y Antonio Aradillas, director y subdirector, respectivamente, de la revista internacional de turismo ‘Viajes y vacaciones’. La presente obra corresponde a la editorial ‘Viajes y vacaciones’, Madrid, 1992. Una dimensión ‘xacobea’, pues, que se transformó en la raíz y justificación de los Años Santos, una de los cuales tuvo trascendencia durante 1993.

“Cuando por la gloriosa revolución del 25 de mayo de 1810, proclamó el gobernador delegado de la provincia de Buenos Aires general Martín Rodríguez en el decreto del 10 de junio de 1829, se separaron estas provincias de la metrópoli, la España tenía posesión material de las islas Malvinas y de todas las demás que rodean el cabo de Hornos, incluso la que se conoce bajo la denominación de Tierra del Fuego, hallándose justificada aquella posesión por el derecho de primer ocupante, por el consentimiento de las principales potencias marítimas europeas y por la adyacencia de estas islas al continente que formaba el virreinato de Buenos Aires de cuyo gobierno dependían”, leemos en el decreto del descubridor político argentino de la Tierra del Fuego, el cual no alcanzó en el momento toda la eficacia esperada, ya que los mismos que en septiembre de 1816 habían apresado en la isla de Santa María la Antigua al Almirante Brown, depredado su barco, el ‘Hércules’ y desarmado a la tripulación por haber doblado el cabo de Hornos sin licencia de la Honorable Compañía de la India Oriental, siguieron merodeando –“como lo hacen todavía”– las costas del Atlántico Sur. Episodios como los de Malvinas, de las cartas patentes de pesca –“y otras yerbas”– jalonaron la ruta de los planes de expoliación.
“Este libro está baseado nos diarios que escribín durante a marcha a Santiago na primavera de 1986. Algúns capítulos a penas varían na súa versión final dos orixinais; outros creceron considerablemente durante a agradable tarefa de corrección. A miña preparación para a viaxe incluíu ler todo o que puiden sobre a historia da peregrinaxe. Os libros que atopei máis informativos figuran na breve bibliografía”, escribe Laurie Dennet en su obra Unha aperta ó Apóstolo, edicións ‘Lea’, Santiago de Compostela, 1995.

“La más completa expedición naval española realizada hasta la fecha, 1791, cubrió de topónimos las costas del Este y del Sur de la isla Grande, pero pocos sobrevivieron. Entre los supérstites sobresalen ‘cabo San Pablo’, ‘cabo del Medio’, ‘Mesa de Orozco’, ‘caleta Policarpo’, ‘caleta Arredondo o Falsa’, ‘bahía Aguirre’ e ‘isla Margarita’, más el de ‘Elizalde’ para una ‘isla de Año Nuevo”, leemos en la obra escrita por el insigne historiador de origen vasco Juan E. Belza, la titulada Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1798.

“O estudio do culto ó Apóstolo en Galicia e fóra dela, a peregrinación á súa tumba e os aspectos relixiosos, históricos, literarios, lingüísticos, artísticos, musicais, económicos, sociolóxicos e arqueolóxicos relacionados co que se converteu nun grande fenómeno cultural europeo, constituíu desde hai moito tempo un tema de grande inspiración para a investigación científica”, señala en su ‘Introducción’ el ensayista Vicente Almazán en su obra Seis ensaios sobre ‘O Camiño de Santiago’, Ediciones ‘Galaxia’ / ensaio e investigación, Vigo, 1992.
“Dos cruces del estrecho de ‘Le Maire’ (en 1769 y 1774) dejaron descubrimientos y nombres: ‘cabo del Medio’ en la ‘isla de los Estados’ e ‘isla Nueva’ al sur de la ‘isla Grande”, escribe el reconocido historiador de origen vasco Juan E. Belza en su magnífica obra  Romancero del topónimo...
Qué celebramos en Navidad actualmente es un interrogante que admite diversas respuestas dependiendo del interlocutor, si es católico, cristiano o ateo, por ejemplo. Sin embargo, esta celebración, como muchas otras que observaban las culturas antiguas, seguían rigurosamente el ciclo agrario, y tenían un significado preciso. La fecha refiere al solsticio de invierno, que los celtas llamaron Yule. Al inicio de la época oscura, cuando las horas de luz disminuyen.

Nos trasladamos al año 1324. El que había sido ‘caballero hospitalario’ de nombre Galcerán de Born –protagonista de la novela histórica Iacobus–, con gran preocupación por las noticias acerca de la relajada vida de su hijo Jonás en la corte de Barcelona, le envía una carta plena de órdenes muy estrictas. El joven Jonás deberá prestar el solemne juramento de la ‘caballería’ y transformarse así en ‘gentilhombre’ y adalid de la antigua Sabiduría y el Conocimiento.

“Navegantes de Saint Maló aportaron su cuota de topónimos australes: ‘Cabo San Juan’ de la isla de los Estados, los ‘Tres Hermanos’ de la isla Grande y ‘bahía de la Massacre’, islas de ‘Beauchene’ y ‘Danycan’, ‘bahía de San Francisco’ y ‘estrecho de Santa Bárbara’, en zonas aledañas”, afirma el prestigioso historiador Juan E. Belza en su admirable obra Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

Hai uns anos e nestes mesmos días do mes de novembro ía nun barco chamado ‘Cabo de Hornos’ camiño de Montevideo. Alí agardaba o meu pai que era o fillo más pequeno dunha familia da aldea de Tines (Vimianzo) na que só había unha filla emigrada, Hermosinda, en Bos Aires. Sempre lle preguntaban a meu pai cal foi a razón de non ir para a capital da República Arxentina. A resposta era sempre a mesma e dicía que nunca quixo deixar a aldea xa que tiña casa propia e que o de Montevideo foi motivado pola insistencia do seu amigo Ramón de Castromil co que tivera en sociedade un obradoiro no que os dous ferreiros mallaban no metal para facer boas ferramentas e aparellos agrícolas.