Opinión

‘O Castro de Troña’ –situado en la parroquia de Pías, a corta distancia del ‘concello’ de Ponteareas– nos muestra un destacado elemento a la entrada de su recinto. Posee forma elíptica, de tal manera que ocupa la cima y la ladera oeste del monte conocido por el nombre de ‘Doce Nome de Xesús’. Se...

Hablemos de influencias culinarias. El historiador Claudio Sánchez-Albornoz, con ascendencia gallega por vía materna, en ‘España, un enigma histórico’, califica a Galicia como “un pueblo a la defensiva”, y explica que los muchos pueblos que ingresaron a la península por el sur o atravesando los Pirineos, avanzaron hasta llegar al Fin de la Tierra galaica, y allí se detuvieron y terminaron conviviendo con los nativos.

“Esta breve historia de la Argentina ha sido pensada y escrita en tiempos de mucho desconcierto. Mi propósito ha sido lograr la mayor objetividad, pero temo que aquella circunstancia haya forzado mis escrúpulos y me haya empujado a formular algunos juicios que pueden parecer muy personales”, escribe José Luis Romero en su admirable libro Breve historia de la Argentina, Fondo de Cultura Económica, 1ª edición, EUDEBA, 1963, novena reimpresión, Colección ‘Tierra Firme’, Buenos Aires, 2004 y 2009.

En las espléndidas tierras de la comarca de O Condado la cultura ‘castrexa’ –esto es, de los ‘castros’, de sello romano– se encuentra magníficamente representada. ¿Asentamientos más relevantes? Aquellos que en esta área geográfica hallamos en Troña, Fozara, ‘Castromao’, en Santiago de Oliveira. Asimismo San Amaro, en los límites entre San Mateo de Oliveira y Lira, además de Lourido y Taboexa, entre otros. Hemos de resaltar, no obstante, el ‘Castro de Troña’, sin duda el mejor y más representativo de esta cultura, que comprende un área que nos viene delimitada por el este, por el río Navia; por el sur, por el río Douro, incluyendo, pues, a toda Galicia, Norte de Portugal, así como extremos occidentales de Asturias, León y Zamora.

“En 1965 apareció en la editorial ‘Eudeba’ la primera edición de Breve historia de la Argentina, que Boris Spivacow le encargó a mi padre: un cuaderno, de grandes páginas, con muchas ilustraciones y una viñeta de Schmidl sobre fondo rojo en la tapa. Era un producto típico de aquella notable empresa editorial, tan característica de los años de la década de 1960. El texto concluía en 1958; con su cruce de optimismo e incertidumbres, su fe en el desarrollo de la democracia, la libertad y la reforma social, y sus dudas acerca de la era ‘plutocrática’ que se incubaba, es un testimonio de aquel formidable proyecto social de modernización cultural, tan desdichadamente concluido”, escribe Luis Alberto Romero en su ‘Prefacio’ –­febrero de 1997– al frente de la obra paterna, editada por ‘Fondo de Cultura Económica de Argentina’, 9ª reimpresión, Buenos Aires, 2009.

El Paleolítico sabemos que es el período más antiguo de la historia de la Humanidad, el cual cronológicamente se sitúa desde el momento de la aparición del hombre hasta hace algo menos de 10.000 años. El hombre paleolítico se caracteriza por su ‘nomadismo’, porque precisaba cierta movilidad a fin de alimentarse. Para conocer el pasado remoto de los seres humanos en nuestra Galicia, sólo contamos con ‘artefactos’ fabricados por la mano humana y restos de edificaciones. Existen distintos tipos de asentamientos paleolíticos en la Tierra Gallega; ahora bien, el de los asentamientos de las Gándaras de Budiño –en la cercana localidad de O Porriño– es uno de los más sobresalientes.

“El crecimiento de la zona agropecuaria del norte fueguino y la incomunicación con la capital y puerto del Territorio, forzada por la barrera cordillerana que sólo se rendirá definitivamente en la década de 1960; exigieron desde el principio un puerto de movimiento para productos y productores. De lo contrario, habría que acudir a la rada chilena de Punta Arenas. Popper lo proclamó en 1887”, asevera el siempre admirado historiador de estirpe vasca Juan E. Belza en su exhaustivo libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

Acerca de la “desaparición” del “Cavallero de Bouzas”, leemos las palabras de Don Paulino Freire Gestoso: “¿Cómo una figura tan importante pudo desaparecer? La magnitud de los efectos del ‘Milagro’ con los que entra en la historia de la Iglesia, siguen vivos y aumentando. Su simbología y popularidad son un patrimonio tan significativo que no podemos prescindir de él. La vista de la ‘Concha de la Vieira’ nos lleva a Santiago de Compostela. A Galicia”. Palabras del insigne boucense Freire Gestoso en su admirable libro El Cavallero de Bouzas. Un héroe, olvidado, en la Ruta del Apóstol a Galicia, ‘Gráficas Planeta’, Vigo, 2006.

“Al conjunto de pobladores fueguinos corresponde una cincuentena de topónimos interiores. Los nombres de Ushuaia, Río Grande, Almanza y Tolhuin se oficializan por decretos gubernamentales; los del camino de Ushuaia al Lago Fagnano pertenecen a policías y guardiacárceles; los demás corren por cuenta de los colonos”, afirma el reconocido historiador y lingüista vasco Juan E. Belza en su nunca bien ponderado libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

Henos ante el escudo del ‘Cavallero de Bouzas’, asimismo nombrado ‘Cabaleiro das Cunchas’. “El otro documento irrebatible aportado, en este caso pétreo, está situado en uno de los lugares preferentes de la simbología Xacobea: “Las Platerías”. Está escondida pero presente. Olvidada joya que llegó a nuestro poder gracias al historiador Francisco Singul”, escribe Paulino Freire Gestoso en su libro El Cavallero de Bouzas. Un héroe, olvidado, en la Ruta del Apóstol a Galicia, capítulo X, ‘Gráficas Planeta’, Vigo, 2006.

En la era del grito, como llamo a este tiempo en que nos toca vivir, donde parece imposible que dos personas se pongan de acuerdo sin agredirse ni descalificarse mutuamente, bueno es acudir a la lectura, viajar por la historia, saber de dónde venimos, cómo llegamos hasta aquí, a un siglo XXI que parecía improbable para nuestros ancestros, convencidos de un siempre inminente Apocalipsis.

“Río Candelaria o de Santa Candelaria y Azopardo son las principales toponimias de Otón Gustavo de Nordenskjöld. Las de lago Solier, lagunas Suecas y río Joffre andan en aguas de borrajas”, nos explica Juan E. Belza en su tan sugestivo como imprescindible libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978. Recordemos que en toda la zona Norte de Tierra del Fuego argentina tan sólo existían dos reducidos núcleos de población: los caseríos de “El Páramo” con la comisaría de “San Sebastián” y la “Misión Salesiana de la Candelaria” en la margen izquierda del río Grande, a tres millas de la desembocadura.

Hace más de un siglo que en el mundo nacían centenares de asociaciones gallegas de todo tipo: Instituciones parroquiales, orfeones, asociaciones asistenciales, socorros mutuos, hospitales, periódicos, grupos folclóricos, comisiones pro escuelas, etc. La primera de ellas fue la Sociedad de Beneficencia Naturales de Galicia de La Habana fundada en el año 1871. Luego en 1879 vendría el Centro Gallego de Montevideo y el primer Centro Gallego de Buenos Aires, ese mismo año. Las entidades nacían y crecían en los más diversos países del mundo, especialmente en Argentina, Cuba, Uruguay y Brasil. Cientos de miles de emigrantes protagonizaron varias olas migratorias hasta los años 60 del siglo pasado. Luego el rumbo seria para la propia Europa.

En una foto remitida por Carlos Montenegro Ruiz, leemos acerca del “Chevalier des Coquilles” de Camerino, Italia: “Camerino, Museo Diocesano. Pintura sobre panel de madera que se supone que es de finales del siglo XV, y que se dice proviene de la Iglesia de Sta. María in Via. Se representan 4 episodios del traslado a España del cuerpo de Santiago, entre los cuales figura el Milagro de las Conchas. Esta obra recuerda muchísimo la sección central de la “Predella” del retablo de la capilla de Santiago en la Iglesia de Sta. María de Araceli de Roma, pintado por Giovenale Johanilis, de Orvieto en 1441, y descrito por Miguel de Erce Ximénez, a principios del siglo XVII”.
“Los misioneros salesianos en general y el padre Alberto De Agostini en particular, bautizaron muchos lugares. Hoy persisten los topónimos siguientes: paraje de La Misión, con río y fondeadero homónimo; lagunas Don Bosco, de Los Cisnes y Larga; Misión Fagnano y laguna Taps o de los Pescados; monte y sierra Alvear; sierra Beauvoir, monte y valle Carbajal; sierra Vicinguerra, monte Tonelli y lago De Gásperi”, asevera el distinguido historiador de raíces vascas Juan E. Belza en el capítulo dedicado a la “Misión Salesiana” de su ineludible libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

“Como se puede comprobar, en todos los documentos se repite siempre, al modo de un estribillo, que el hecho aconteció en ‘un lugar llamado Bouzas”, afirma Paulino Freire Gestoso en el capítulo VI de su atrayente libro El Cavallero de Bouzas. Un héroe, olvidado, en la Ruta del Apóstol a Galicia, Gráficas Planeta, Vigo, 2006. Ciertamente, casi con idéntica reiteración, aparece asimismo ese lugar llamado Bouzas en la costa de Portugal, pero sin indicarnos una concreta ubicación.

“Julio Pópper fue el primer explorador de la era argentina y, como tal, padre de muchas nomenclaturas. Perduran: El Páramo; río, sierra y valle Cullen; arroyos Alfa, Beta y Gamma; cerro Vanguardia; sierra Carmen Sylva; puntas Basílica, Sinaí y Pópper; ensenada de la Colonia; sierra y río Fuego; cala y río Ladrillero; río Larrazábal; ensenada Piedrabuena; río y punta Azara; península Mitre; sierra Noguera, sierra y río Irigoyen; ríos Laínez, Bove y Sudamérica; monte Beccar, ríos Bompland y López, sierra Sorondo y Mar Argentino”, leemos en las páginas del siempre admirable libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, cuyo autor es el impar historiador de raigambre vasca Juan E. Belza, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

Como nos relata en su ‘Leyenda-Milagro’ el notorio lingüista y etnógrafo Carré Albarellos, justifica así la instauración de la ‘Concha de Vieira’ como símbolo del Peregrino a Santiago de Compostela: “O Cabaleiro dixo aos navegantes, os discípulos de Zebedeo, todas estas causas en como lle acaeceran e amostroulles as vieiras das que ía cuberto, e preguntoulles que lles ía a eles e     que somellaba d’aquelas cousas todas. Eles dixéronlle: ‘Verdadeiramente quer Deus de te facer ora cimar, e Xesús Cristo, por este seu vasalo que aquí nós traguemos nesta barca, quer mostrar por ele o seu poder a ti e mais aos que nesta terra son. Noso Señor Xesús Cristo quiz mostrar por ti aos que ora son, e aos que han vir, que neste seu vasalo quixeren amar e servir, e que o viñesen buscar alí ú el for soterrado, que deben ende traguer cunchas como esas de que tu és cunchado, en maneira de outras taes por sinal e por selo de privilexio”.

“La moderna expedición francesa de ‘La Romanche’, efectuada en 1882 y 1883, salpicó de nuevos nombres al canal de Beagle: islas Becasse, Bridges, Becassine, Martillo, Yunque, Gemelos del Norte y del Sud, Chata, Cigüeña, Petrel, Les Ecláireurs y Mosqueteros y la rada de los Cazadores, cabo Lajarte y bahía D’Arquistade, los montes Martial, Cornú y tal vez el Hyades”, leemos en las páginas del admirable libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, cuyo autor es el célebre historiador de raigambre vasca Juan E. Belza, publicado por el Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.