Ni saqueo ni asesinato: el avión español ‘Cuatro Vientos’ cayó al mar

La polémica en torno a la desaparición en México del primer avión español con sus dos tripulantes que cruzó por primera vez el centro Atlántico en 1933 sigue latente. “Todas las especulaciones en torno al asesinato para robarles el oro, los billetes y las armas caen por tierra y carecen de todo valor histórico”, señaló el historiador Manuel Ruiz-Romero en un acto de homenaje en México al 75º aniversario de la gran gesta de la aviación española.
Ni saqueo ni asesinato: el avión español ‘Cuatro Vientos’ cayó al mar
 Réplica del ‘Cuatro Vientos’.
Réplica del ‘Cuatro Vientos’.

 La polémica en torno a la desaparición en México del primer avión español con sus dos tripulantes que cruzó por primera vez el centro Atlántico en 1933 sigue latente. “Todas las especulaciones en torno al asesinato para robarles el oro, los billetes y las armas caen por tierra y carecen de todo valor histórico”, señaló el historiador Manuel Ruiz-Romero en un acto de homenaje en México al 75º aniversario de la gran gesta de la aviación española.

La conferencia de Manuel Ruiz Romero se llevó a cabo el 14 de julio por la noche en el Centro Asturiano de México, donde se dieron cita varias personalidades diplomáticas, autoridades militares españolas y mexicanas e invitados en general para celebrar el 75º aniversario del vuelo del ‘Cuatro Vientos’. Estuvieron presentes el Embajador de España en México, Carmelo Angulo, y el consejero Luis María Marina, entre otros.
El acto fue iniciado con una conferencia de Buergo Troncoso, el vicepresidente de la Academia de Historia Aeronáutica de México, quien hizo un repaso de la gran gesta de la aviación española, puesto que se trató de la primera travesía del océano Atlántico, entre España y Cuba, llevada a cabo en junio de 1933.


El vuelo
Fue el capitán de Ingenieros Mariano Barberán y Tros de Llarduya, director de la Escuela de Observadores de Cuatro Vientos y héroe de la Guerra de Marruecos, quien concibió la idea de realizar un vuelo sin escalas desde España a las Antillas. De este modo, la travesía constaba de dos etapas: la primera, el vuelo entre España y Cuba, y una segunda etapa, en la que el ‘Cuatro Vientos’ se desplazaría de Cuba a México.
El avión, fabricado especialmente para la ocasión, era un Breguet XIX GR Super-Bidón, con motor de la Hispano Suiza, que sólo disponía de un sestante y una brújula como instrumentos de navegación. No llevaba, sin embargo, y con el fin de aligerar en lo posible el peso, equipos de radio.
Fueron designados, como primer piloto, el teniente Joaquín Collar Serra, y como piloto y navegante, el propio Barberán. Asimismo, se eligió al sargento Madariaga como mecánico de asistencia en tierra.
Así, en la madrugada del 9 al 10 de junio de 1933, el ‘Cuatro Vientos’ despegó del aeródromo de Tablada (Sevilla) con destino a Cuba. Siguieron la ruta prevista: Tablada, Madeira, San Juan de Puerto Rico, Guantánamo y Camagüey (Cuba), donde llegaron tras cuarenta horas y treinta y nueve minutos de vuelo.
En Camagüey fueron recibidos por las autoridades cubanas, y agasajados en los círculos políticos, sociales y mercantiles de Cuba. El 12 de junio, el ‘Cuatro Vientos’ partió hacia La Habana, donde aterrizó después de tres horas de vuelo, y donde la tripulación fue también recibida con todos los honores.


La desaparición
Tras varios días de celebraciones, el 20 de junio de 1933, comenzó la segunda etapa del viaje, La Habana-México. A las 8:45 horas despegaron del aeródromo de Columbia rumbo a Ciudad de México, donde se esperaba aterrizaran en el aeródromo de Balbuena doce horas después. El avión fue visto sobre Ozita, Ticul, Sabancu, Villahermosa y, a las 11:35 horas, sobre Ciudad del Carmen. A partir de esta posición, desapareció sin dejar rastro.
Los gobiernos de México y Guatemala desplegaron numerosas operaciones de búsqueda y, a pesar de los esfuerzos realizados, no pudo nunca darse con el lugar de caída del aparato.
Fue en este punto de la historia cuando Buergo Troncoso cedió la palabra al historiador nacido en Granada Manuel Ruiz Romero Bataller, quien tras hacer una descripción exhaustiva de la penosa búsqueda planteó su polémica teoría acerca de cómo desaparecieron los tripulantes con el avión.
El conferenciante explicó al público que la única prueba de la pérdida del avión fue una cámara pirelli, encontrada por un campesino el 25 de junio en la Barra de Chiltepec, cerca de Frontera, en el Golfo de México, arrojada por el mar tres días después de la desaparición del avión.
La cámara tenía en relieve el emblema de la marca, el texto Nacional Pirelli Manresa y los números 30 x 4.50, estaba pintada de color rojo y Madariaga, el mecánico de la expedición, la identificó como perteneciente al ‘Cuatro Vientos’.
“Finalmente queremos dejar bien claro que el avión ‘Cuatro Vientos’ y los pilotos Mariano Barberán y Joaquín Collar no llevaban armas de fuego, ni pistolas, ni subfusil; no llevaban ningún tipo de dinero, ni en billetes ni en monedas; no llevaban ningún tipo de joyas, pues hasta las condecoraciones recibidas en La Habana, las transportaba Madariaga; y no llevaban oro en ninguna cantidad, ni en monedas ni, por supuesto, en barras. Admitidos estos hechos como irrefutables, pues están de sobra documentados en los archivos del Ejército del Aire de España, todas las especulaciones en torno a su asesinato para robarles el oro, los billetes, las joyas y las armas, caen por tierra y carecen de todo valor histórico. Como es natural ninguno de los diversos promotores del asesinato de los pilotos, repito ninguno, ha aportado una prueba que históricamente sea admisible para considerar que esos hechos hayan podido ser ciertos”.
Por otra parte, añadió el historiador, quienes defienden la versión del asesinato y el robo por los habitantes de la Sierra Mazateca, no deben olvidar que con esas aseveraciones se están violando los derechos elementales de todo ser humano a la presunción de inocencia, ya que se trata de personas que no fueron acusadas por ninguna autoridad, no fueron presentadas ante ningún juez y no fueron declaradas culpables por ningún tribunal. “Y no olvidemos que quien acusa es quien tiene que probar. Y, este sentido, nadie ha probado nada”, comentó.


Comisión investigadora
Aun así, Manuel Ruiz recordó que las especulaciones en torno al asesinato y robo han sido tan persistentes que el Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire decidió en 1999 que la Comisión de Investigación Técnica  de Accidentes de Aviones Militares (CITAAM), dependiente del Ministerio de Defensa, realizara una investigación del accidente del ‘Cuatro Vientos’ como si acabara de ocurrir días antes.
La Comisión dedicó 20 meses a estudios, análisis y confrontaciones de pruebas y documentos oficiales y extraoficiales, y dictaminó como lugar de la desaparición del avión ‘Cuatro Vientos’, el siguiente: “El avión Cuatro Vientos desaparece en el mar próximo a Frontera en el tramo previsto hacia Veracruz”. Y como causa probable un “impacto violento por falta de visibilidad o pérdida de control por entrada obligada en nubes”.
Acto seguido a la conferencia, los invitados al evento vieron un documental de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) antiguo en blanco y negro sobre el Cuatro Vientos, muy impactante por mostrar imágenes casi inéditas del avión, de Barberá y de Collar.