MARÍA GABRIELA AZAÑA, ESCRITORA ARGENTINA DE ASCENDENCIA BURGALESA

“Escribo para reflexionar sobre una sociedad caracterizada por la falta de empatía, la indiferencia y el individualismo”

María Gabriela Azaña es licenciada en Letras, docente y escritora. Tras el suceso de su primera novela-editada en 2009, ahora está en plena creación de su próximo trabajo. Éste ahonda sobre el pueblo burgalés de Canicosa de la Sierra, de donde proviene su abuela y bisabuelo.
“Escribo para reflexionar sobre una sociedad caracterizada por la falta de empatía, la indiferencia y el individualismo”
María Gabriela Azaña, durante la visita que realizó al pueblo de su abuela en Burgos.
María Gabriela Azaña, durante la visita que realizó al pueblo de su abuela en Burgos.

María Gabriela Azaña es licenciada en Letras, docente y escritora. Tras el suceso de su primera novela-editada en 2009, ahora está en plena creación de su próximo trabajo. Éste ahonda sobre el pueblo burgalés de Canicosa de la Sierra, de donde proviene su abuela y bisabuelo. A la vez que indaga sobre este lugar, vinculado a sus raíces, se asoció al Centro Burgalés de Buenos Aires. Allí le brindaron todo el apoyo para concretar su próximo trabajo literario con datos fehacientes y situándose plenamente en los distintos paisajes de la provincia de Burgos. 

 

Pregunta. ¿Cuándo y de qué manera empezó a vincularse con la literatura como escritora?
Respuesta. Siempre me gustó el campo de las Letras, pero mis primeros acercamientos a éste transcurrieron en el área de la enseñanza y no de la escritura. De hecho, mi título de grado y primer postgrado están vinculados a la enseñanza del idioma inglés como lengua extranjera. Si bien escribí, en idioma inglés, varios artículos académicos y trabajos de investigación con fines pedagógicos, el deseo de incursionar en el género de novela de ficción en español cobró fuerza a partir del año 2005.
P. ¿Fue en ese momento que comenzó a escribir su novela?
R. Sí, por un lado lo hice como una necesidad interior de reflexionar sobre nuestra sociedad postmoderna y sus carencias a nivel comunicativo. Es una sociedad caracterizada por la falta de empatía, la indiferencia y el individualismo. Por otro lado, como una necesidad de reivindicar los menospreciados valores de la amistad y el amor verdadero que nos permiten crecer.
P. ¿Cuál fue esta primera novela y qué repercusiones tuvo?
R. En este contexto, tomó forma ‘Tarde de junio’, mi primera obra de ficción, que salió a la venta en Argentina en octubre de 2009 en la cadena de librerías Yenny-El Ateneo y Cúspide, entre otras. Fue publicada por Ediciones Andrómeda. Se trata de una novela psicológica que atrapó a los lectores por la agilidad de la narración, la profundidad de las reflexiones y las descripciones tan detalladas y vívidas que llevan al lector a adoptar una postura crítica con respecto a los protagonistas.
P. Pese a la gran acogida de su primera novela, en este momento usted encara una creación bien distinta, ¿no es así?
R. Mi proyecto actual tiene que ver con mis raíces. Mi bisabuelo y mi abuela paterna fueron burgaleses. Nacieron y vivieron parte de su vida en Canicosa de la Sierra; luego emigraron a Argentina. Me propongo escribir una novela histórico-costumbrista situada en Canicosa de la Sierra en el siglo XX en memoria de mi abuela Casilda Ureta de Pedro, con quien compartí innumerables momentos gratos de mi infancia feliz.
P. ¿Su acercamiento al Centro Burgalés de Buenos Aires tuvo que ver con esta búsqueda de las raíces?
R. Con la avidez de recopilar datos históricos y anécdotas de vida acerca de Canicosa de la Sierra, encontré la página virtual del Centro Burgalés en Buenos Aires y me acerqué a éste, en marzo de 2010, con la intención de asociarme y participar de las interesantes y enriquecedoras actividades culturales que el Centro realiza. Además en septiembre de 2010, el Centro Burgalés y la Diputación de Burgos me dieron la invaluable oportunidad de viajar a Burgos y a Canicosa de la Sierra para entrevistar a gente del lugar y recabar datos de primera mano.
P. ¿Cuánto aportó este viaje, tanto en su subjetividad como en la elaboración de su trabajo?
R. Fue una experiencia maravillosa, pues nunca había viajado a España y sólo conocía Burgos a través de los relatos de mi abuela, que siempre recordaba, con nostalgia, la belleza de los pinares y la cordialidad y alegría de su gente. Gracias a Ramiro Ibáñez, alcalde de Canicosa de la Sierra, este viaje resultó más movilizador aún, pues hizo posible el reencuentro con mis primos, cuya existencia yo desconocía. Mi querida abuela visitó su tierra cincuenta años después de haberse marchado. Visité su tierra cuarenta años más tarde. Contrastando con las edificaciones modernas de un pueblo próspero, la casa de mi abuela aún sigue en pie.
P. ¿Y respecto a la novela?
R. Apenas está en sus comienzos; aún no tiene título. En Burgos, obtuve material bibliográfico para estudiar la época en que situaré mi historia. Para fines de 2011, espero haber finalizado este proyecto.
P. ¿Qué expectativas tienes sobre esta novela?
R. Deseo que constituya un tributo a Canicosa de la Sierra, en particular, y al resto de la zona de Pinares, cuya industria maderera ha sido y sigue siendo de vital importancia para la economía de España. También será un tributo a su buena gente, trabajadora y solidaria.