Opinión

Quizá sea el nuestro el país en donde más se practica el eufemismo, ese prurito de ponerle a todo diminutivo, como si el lenguaje fuese en sí mismo una afrenta. Así ocurre cuando se alza la voz por encima del murmullo o sordina del habla en lugares públicos; o si se escribe una petición; ni hablar de un reclamo o denuncia...
“Caracas era entonces una ciudad (dice Ségur) grande, propre, élégante et bien bâtie, de 35 a 45.000 habitantes, de ellos 12.000 blancos y 27.000 hombres libres de color. En 1723, por los años en que nacía el padre de Bolívar, la describía así su cronista Oviedo y Baños: ‘Sus calles son anchas, largas y derechas, con salida y correspondencia en igual proporción a todas partes, y como están pendientes y empedradas, ni mantienen polvo ni consienten lodos; por recelo de los temblores, algunos de ladrillo y lo común de tapias, sus edificios los más son bajos”, escribe Don Salvador de Madariaga Rojo en su admirable obra titulada Bolívar, editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1951, reedición, 1975.

“Grazas ás moitas rendas que tiña, entre as que estaban as que xeraba o voto de Santiago e que pagaban unha moi boa parte dos campesiños da coroa de Castela, o poder económico desta sede arcebispal era un das máis ricas e importantes do estado español”, señala el historiador Manuel Vilar Álvarez en su estudio titulado A Praza do Obradoiro, colección ‘Arte na Pedra’, ‘Concello’ de Santiago, Compostela, 2005.

En la capital argentina desembarcaron más de medio millón de emigrantes gallegos que a orillas del Río de la Plata encontraron un acogedor lugar para construir un nido propio al abrigo de viejas tempestades. Cruzaron el mar al ser empujados a abandonar su verde paraíso atlántico de castaños, pinos y robles. La alegría les llegó al ver que en el sur podían criar, educar y dejarle algo en herencia a los descendientes. En la gran ciudad-puerto de Buenos Aires labran su futuro con esfuerzo honrado. A nuestros emigrantes los espera un mate que será el eslabón que los unirá a un espacio de solidaridad en el sur.
“Simón Bolívar nació en Caracas el 24 de julio de 1783, vástago de una de las familias más ilustres de la Provincia. Esta provincia, conocida unas veces por Venezuela, otras por Caracas, nombre de su capital, era entonces entidad autónoma del Imperio español de América, gobernada por un Capitán General. Era, pues, Caracas la capital de uno de los reinos de ultramar que, juntamente con los de Europa pertenecientes a la Corona de España, constituían entonces el complejo Imperio español”, escribe al frente del capítulo I, titulado ‘La Tierra’, dentro de la monumental obra historiográfica y bibliográfica, Don Salvador de Madariaga Rojo: Bolívar, Editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1951
“Son estas seis figuras colocadas nas xambas: na dereita está Santiago, que leva o sombreiro de peregrino con vieira e zurrón colgando de costado. Xoán o Evanxelista e Francisco de Asís. Enfronte teñen a Pedro, que leva tres chaves en alusión a súa potestade sobre o ceo, a terra e o inferno. Paulo e Domingos de Guzmán son fundadores de ordes relixiosas que teñen a predicación como unha das súas finalidades e, tamén, por seren considerados novos apóstolos”, describe así la fachada –específicamente las esculturas que las enmarcan y la decoran– del ‘Pazo de San Xerome’ el historiador Manuel Vilar Álvarez en su obra monografía A Praza do Obradoiro, Ediciones ‘A Nosa Terra’, colección ‘Arte na Pedra’, ‘Concello’ de Santiago, Compostela, 2005.
Fechas patrias y gastronomía. Un tema para reflexionar sobre los orígenes de la cocina nacional de cada país. En unos días, se recuerda en Argentina el 25 de Mayo de 1810, fecha en que se constituye la Primera Junta de Gobierno patrio, y comienza a gestarse la que luego sería República Argentina.

“A Manuel Arocha, que hace veinticinco años me sugirió este libro” es el dedicatario de la magna obra titulada Bolívar, Editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1951, cuyo autor es el señero escritor y célebre historiador Salvador de Madariaga Rojo. Siguiendo la posterior edición de 1975, leemos en su ‘Prefacio’: “Con esta Vida de Bolívar se completa al fin la trilogía americana comenzada hace diez años. La Vida de Colón salió a la luz en 1940; la de Cortés en 1941

“Das tres fachadas do claustro, é a occidental a que mira para a praza do Obradoiro. Foi levantada entre os anos 1568 e 1590, primeiro baixo a dirección de Xoán de Herrera e, despois dun parón por causa das epidemias que afectaron á cidade, continuaron no 1577 baixo a dirección de Gaspar de Arce”, señala el historiador Manuel Vilar Álvarez en su obra monográfica A Praza do Obradoiro, Ediciones ‘A Nosa Terra’, colección ‘Arte na Pedra’, ‘Concello’ de Santiago, 2005.

En 1983 regalé mi libro La Voz de la Casa –novela fragmentaria, según el maestro Filebo; texto memorialista, según Hernán Ortega– al poeta Jorge Teillier, en el casino o refugio etílico “López Velarde”, de la Sociedad de Escritores de Chile… Refugio es más apropiado, porque allí nos protegíamos de las ignominias de la calle –que eran muchas– durante aquella “larga noche de piedra” de los 80’, cuando ser poeta era casi tan peligroso como pasar por terrorista.

“O decaemento do culto xacobeo obriga ó Hospital a achegarse á sociedade en que estaba inserido e afastarse do principio para o que fora fundado, cal era o de atender ós peregrinos e forasteiros. Un destes galegos que entra en xaneiro de 1655 é Domingo Antonio de Andrade que logo sería un dos grandes arquitectos da cidade. O edificio seguirá acollendo enfermos até o ano 1954, cando pasará a ser Parador de Turismo de carácter estatal”, señala Manuel Vilar Álvarez en su obra monográfica A Praza do Obradoiro, Ediciones ‘A Nosa Terra’, colección ‘Arte na Pedra’, ‘Concello’ de Santiago, 2005.

En el grato espacio del refugio López Velarde, Casa del Escritor, rendimos homenaje a Federico García Lorca y a su duende poético, sobre la base de aquella notable conferencia que pronunciara en Buenos Aires, en el año 1933, acompañado de poetas, escritores e intelectuales de una generación privilegiada. Allí estuvieron entonces Rafael Aberti, Silvina y Victoria Ocampo, Delia del Carril, Pablo Neruda y Raúl González Tuñón, entre otras figuras de Iberoamérica y de España. ‘Juego y Teoría del Duende’ fue también presentada por el poeta granadino, ese mismo año, en La Habana.

“…Era aficionado a las tradiciones y leyendas de Galicia, sobre las cuales escribió algunos textos que se encuentran perdidos… Era, aparte, de eso, hombre jovial, inclinado a la caza, al juego y a la bebida, más de lo debido; y más de lo recomendado, a las mujeres, afición que acarreó su ruina,...
“ Los pasos perdidos es una narración en primera persona que, en algunos momentos, adquiere carácter de monólogo interior. A partir del segundo capítulo, el relato es un diario de viaje, que en el plano simbólico se acerca al diario de los conquistadores y pretende ser una Crónica ”, señala la...
La historia siempre se repite, y escenas del pasado vuelven a presentarse cuando menos lo esperamos. Pensaba en esto, al advertir que el cierre de bares y restaurantes debido al estado de alarma, y aislamiento obligatorio que provocó la crisis sanitaria, hizo que el delivery, la comida...
“Esta parte dianteira veríase reforzada por un espazo ou praciña delimitada por uns fermosos marcos ou piares pétreos unidos por unha cadea e que serían o gromo da futura praza do Obradoiro”, nos indica Manuel Vilar Álvarez en su monografía A Praza do Obradoiro , colección ‘Arte na Pedra’,...
Primero fueron los topónimos ( topos = lugar; nimos = nombres). Mucho después, vendrían los diccionarios ( diccio = palabra, concepto expresión; narium = lugar donde se guarda o conserva). Nominar el mundo, los lugares y las cosas, ha sido y es un imperativo del lenguaje. Los nombres son un...