Un empresario gallego fue asesinado y otro secuestrado el mismo día en Venezuela
La violencia en Venezuela volvió a sacudir a la colonia gallega residente en este país, ya que el lunes de la pasada semana uno de sus miembros fue asesinado y otro secuestrado. Manuel Basteiro, natural de A Estrada, murió tras recibir tres tiros en la pierna cuando iba a abrir su negocio: un almacén de material de construcción. Ese mismo día, el muxián Jesús Ovidio Domínguez fue secuestrado cuando estaba solo en la pastelería que tiene en el centro de Caracas. El rescate que han fijado a la familia asciende a un total de 700 millones de bolívares (214.000 euros).
Manuel Basteiro se desangró a la puerta de su almacén de material de construcción en Macaracuay (Caracas), ya que los tres disparos, efectuados por dos hombres que llegaron en una furgoneta, le afectaron a la arteria femoral. Todavía no se han esclarecido los motivos de la agresión pero la familia se muestra convencida de que intentaban inmovilizarlo para robarle. Su mujer, Mercedes Peón, explica que este estradense de 68 años era muy trabajador y no le había hecho daño a nadie. Según ella, todo apunta a un intento de robo que se vio frustrado cuando los transeúntes se acercaron para prestar auxilio a Manuel Basteiro, que tenía dos hijos.
Secuestro en Caracas
Ese mismo día, secuestraban al muxián Jesús Ovidio Domínguez cuando estaba solo en su pastelería del centro de Caracas. Su secretaria se había ido y el empresario estaba solo en el negocio. La familia dio la alarma cuando vio que el empresario no regresaba a casa.
Unas horas después, la hija menor, Marisol, contestaba a una llamada de teléfono de los captores en la que pedían 700 millones de bolívares (214.000 euros). La joven pidió hablar con su padre, que sólo tuvo tiempo para decirle que estaba bien y que estuviera tranquila. La familia asegura que sólo puede reunir 150 millones de bolívares.
La familia ve “imposible” recaudar los 700 millones de bolívares para el pago del rescate y están “perdiendo la esperanza de recuperarle con vida” porque está enfermo, necesita medicación diaria y de no hacerlo “morirá en breve”.
No obstante, esperan poder recuperar a su familiar “sano y salvo” aunque lo ven “muy, muy difícil”, de no poder conseguir el dinero del rescate. En lo referente al secuestro sólo saben que se lo llevaron en un coche blanco y no se ven capaces de reunir todo el dinero.
“Su mujer ha conseguido 150 millones y nosotros estamos intentando vender todo lo que tenemos para ver lo que conseguimos pero veo imposible alcanzar tanto dinero”, lamentó su hermana María desde Muxía.
Además de la evidente preocupación por el secuestro, la familia está “destrozada” porque teme que “conseguir el dinero no sirva para nada” pues el empresario español debe medicarse a diario por haber sido picado el año pasado por un mosquito que le transmitió la enfermedad tropical del dengue, que le provoca fuertes hemorragias y le baja el nivel de plaquetas, además de sufrir problemas coronarios e hipertensión.
Jesús Ovidio Domínguez emigró a Venezuela con 17 años junto a su padre, lugar en el que se casó con Ruth y tuvo dos hijas, Rosa y Marisol, y dos nietas. La última vez que visitó Muxía fue hace doce años, localidad en la que nació el empresario y viven su hermana y sus dos sobrinas. En Portugal tiene una segunda hermana que está en contacto permanente con los españoles. Todos se encuentran “muy mal” anímicamente porque además hace sólo tres meses falleció la tercera hermana.
La familia cuenta con el apoyo del alcalde de la localidad, Félix Porto, que aseguró haberse puesto ya en contacto con el delegado del Gobierno, Manuel Ameijeiras; y el subdelegado en A Coruña, Manuel Pose Mesura; para pedir su mediación en el secuestro; además de haber puesto a disposición de la familia “todos sus medios y apoyo” para lo que necesiten.
Desde la Secretaría de Emigración de la Xunta se pusieron en contacto con el Consulado Español en Caracas porque tienen claro que “es la diplomacia española en Venezuela la que debe trabajar en colaboración con las autoridades para su liberación”; y además hablaron con la familia para mostrarle toda su “solidaridad y apoyo”.
La hermana explicó además que habían hablado con diplomáticos españoles en Venezuela que se habían interesado por saber si el español tenía algún tipo de relación con la política porque, de ser así, los secuestradores “podrían pedir un aumento de la cantidad del rescate”.