Touriño: “Los emigrantes son el mejor modelo de los ‘bos e xenerosos’ que proclama el himno”

Pérez Touriño quiso reservar en su discurso navideño un reconocimiento especial a los emigrantes, a los que se refirió como “mensajeros de nuestros valores por los caminos del mundo”, porque “ellos son el mejor modelo de los ‘bos y xenerosos’ que proclama nuestro himno”, dijo, y añadió: “Porque nos conmueve el patriotismo de hombres y mujeres que devolvieron a Galicia, acrecentadas, las oportunidades que Galicia les negara”.
El máximo dirigente gallego entiende, y así lo puso de manifiesto, que “fueron ellos [los emigrantes], con su sacrificio, con su doble contribución al país natal y al país de acogida, los que tendieron los puentes que proyectan Galicia al exterior y abrieron los poros de nuestra tierra a todos los vientos y acentos culturales”.
Por eso, Galicia, que conoce “en propia carne el drama que comporta el éxodo y la búsqueda de oportunidades”, está “obligada a ser un país abierto y hospitalario” y a acoger “fraternalmente al emigrante que comparte con nosotros el pan y el trabajo, las dificultades y los éxitos, condiciones que le confieren credenciales de ‘galeguidade’ a todos los efectos”, sentenció.
En ese contexto, Touriño hizo alusión a los inmigrantes “que un día llegaron” a Galicia “plagados de ilusión” y que “probablemente en estas fechas padezcan el amargor de la soledad que tan bien conocemos”, dijo, en relación a los gallegos emigrados. Por eso, les invitó a reconocer a Galicia como “su país” y “su casa”.
En “días de tan entrañable significación”, Touriño tampoco quiso olvidarse de todos los gallegos que, “por una u otra causa, están ausentes de su hogar”. Y recordó a los soldados gallegos que, “con riesgo de sus vidas, desempeñan tareas humanitarias y defienden la causa de la paz en lejanos países”. También hizo alusión a los marineros “que velan por la intendencia y prosperidad de nuestros hogares”. A unos y otros, les hizo saber que en Galicia se les aguarda “con los brazos abiertos”.
El presidente aprovechó su discurso para resaltar la profunda transformación que experimentó Galicia en el último siglo.
“Varias generaciones de gallegas y gallegos cambiaron su fisonomía, derribaron los muros del pesimismo resignado y restauraron las vigas maestras sobre las que estamos construyendo el futuro”, dijo.
Superación del estereotipo
A los cambios experimentados en la esfera política, cultural y social, el dirigente gallego añadió, como el más importante, “la superación de ese estereotipo que nos convertía en seres sumidos en la desconfianza, en el individualismo minifundista y en el conservadurismo que esteriliza”.
Para Pérez Touriño, “los gallegos y las gallegas de hoy confían en sus fuerzas y en su capacidad transformadora, conservan los ingredientes más fértiles de su personalidad histórica, pero innovan y miran hacia el horizonte con la decisión de quien se sabe dueño de su porvenir”. Además, dijo, “saben que cuentan con el liderazgo institucional, un factor ausente cuando nuestro himno se encontraba con el corazón encogido por la soledad y por la tristeza, melancolía sólo adormecida de aquella por el bálsamo de la esperanza”.
El presidente gallego destacó a la “democracia y al autogobierno” como los ejes que “canalizan ese enorme caudal de energía colectiva que atesoramos como pueblo, haciendo de Galicia un espléndido ejemplo de los beneficios de la autonomía política”.
El máximo dirigente autonómico considera que 2007 fue un año de “estabilidad y progreso” y así lo destacó en su discurso, donde dijo que la “estabilidad institucional” es la fuente que alimenta la confianza de los emprendedores y de los ciudadanos en general” y la “estabilidad social, el mejor fertilizante para que retoñen, vigorosos, los frutos del desarrollo”.
Respecto al progreso, Touriño se refirió a las oportunidades laborales que se crearon en el último año en Galicia donde, a falta de datos sobre el último trimestre, “cada día de los primeros nueve meses encontraron trabajo 111 mujeres y 52 hombres”, y la población activa “superó ya la cifra de 1.300.000 personas”. “Nunca hasta ahora dispusiera Galicia de tantos brazos y cerebros involucrados en la tarea de crear riqueza”, subrayó.
Derechos
Entre las esferas en las que se produjo progreso, citó la de los derechos, y en ese ámbito se refirió a los derechos de las personas a ser atendidas en sus necesidades. También a los derechos de las mujeres a trabajar en las mismas condiciones que los hombres; a los de los pacientes, a recibir una segunda opinión médica; a los de las familias, a la gratuidad de los libros de texto; a los de los pensionistas más desasistidos, a percibir un complemento autonómico de sus pensiones no contributivas; y a los de las víctimas de la violencia de género, a contar con asistencia y ayuda económica.
Al “progreso en la configuración del territorio como espacio para vivir, convivir y preservar”, sumó el “progreso en la potenciación del sistema educativo y del espíritu innovador”, a los que se refirió como la más “rentable inversión en el mercado de futuros y trampolín único para acceder a la sociedad del conocimiento”.
Pese a todo, el presidente dijo que “no conviene dormirse”, puesto que “Galicia es una obra en permanente construcción en un mundo cada vez más complejo”. “Una sinfonía en la que todos los instrumentos son imprescindibles”, dijo, de ahí el llamamiento a todos “sus hijos, sin exclusión, a unirse en la tarea colectiva”.
Touriño habló de una “unión basada en el diálogo, que evita la confrontación estéril”, y que, según dijo, “es la clave fundamental para no estropear ni dispersar esfuerzos y afrontar los grandes retos que comporta el mundo global”. Porque, dijo “no hay, en ese contexto de interdependencia, desafíos locales que se puedan resolver localmente, ni soluciones que no reclamen una perspectiva local”.
Para el presidente gallego, se trata “de aplicar en nuestra casa, en la casa común de todos los gallegos, los mismos criterios que rigen en el mundo global”.
Las “verdades incómodas” de Galicia
El presidente Pérez Touriño no quiso dejar de lado las “verdades incómodas” que, a su entender, existen en Galicia y, en este sentido, se refirió a la ordenación del territorio y al medio ambiente como las cuestiones que necesitan de “consensos globales y generosos de las distintas opciones políticas y de los distintos territorios”.
“Estoy convencido de que, bajo el signo de la unión, afrontaremos las verdades incómodas, superaremos los grandes desafíos y avanzaremos en la construcción de esa Galicia más próspera, más justa y más equilibrada que ansiamos”, dijo.
Al tiempo, Pérez Touriño mostró “fe” en el país, porque “compruebo que esta Galicia en marcha inspira confianza más allá de nuestras fronteras”, aseguró.
Así mismo, dijo encontrar “la mejor hoja de ruta para ejercer la función” que se le ha encomendado en “el tesón” de los gallegos, y aseguró compartir “los latidos de aquellos corazones, encogidos por la soledad pero inflamados de esperanza, que un día de hace cien años se lanzaron a cantar para proclamar la llegada de los nuevos tiempos”.