La Xunta no excluye una futura ley de nacionalidad que mejore la reforma actual
La reciente modificación del Código Civil en materia de nacionalidad es la “más generosa” de las seis que se han realizado en los últimos 50 años, pero esta reforma no es definitiva, ya que no excluye una futura ley de nacionalidad, “que probablemente habrá que abordar”, para evitar discriminaciones a la hora de conceder este derecho. De este modo respondió el conselleiro de Presidencia al diputado del PP José Manuel Castelao Bragaña, sobre si la normativa aprobada por el Consejo de Ministros responde a las promesas reiteradas de la Xunta a este respecto.
La última reforma para la extensión de la nacionalidad se hizo en 2002, cando gobernaba en España el Partido Poular con mayoría absoluta y ese derecho quedó limitado a las personas que hubieran nacido en el país, recordó Méndez Romeu en el debate que tuvo lugar en el Parlamento gallego este miércoles. El titular de Presidencia recordó que “ahora se hizo esta extensión en una ley que coloquialmente llamanos de la Memoria Histórica, pero que en realidad es una ley de compensación moral por hechos que todos conocemos y que no tuvo el apoyo del PP”.
Según explicó, con la nueva reforma podrán optar a la nacionalidad los nietos de emigrantes que conservaban la nacionalidad española cuando nacieron sus hijos; los hijos nacidos antes del 29 de diciembre de 1978 de mujer española que conservaba la nacionalidad cuando nacieron éstos, o lo que es lo mismo, los nietos de emigrantes que consevaban la nacionalidad cuando naciera su hija; los nietos de abuelo o abuela española exiliados que perdieron la nacionaliad antes del nacimiento de los hijos; los hijos de padre o madre españoles de origen o nacidos en España que hicieran uso del derecho de opción que reconoce el artículo 20.1.b. del Código Civil; y los hijos menores de edad no emancipados de las personas que opten a la nacionalidad española de origen.
Sin embargo, reconoció que la reforma no agota la totalidad de las posibles personas beneficiarias, ya que existen algunos colectivos que no pueden acogerse a esta disposición, como es el caso de los nietos de emigrantes que perdieron la nacionalidad antes del nacimiento de sus hijos –salvo en el caso de los exiliados–; los nietos de abuela española, salvo que perdieran o tuvieran que renunciar a la nacionalidad como consecuencia del exilio; y los hijos mayores de edad de los que adquirieran la nacionalidad española de origen en base a los supuestos de esta disposición.
Durante el debate, el diputado del PP le reprochó que quedaran fuera del derecho a la nacionalidad las personas circunscritas en los casos expuestos por el conselleiro y le preguntó acerca de los motivos por los que no han contemplado todos los casos y por qué han aprobado una normativa con discriminaciones.
Méndez Romeu le respondió que la reforma no es definitiva y que no excluye una futura ley de nacionalidad “que probablemente habrá que abordar”, dijo.
“Si no es definitivo, no es bueno”, le espetó Castelao Bragaña, quien dice que se trata de un “nuevo parche” y considera contraproducente una ley que crea discriminación. Además, apostilló el diputado popular, “la ley de nacionalidad no se puede modificar todos los años”. Castelao acusó a los socialistas de ser responsables de haber generado unas ilusiones a las que no respondieron.
Castelao Bragaña utilizó su turno, que puede ser el último –puesto que no concurrirá a los próximos comicios–, para despedirse de los diputados con una llamada a que le recuerden con “cariño y respeto” por su labor en defensa de los ciudadanos que representa.
Su petición fue tenida en cuenta por el titular de Presidencia, quien le aseguró que se sumará a esa defensa de los intereses de la emigración.