Identificando los restos de los desaparecidos

La Consejería de Derechos Humanos de la Embajada de Argentina en España, el Consulado de Argentina en Galicia y el Equipo Argentino de Antropología Forense en colaboración con la Xunta de Galicia pusieron en marcha el pasado miércoles una campaña de recogida de muestras de sangre que servirá para identificar los 600 cadáveres exhumados víctimas de la dictadura sufrida por este país latinoamericano entre 1974 y 1983. Entre los desaparecidos se sabe con certeza que de los 76 españoles encontrados 18 eran personas nacidas en Galicia.
Familiares de españoles que emigraron a Argentina y desaparecieron entre los años 1974 y 1983 –durante la dictadura militar encabezada por Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agost, responsables de miles de asesinatos secretos de personas por motivos políticos o religiosos– tienen ahora la oportunidad de encontrar los restos de sus seres queridos, aunque siempre hay que ser cautos.
Según el cofundador del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Luís Fondebrider, “durante los últimos 18 o 19 años, el nivel de identificaciones es bajo numéricamente debido a la dificultad que supone analizar huesos y no un cuerpo, un cadáver donde hay huellas dactilares, donde hay una cara, hay cicatrices... y no analizar huesos que es mucho más complejo por el paso del tiempo”.
Gracias al trabajo desarrollado por el consejero de Derechos Humanos de la Embajada de Argentina en España, Carlos María Duhalde; la cónsul general adjunta de Argentina en Galicia, Georgina Bortoloto; y el EAAF, ya han sido identificados 76 españoles, de los cuales 18 eran gallegos de nacimiento y aún puede haber más que sean de origen gallego.
Así pues, los representantes de estos organismos acudieron el pasado 16 de junio al Club Internacional de Prensa en Santiago de Compostela con el fin de poner en marcha una campaña para la recolección de muestras de sangre que permitirán extraer ADN, el principal componente del material genético contenido en nuestras células, que es único para cada persona y que se transmite de generación en generación. De esta forma, los expertos podrán identificar los restos de un ser humano comparando el ADN de estas muestras con un segmento de este compuesto extraído de un fragmento de hueso del fallecido.
La aplicación de esta iniciativa a gran escala ha sido posible gracias a la ‘Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de los Desaparecidos’, compuesta por la unión de los equipos de Argentina, Guatemala y Perú especializados en antropología forense. Como reconocen desde el EAAF, “hacia el 2005, si bien veníamos identificando personas, nos dimos cuenta que nos quedaban cuerpos por identificar, unos 600 que habíamos exhumado en los últimos años. Los familiares se iban muriendo, los padres se morían sin saber qué había pasado con sus seres queridos. Finalmente, sentimos una fuerte frustración, muy grande, por no haberles dado una respuesta. Entonces, nos unimos a dos instituciones, una de Guatemala y otra de Perú, para crear el proyecto llamado ‘Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de personas Desaparecidas’.
Después de esta exhumación, el Equipo Argentino de Antropología Forense se dio cuenta de que muchos familiares vivían en países como Francia, Chile y España. Por esa razón, pidió a la Cancillería argentina su colaboración, para poder llegar a ellos y apoyó la idea.
Desde esta organización, Luís Fondebrider ha querido dejar muy claro que, “para nosotros, es muy importante la dimensión humana del proyecto, no queremos que la gente sea estadística, cifras y números. Cada familia es especial, cada familia es un mundo y queremos por tanto que el trato sea muy humano tanto en el consulado, como a nivel de los profesionales que los atienden”.
Las personas interesadas en realizar esta prueba deberán “llamar a un telefóno central en la Embajada de Madrid que les va a derivar a los distintos consulados de Argentina en España –Vigo, Barcelona, Tenerife y Cádiz–, les informará de los distintos puntos de toma a los que se pueden dirigir”, como indicó un miembro del EAAF, Mercedes Salado.
En estos consulados, se comprobará la identidad de quien llame, que figure en la lista oficial de personas desaparecidas y entonces será derivado. Por ejemplo, una persona de Castilla y León sería derivada a Galicia, donde las tomas de sangre se realizarán en el Departamento de Medicina Legal en Santiago de Compostela y en la clínica Povisa de Vigo.
Entre los requisitos, es imprescindible que esta prueba sólo la realicen parientes biológicos, lo ideal es lo que se llama ‘parientes de primera generación’, es decir, padres, hijos y hermanos. Sin embargo, no deben descartar la posibilidad aquellas personas que se consideren familiares lejanos, ya que la certeza de la identificación aumenta a medida que el número de donantes sea mayor, puesto que la cantidad idónea es de tres personas.
El personal técnico será el encargado de tomar las muestras, una pequeña cantidad de sangre equivalente a 6 gotas que se depositarán en tres soportes de papel especial que permitirá su almacenamiento por años, sin necesidad de que sea congelada o tratada de forma especial.
En caso de padecer una enfermedad y estar tomando medicamentos, haber recibido un transplante de órganos, a excepción de un transplante de médula ósea, o una transfusión de sangre no supondrá ningún problema en la obtención del perfil genético con fines de identificación. Incluso el tener enfermedades infecto-contagiosas como hepatitis o HIV no será ningún impedimento. Tampoco será necesario dejar de comer o beber antes de la extracción.
Este proceso de investigación e identificación de los restos de las víctimas, además de gratuito es lento y difícil. Si las muestras se correspondiesen, el EAAF entregaría un informe de identificación al juzgado con los resultados que también se darían a conocer a los familiares.
En la actualidad, estos resultados permiten, después de más de 25 años de impunidad, llevar ante los tribunales penales a los acusados de delitos de secuestros, desapariciones forzadas, torturas y asesinatos en los años de la dictadura militar. Por este motivo, desde 1985 se abrieron procesos judiciales en Italia, Francia, España, Alemania, Suiza y Suecia.
En nuestro país, los juicios empezaron en 1996 y en 2005 la sentencia condenó a cadena perpetua al ex capitán Adolfo Francisco Scilingo, quien había descrito los ‘vuelos de la muerte’ donde los detenidos-desaparecidos eran arrojados al mar en pleno vuelo.
En este caso, el papel del Equipo Argentino de Antropología Forense fue fundamental, ya que al descubrir los restos de un desaparecido en el cementerio General Lavalle empezaron a investigar el caso y a revisar los libros del cementerio donde descubrieron que esa persona y otras cinco habían sido encontradas en la playa en diciembre de 1977 y sospecharon que podrían ser víctimas de un mismo ‘vuelo de la muerte’. Pocos días después, los cuerpos fueron exhumados y, gracias a al informe del EAAF, se pudo determinar en el juicio que los cuerpos presentaban “fracturas múltiples a nivel de los miembros superiores e inferiores y cráneo, compatibles con la caída desde una altura contra una superficie dura que podría ser el mar”.
El EAAF
Legalmente reconocido, no gubernamental e independiente. Éstas son las palabras con las que se define el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Creado en 1984 a iniciativa de las organizaciones de derechos humanos de la Argentina, su fin es trabajar en la aplicación de las ciencias forenses para ayudar a descubrir qué sucedió con las personas detenidas y desaparecidas durante la dictadura militar.
Desde el punto de vista científico, su tarea consiste en la investigación, exhumación arqueológica de los restos óseos inhumados en fosas comunes e individuales y el análisis del material recuperado para lograr identificaciones positivas de las víctimas y determinar la causa de sus muerte.
Durante estos años ha conseguido identificar a 250 personas desaparecidas durante 1976 y 1983.
La parte de su trabajo tiene un componente humanitario que consiste en relacionarse con los familiares de las víctimas y con los testigos de los hechos, ya que son fundamentales para la reconstrucción del pasado.
Desde 1986 han recorrido todo el mundo para realizar investigaciones, dar conferencias y acudir a seminarios con el objetivo de difundir la importancia de las ciencias forenses en la comprobación científica de violaciones de los derechos humanos.
Este equipo está formado por 13 miembros que se dedican exclusivamente a las áreas antropológica, arqueológica e informática. Además, están en contacto con diferentes profesionales tanto nacionales como internacionales que les pueden prestar asesoramiento cuando reclamen su ayuda. Éste es el caso de Ángel Carracedo, un catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Santiago de Compostela, que va a participar en el proceso de recogida de muestras sanguíneas en Galicia.
Su sede se encuentra en la ciudad de Buenos Aires, pero también tienen una subsede en Nueva York.
Este organismo cuenta con un importante reconocimiento a nivel mundial, ya que han utilizado sus servicios instituciones como el Tribunal Internacional de las Naciones Unidas para Crímenes de Guerra en la ex Yugoslavia; la Comisión Presidencial de Bolivia encargada de buscar los restos de Ernesto ‘Che’ Guevara; American Association for the Advance, así como asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos de América Latina.
Además, ha sido distinguido con numerosos premios de prestigio.