Galicia y Cantabria: 75 años de confraternidad

Caracterizada por su actividad pesquera y sus valiosos recursos naturales, Santander, la capital de Cantabria, se convirtió en un destino idóneo para los gallegos que a comienzos del siglo XX dejaron su tierra para comenzar una nueva vida lejos de su familia y de sus amigos. Tomar esta decisión siempre resulta difícil y asentarse en una nueva sociedad es complicado, por lo que poder entablar una amistad con alguien que ha pasado por la misma situación siempre es gratificante. Con esta idea surgieron distintas asociaciones de gallegos en Santander que dieron pie al actual centro.
Galicia, tierra de emigrantes por excelencia, no sólo está presente en el corazón y en la mente de los miles de gallegos que abandonaron el país en busca de un porvenir, sino también en aquellos que buscaron trabajo en las diversas comunidades autónomas que componen España.
Este fuerte sentimiento de pertenencia unido al paso del tiempo, la lejanía y, a comienzos del siglo XX, a los problemas de comunicación y al mal estado de las carreteras, han dado paso a la morriña, esa palabra con la que aludimos a la melancolía e incluso a la tristeza que nos provoca vivir lejos de nuestros símbolos de identidad como son la lengua materna, la cultura, el baile o las tradiciones de nuestro pueblo.
Con el objetivo de hacer frente a estas sensaciones, los gallegos dispersos por todo el mundo han creado sus propios centros de encuentro donde poder disfrutar del espíritu de Galicia y de la conversación con un paisano. Fue de esta forma como Santander llegó a albergar, en 1918, la Colonia Gallega y, en 1932, la Casa de Galicia.
Ambas sociedades, muy arraigadas en la ciudad, contaban con un gran número de socios y realizaban una serie de actividades de tipo social en las que participaban, no sólo los gallegos, sino todos aquellos que de alguna manera simpatizaban con ellas.
La Casa de Galicia, en los años 30, era la que tenía más socios y organizaba más actividades, ya que contaba con sede propia, junta directiva, reglamentos y una gran variedad de actividades culturales.
Era pues, antes de convertirse en centro gallego, un centro social y recreativo de una gran actividad. Además, la Casa de Galicia contaba con el reconocido Grupo Mixto, compuesto por el grupo de teatro llamado el ‘Cuadro artístico’ y el coro ‘Airiños da Terra’.
No se sabe con certeza la composición de las primeras juntas directivas, porque faltan los libros de registro de socios, los libros de actas y también el reglamento por el que se regía en esos años. Sin embargo, se conoce que en el año 1933 presidía la Casa de Galicia Pío Arines y ocupaba la vicepresidencia Manuel Sánchez-Andrade y Sánchez.
De las dos asociaciones, la Casa de Galicia era la más organizada y la de mayor número. Contaban con más de doscientos asociados en 1933, entre los socios de número (gallegos o hijos de gallegos) y los socios simpatizantes o colaboradores, la mayoría santanderinos, quienes formaban parte del ‘Cuadro artístico’, del coro e incluso de la directiva. Era una sociedad abierta, integrada plenamente en la vida de la ciudad, un centro cultural de primer orden –a tenor de la prensa de la época– y un referente para otras instituciones.
Tras una serie de contactos entre los miembros de ambas formaciones se llegaba al acuerdo de crear una sola sociedad, siguiendo el modelo de las ya existentes en otras ciudades españolas y sobre todo en América. A través de la prensa escrita llegaban noticias sobre el funcionamiento de los centros gallegos radicados en La Habana y Buenos Aires.
El 16 de febrero de 1934 –según las informaciones manejadas siempre en los documentos del Centro– tenía lugar el nacimiento del Centro Gallego de Santander, como fruto de la fusión de las dos entidades afincadas en la ciudad santanderina. La base sobre la que se creaba la nueva entidad y la que más aporta a la fusión era la Casa de Galicia.
A lo largo de 75 años, el Centro Gallego de Santander ha consolidado su presencia real en la ciudad.
La integración social, la aceptación y cercanía popular, la colaboración permanente, las buenas relaciones mantenidas con las instituciones políticas, sociales y militares han sido una constante en la vida de esta entidad.
Su larga trayectoria y sus numerosas aportaciones en actividades de tipo social, recreativo, cultural, deportivo y folclórico, la han convertido en la casa regional más conocida y reconocida en Santander, habiéndose convertido en la embajada permanente de Galicia.
A lo largo de estos años, una larga nómina de hombres ilustres de las Artes y de las Letras, alcaldes, gobernadores civiles y militares, delegados de Gobierno, dirigentes de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y catedráticos han sido distinguidos como socios de honor de este Centro.
Actividades desarrolladas en su 75º aniversario
Los actos conmemorativos del 75º aniversario de la entidad comenzaron el pasado mes de julio con la celebración de la festividad de Santiago, donde se presentó el logotipo creado para esta ocasión. La lectura del pregón estuvo a cargo del alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, quien firmó en el libro de honor del centro. Además, el presidente del Centro Gallego, José Antonio Otero, aprovechó el evento para anunciar la concesión del título de socio de honor de la entidad y el vicepresidente primero del centro, Perfecto Pereiro, hizo una breve exposición sobre la historia de la entidad.
Las casas regionales de Santander también quisieron rendir homenaje a la sociedad a través del presidente del centro riojano, Félix Zárate, el cual hizo entrega de una placa conmemorativa como recuerdo de este evento, que estuvo amenizado por el grupo de coros y danzas ‘Airiños da Terra’.
Desde la dirección de la sociedad se destaca como uno de los actos más emotivos la recepción que el presidente del Parlamento de Cantabria, Miguel Ángel Palacio, ofreció al Centro Gallego en el patio cubierto de la Asamblea Regional. En este encuentro, al que acudió Andrés Castro, en representación de la Xunta y del secretario xeral de Emigración, Antonio Otero tuvo la oportunidad de pronunciar un discurso institucional y de proponer el nombramiento del presidente del Parlamento cántabro como socio de honor. Asimismo, se procedió a un intercambio de obsequios por parte de ambas instituciones.
El broche final a las celebraciones de este mes lo puso la realización de una semana sociocultural, así como un emotivo reconocimiento a las labores realizadas por las anteriores juntas directivas.
El 28 de noviembre, la entidad recibió la visita de los integrantes del Centro Gallego de Vitoria, cuyas directivas intercambiaron recuerdos con motivo de su presencia en la ciudad cántabra.
Continuando con los festejos, el presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se desplazó a la sede social del Centro Gallego, donde recorrió sus instalaciones, firmó en el libro de oro y se dirigió a los asistentes con un discurso en el que resaltó los lazos de unión entre Galicia y Cantabria. Por último, descubrió una placa en recuerdo del 75º aniversario.
Ese mismo día también habían sido invitados el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo; y el secretario xeral de Emigración, Santiago Camba, quienes enviaron sendas cartas de agradecimiento por la invitación y excusaron su ausencia.
En representación del presidente de la Xunta, el subdirector de Programas Sociales, Ramón Brigos, fue el encargado de pronunciar un discurso y de entregar una placa conmemorativa en nombre de la Xunta. Hizo lo mismo, en nombre del Parlamento, el vicepresidente segundo, Ricardo Varela. Ambos firmaron en el libro de oro de la institución.
Ese mismo día, la Real Sociedad de Tenis de La Magdalena acogió la ‘comida de hermandad’ donde se nombró socios de honor del Centro Gallego al presidente del Parlamento de Cantabria, Miguel Ángel Palacio, y al alcalde de Santander, Íñigo de la Serna. Como recuerdo se les obsequió con un presente y una insignia de oro de la sociedad.
También se entregaron los premios a las ganadores del X Concurso Literario ‘Julio Camba’ que fueron fallados en el mes de octubre. En esta edición, el primer premio, dotado con 600 euros, la medalla del centro y un diploma recayó en manos de Mariano Monge, natural de Elche (Alicante), por su relato en lengua española ‘El violonchelo’.
El segundo premio, dotado con 300 euros y un diploma, fue otorgado al relato ‘Un suceso en Oak Ridge’, escrito en lengua española y que, bajo el lema ‘ALHAZRED’, pertenece a Juan Miguel Gutiérrez de la Solana, de Manzanares (Ciudad Real).
Por último, el tercer premio, dotado con 200 euros y un diploma, fue otorgado al relato en lengua castellana titulado ‘Hakim está aquí’ que, bajo el lema ‘ASTAROTH’, pertenece a Javier Díez, de Bilbao.
El almuerzo también sirvió para entregar al ex vicepresidente primero, Luís Fernández, el diploma y la medalla de plata del centro y a Alfonso López una placa en reconocimiento a su esfuerzo y dedicación a la Casa de Galicia en Cantabria.
El 1 de diciembre, el Salón Rosalía de Castro albergó una función teatral a cargo del grupo ‘Cañadío’, que representó las obras: ‘Los garbanzos’, una poesía dialogada de Alberto Casañal; ‘Las aceitunas’, un paso de Lope de Rueda; ‘Jota de la uva’, una obra cantada por el grupo; ‘Tratado de paz’, un paso en verso de Alberto Casañal; ‘Secretico de confesión’, un sainete de los hermanos Álvarez Quintero; ‘Mesonera de Aragón’ y la jota ‘El Guitarrico’.
El 2 de diciembre, el vicepresidente primero del centro, Perfecto Pereiro, impartió una conferencia sobre la historia del Centro Gallego de Santander, en la que repasó las cuatro etapas por las que atravesó el centro desde su fundación en 1934 hasta 2009. Según el presidente de la Casa de Galicia en Cantabria, José Antonio Otero, “su intervención fue muy aplaudida, ya que estuvo llena de recuerdos para muchos de los protagonistas y sus familiares que asistieron a la exposición”.
El 3 de diciembre se celebró el acto de clausura que estuvo presidido por el consejero del Gobierno de Cantabria Vicente Mediavilla, quien en su intervención mostró su compromiso con todas las casas regionales y destacó la extraordinaria labor que éstas desempeñan, resaltando el trabajo del centro gallego.
Por su parte, José Antonio Otero, además de agradecer sus palabras, se comprometió a impulsar la futura federación de Casas Regionales.
Vicente Mediavilla tuvo la oportunidad de recorrer las instalaciones del centro y conocer de primera mano las actividades organizadas por la directiva de la entidad. Asimismo, estampó su rúbrica en el libro de oro, al igual que el cronista oficial de Santander y socio de honor del centro, Benito Madariaga de la Campa, y pudo observar un vídeo recopilatorio de los actos realizados en el mes de julio con motivo del 75º aniversario.
En este último acto, participaron varios ex directivos del centro aunque, según José Antonio Otero, la intervención más emotiva fue la del socio decano Alfonso López, “cuya participación estará siempre en nuestro recuerdo y será un ejemplo a seguir para las futuras generaciones de socios”.
También tomaron la palabra directivos de otras casas regionales que agradecieron las muestras de amistad del Centro Gallego con el resto de entidades. A continuación, el grupo ‘Airiños da Terra’ ofreció una actuación para el deleite de los asistentes.
Iniciativas
A lo largo de 2009, la junta directiva y especialmente su vicepresidente primero, Perfecto Pereiro, realizó una ardua tarea de recopilación de datos sobre la historia del Centro gallego con el fin de publicar un libro en el que aparezcan recogidos y que será editado por la Xunta de Galicia y presentado oficialmente este año.