SU HIJO FIGURA EN LA LISTA DE DESAPARECIDOS DE LA DICTADURA ARGENTINA

Fallece la gallega Dionisia López, una de las madres de Plaza de Mayo

Dionisia López, una de las madres de Plaza de Mayo y fundadora de la Comisión de Familiares de Desaparecidos Españoles durante la dictadura argentina, falleció la pasada semana a los 80 años de edad, víctima de una repentina enfermedad.
Fallece la gallega Dionisia López, una de las madres de Plaza de Mayo
 Dionisia López, durante uno de sus actos reivindicativos.
Dionisia López, durante uno de sus actos reivindicativos.

Dionisia López, una de las madres de Plaza de Mayo y fundadora de la Comisión de Familiares de Desaparecidos Españoles durante la dictadura argentina, falleció la pasada semana a los 80 años de edad, víctima de una repentina enfermedad. Natural de la localidad coruñesa de Cedeira, la mujer se trasladó a Argentina en 1952, en compañía de su esposo y de su hijo Antonio, quien más tarde pasaría a engrosar, junto a su esposa, Estela María, la lista de víctimas de la represión militar de Videla.

 

La muerte se la arrebató a sus familiares con 80 años y cansada de luchar y de sufrir. Su caso no es el único, muchas personas en Argentina viven con el dolor que provocó la dictadura de Videla, pero Dionisia López era una mujer singular, por su coraje y también por la coherencia con la que defendía su postura.
Ella nació en Galicia en los años del hambre y fue para salir de esa situación por lo que se decidió a abrirse camino en el nuevo continente. Junto con su esposo y su hijo Antonio recaló en Argentina y fue en el país austral donde derramaría todas las lágrimas que se pueden verter después de que los genocidas le arrebataran a su hijo y a su nuera obligándola a hacerse a la idea de que ambos habían sido asesinados por los militares.
“Mi hijo era militante. Estaba en un partido político contrario al régimen, pero yo hubiese querido que mi hijo muriera matando, que no se lo llevaran como a un cordero”. Esas palabras suyas, que le salían de la boca entrecortadas por la emoción, las pronunció Dionisia López para ‘Galicia en el Mundo’ en marzo de 2006, al cumplirse 30 años de la dictadura argentina.
Poco tiempo antes, y ataviada con su pañuelo blanco en el que se podían leer los nombres de Antonio y Estela y la fecha de la desaparición de ambos, había saludado al presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, en un acto que tuvo lugar en La Rural, durante la visita que el dirigente gallego había realizado a Argentina.
Vivir con el recuerdo de los efectos de una dictadura tan brutal y que ha provocado situaciones tan macabras “es duro”, dijo Dionisia en aquellas declaraciones, en las que reconocía que, con los años, había aprendido a sentirse reconfortada con la compañía de su hija, su nieta y su biznieta.
Entre las satisfacciones que le proporcionó la vida en sus últimos años figura la aprobación por unanimidad de los tres grupos políticos con representación en la Cámara gallega de una declaración condenando el golpe de estado de Videla y apoyando la ayuda a las víctimas de aquel golpe militar. “Lo que yo no pude ver, lo verán mis nietos. Ahora me siento más tranquila”, le dijo emocionada a un grupo de amigos tras conocer la noticia que le llegó del otro lado del Atlántico.
Sus compañeras de la Plaza de Mayo, que la apodaban ‘la gallega’, tendrán que acostumbrarse a realizar sus reivindicaciones sin uno de sus pilares más importantes; el que les proporcionaba Dionisia, quien falleció sin conocer el destino real que los dictadores dieron a su hijo. “Yo a ellos jamás les haría lo que nos han hecho a todos. Son bestias”, se quejó en la entrevista concedida a ‘Galicia en el Mundo’, al tiempo que reclamaba justicia y pedía a Dios, con la nobleza que le caracterizaba, que “los perdone, y a mí no me desampare”. Ahora, ¡qué descanse en paz la Señora!