Asesinada a tiros en uno de sus hoteles de Caracas una empresaria de Ourense
Sesita Vecoña, una empresaria gallega de 62 años, natural de Ourense y residente en Venezuela, fue asesinada a tiros el miércoles de la pasada semana por dos sicarios mientras dormía en uno de sus hoteles en Caracas. Vecoña forma parte de la negra estadística de los ciudadanos gallegos que fallecen por muerte violenta en este país sudamericano.
Sesita Vecoña, una empresaria gallega de 62 años, natural de Ourense y residente en Venezuela, fue asesinada a tiros el miércoles de la pasada semana por dos sicarios mientras dormía en uno de sus hoteles en Caracas. Vecoña forma parte de la negra estadística de los ciudadanos gallegos que fallecen por muerte violenta en este país sudamericano. Con ella son ya cinco los gallegos asesinados en el país sólo en lo que va de año.
En su caso, una pareja formada por un hombre y una mujer le disparó dos veces mientras dormía en una de las habitaciones del ‘Royal Palace’, uno de los hoteles que esta gallega emigrada regentaba en la capital venezolana.
Según los diarios venezolanos ‘La Voz de Guarenas’ y ‘El Universal’, Vecoña fue agredida por dos personas que para ingresar en el hotel se hicieron pasar por huéspedes. De hecho la recepcionista los anotó como tales en el libro de registro, que posteriormente los asaltantes se llevaron en su huida ya que podría usarse como una evidencia en su contra.
El hotel carecía de seguridad ya que, según ambos periódicos, el vigilante había renunciado al cargo dos semanas por motivos que se desconocen.
Sesita Vecoña acababa de cumplir los 62 años. Esta emigrada nació en Magros (Beariz, Ourense), donde se celebrará su entierro el viernes de esta semana.
La mujer pasó la mayor parte de su vida en Vigo, donde llegó a poseer dos cafeterías, una de las cuales todavía está abierta y regentada por una de sus hijas. Vecoña tenía otros tres hijos, dos de ellos, de 32 y 26 años, en Venezuela, que también se ocupaban del negocio de hoteles de su progenitora, y otra hija más en México.
‘La Voz de Guarenas’ recoge el testimonio de uno de los huéspedes del hotel que fue alertado por los disparos y conocía a la propietaria desde hacía varios años. Este hombre aseguró que no recordaba conocerle enemigos y que, por el contrario, Sesita era una persona “tranquila, feliz y con la personalidad de cualquier mujer de su edad”. Este testigo indicó que había escuchado tres disparos. El tercero hirió a la camarera que, junto a la recepcionista, componía el único personal aquella noche.
En su caso, una pareja formada por un hombre y una mujer le disparó dos veces mientras dormía en una de las habitaciones del ‘Royal Palace’, uno de los hoteles que esta gallega emigrada regentaba en la capital venezolana.
Según los diarios venezolanos ‘La Voz de Guarenas’ y ‘El Universal’, Vecoña fue agredida por dos personas que para ingresar en el hotel se hicieron pasar por huéspedes. De hecho la recepcionista los anotó como tales en el libro de registro, que posteriormente los asaltantes se llevaron en su huida ya que podría usarse como una evidencia en su contra.
El hotel carecía de seguridad ya que, según ambos periódicos, el vigilante había renunciado al cargo dos semanas por motivos que se desconocen.
Sesita Vecoña acababa de cumplir los 62 años. Esta emigrada nació en Magros (Beariz, Ourense), donde se celebrará su entierro el viernes de esta semana.
La mujer pasó la mayor parte de su vida en Vigo, donde llegó a poseer dos cafeterías, una de las cuales todavía está abierta y regentada por una de sus hijas. Vecoña tenía otros tres hijos, dos de ellos, de 32 y 26 años, en Venezuela, que también se ocupaban del negocio de hoteles de su progenitora, y otra hija más en México.
‘La Voz de Guarenas’ recoge el testimonio de uno de los huéspedes del hotel que fue alertado por los disparos y conocía a la propietaria desde hacía varios años. Este hombre aseguró que no recordaba conocerle enemigos y que, por el contrario, Sesita era una persona “tranquila, feliz y con la personalidad de cualquier mujer de su edad”. Este testigo indicó que había escuchado tres disparos. El tercero hirió a la camarera que, junto a la recepcionista, componía el único personal aquella noche.
