COMO “UN RECONOCIMIENTO A TODOS LOS MISIONEROS ANÓNIMOS QUE TRABAJAN EN ÁFRICA”

Presentación López recibe el Premio de los Valores Humanos de Castilla y León 2008

El 28 de octubre del pasado año cambió la vida de la misionera burgalesa María Presentación López Vivar, elegida como Premio Castilla y León de los Valores Humanos 2008. Mientras un grupo de rebeldes tutsis, liderados por el general renegado Laurent Nkunda, ocupaba la ciudad de Rutshuru, una bomba destruía un hospital situado a pocos kilómetros de allí, en Rubare, atrapando entre sus escombros a la religiosa, que pudo ser rescatada con diversas heridas graves.
Presentación López recibe el Premio de los Valores Humanos de Castilla y León 2008
 Presentación López, Premio Castilla y León de los Valores Humanos
Presentación López, Premio Castilla y León de los Valores Humanos
El 28 de octubre del pasado año cambió la vida de la misionera burgalesa María Presentación López Vivar, elegida como Premio Castilla y León de los Valores Humanos 2008. Mientras un grupo de rebeldes tutsis, liderados por el general renegado Laurent Nkunda, ocupaba la ciudad de Rutshuru, una bomba destruía un hospital situado a pocos kilómetros de allí, en Rubare, atrapando entre sus escombros a la religiosa, que pudo ser rescatada con diversas heridas graves.
Tras amputarle ambas piernas en un hospital coordinado por la ONG Médicos sin Fronteras-Francia, y después de una breve estancia en la República de Benín, regresó a su congregación en España: el Instituto de Religiosas de San José de Gerona. Se rompían así más de dos décadas en África, trabajando como voluntaria en Guinea Ecuatorial, Chad, Sudán, y fundamentalmente en la República Democrática del Congo, donde permaneció los últimos 14 años.
“Me gustaría volver, pero cada vez soy más consciente de que la realidad es la que es, y de que no voy a poder hacerlo”, explicó a Ical desde Gerona, sin resignarse, porque “ahora hay otros allá y se puede ser misionero sin importar dónde estés”. “Cada día allí era una aventura por descubrir. Te despertabas pensando en lo que ibas a vivir ese día; una persona con miedo no podría vivir allí, lo pude comprobar por mí misma”, destaca.
Agradecida y “muy sorprendida” recibió la noticia de su elección como Premio Castilla y León. “No me esperaba algo así”, señaló antes de valorar el galardón como “un reconocimiento a todos los misioneros que están allí, en el anonimato, realizando una grandísima labor, entregándose a los más pobres en países con muchas carencias y poniendo sus vidas en peligro; ahí están porque aman a esa gente y porque les quieren ayudar”.
Con sosiego, la religiosa reconocía que ella no ha hecho “nada” en comparación con otras personas como Teresa de Calcuta, un personaje al que admira y del que ha leído “todos los libros que se han publicado sobre ella”. Precisamente, en relación con la madre Teresa, encontró las historias de Julián Campo y José Santino, los dos misioneros que perdieron la vida en el accidente ferroviario de Villada en el verano de 2006. “Fue un verano durante unas vacaciones, leyendo la revista ‘Orar’, donde conocí sus historias, que habían ido a la India, donde ayudaron mucho y estuvieron en relación con la madre Teresa; allí aprendieron que la vida no es solamente diversión, sino que tiene otros valores que son los verdaderos”, recuerda.
Tras dejar Tobar, su pueblo natal, con apenas 12 años para madurar durante un largo periodo de reflexión la posibilidad de ingresar con la hermanas, y después de empezar con su formación religiosa, la hermana Presentación ha regresado al municipio burgalés cada dos años, con el propósito de “reponer un poco las fuerzas”. “No sé si es el clima de África, el calor, la malaria o todo en general, que te consume poco a poco”, explica.
Periódicamente, mantiene el contacto con las compañeras con las que ha compartido estos últimos años, cuando ellas pueden acercarse al núcleo urbano de Goma, en el extremo oriental del país, cerca de la frontera con Ruanda, donde se intercambian correos electrónicos en los que la informan de la situación de la zona.
“Ahora por allí están en calma; los rebeldes ya se han instalado y la ONU vigila todas las comunicaciones por carretera incluso con tanques. Cuando tienes que viajar eso te da seguridad, porque antes cada vez que tenías que trasladarte a Goma lo normal era que te tocara que te ‘pillaran’ (robaran): te paraban el coche y lo desvalijaban, levantando hasta los asientos por si llevabas algo escondido”, relata.


El papel de los misioneros
Desde la sede de su congregación en Gerona, y tras su rehabilitación diaria, que va “por buen camino”, según le comentan los médicos, explica a Ical que el papel de los medios de comunicación es “muy importante” para conocer la situación de los países más desfavorecidos. “En las noticias siempre aparece algo de las guerras y de cuanto allí sucede; no se habla expresamente del papel de los misioneros, pero la gente sabe y conoce la pobreza de África, de países como Guinea, El Congo, Etiopía y otros tantos como hay”, concluye, antes de hacer un llamamiento a la solidaridad “para que esa gente pueda vivir un poco mejor”.