“Los premiados representamos al peregrino y la Comunidad a la figura que nos acoge y ofrece sus dones”

“Los premiados representamos al peregrino y la Comunidad a la figura que nos acoge y ofrece sus dones”
El escritor de adopción leonesa José María Merino, Premio Castilla y León de las Letras 2008, acudió a los clásicos para reflejar, de manera alegórica, la hospitalidad y la generosidad del alto reconocimiento que reciben de la Comunidad Autónoma. “Hoy nosotros, los premiados representamos al peregrino de la imagen, y la Comunidad es la figura arquetípica del antiguo símbolo, que nos acoge y nos ofrece sus dones”, destacó.
Merino, que habló en nombre de los ocho premiados, trazó un discurso con alusiones a los clásicos para referirse al júbilo y la exaltación colectiva que originan estos momentos que se dedican a enaltecer a los mejores, y con elogios por la institucionalización de unos premios con “tanta solemnidad”.
“A los galardonados nos corresponde el honor de ser los protagonistas de ese espíritu y los principales beneficiarios de ese júbilo”, afirmó el escritor, miembro de la Real Academia Española y considerado uno de los grandes cuentistas españoles. Merino volvió a acudir a los clásicos para agradecer la “calida recepción y la generosa hospitalidad”.
En ese momento de su intervención, describió la imagen alegórica de una “dama coronada que ofrece al peregrino la copa restauradora, salutífera, mientras con la otra mano sostiene el cuerpo de Amaltea, inagotable generador de la abundancia”. Merino comparó a los premiados con los peregrinos y a la Comunidad con la figura simbólica “que nos acoge y nos ofrece sus dones”.
Pero este alto reconocimiento, afirmó que no sólo les honra, sino también que les reconforta por lo que tiene de estímulo para el futuro. Merino agradeció que los premios se hayan institucionalizado, pues con “tanta solemnidad”, en su opinión, se pone una “nota luminosa y alentadora” en la que se proclaman “frutos más esperanzadores de la vida en un mundo donde sufrimos demasiadas noticias teñidas de lo tenebroso y lo desdichado, cuando no de lo brutal o lo mortífero”.
En nombre de los premiados, agradeció que en José Luis Alonso Hernández se hayan valorado sus decisivos trabajos en materia de espectroscopia de microondas; en Ángel Mateos Bernal, su singular obra escultórica; en José Antonio Pascual Rodríguez, sus relevantes estudios filológicos y lexicográficos y de historia del español; en el Bosque Modelo de Urbión, sus ejemplares labores para una gestión forestal equilibrada y razonable; en María Presentación López Vivar, su compromiso arriesgado y valeroso en la ayuda médica a los más necesitados; en la Asociación Colección de Arte Contemporáneo, su cuidadoso tesón para reunir un repertorio emblemático de las artes plásticas de los últimos tiempos; y en Carlos Sastre Candil, su galardonada trayectoria en el deporte ciclista que practica.