CONGRESO INTERNACIONAL EL ASOCIACIONISMO DE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA EN EL EXTERIOR: SIGNIFICACIÓN Y VINCULACIONES

Elda González destaca la ausencia del hecho autonómico y local en el asociacionismo de Brasil

Las prácticas de la emigración española a Brasil centró la ponencia de Elda E. González, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que empezó explicando las diferentes etapas y tipologías de la emigración española a Brasil.
Elda González destaca la ausencia del hecho autonómico y local en el asociacionismo de Brasil
 Elda E. González, Núñez Seixas y Alejandro E. Fernández.
Un momento del debate sobre las ponencias.
Las prácticas de la emigración española a Brasil centró la ponencia de Elda E. González, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que empezó explicando las diferentes etapas y tipologías de la emigración española a Brasil. Según argumentó hay dos tipos de emigrantes, los que fueron a Brasil y más concreto a Sao Paulo, a través de las captaciones gubernamentales y los que fueron por libre y se quedaron en las ciudades más importantes como Sao Paulo, Santos, Río de Janeiro, Salvador de Bahía y Porto Alegre. En el primer colectivo se enmarcan las migraciones familiares mientras que en el segundo son hombres solos.
Una de las principales características del asociacionismo en Sao Paulo es que hace referencia a todos los españoles. Según González pueden que esto responda a una emigración muy heterogénea o a que muchos eran andaluces y al no ser de una comunidad histórica sólo hacían referencia a España.
Por aquel entonces se empiezan a desarrollar nuevas ciudades en el estado y se crean nuevos espacios de sociabilidad. “La mayoría de estas asociaciones fueron fundadas en los últimos años del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Para entonces, el número de inmigrantes españoles en el estado superaba la cifra de 100.000 individuos”, asegura Elda González.
Para esta investigadora el origen de las asociaciones era actuar “en sectores en donde el poder público no existía, es decir en el sistema de salud y de seguridad social”. Además –recuerda- las asociaciones hacían aflorar la “solidaridad” necesaria para vivir en una zona fronteriza y mantenía la identidad española.
Pero además de hacer frente a cuestiones complicadas de la vida cotidiana como la asistencia sanitaria y farmacéutica, las sociedades pugnaban por dar buen ejemplo y hacerse visibles, todas querían proyectar una imagen positiva, ya que de esta manera se dignificaba la sociedad de origen.
Elda E. González detalló de manera pormenorizada como se reglaba la vida en las instituciones y explicó que había socios activos: españoles e hijos de españoles, y socios pasivos que eran los que tenían otra nacionalidad, menores de 15 años y mujeres. Una de las cosas que llama la atención es que “la admisión de socios que no tuviesen la nacionalidad española sólo fue ejercida por los centros sin adscripción en su denominación autonómica, en algunos casos se limitó a los cónyuges extranjeros, pero en general no hubo exclusiones”.
Esta investigadora también explica que una de las aspiraciones de la mayoría de los centros era tener una sede propia para poder “salir del anonimato y tener visibilidad social”.
Tras el recorrido histórico, Elda González hizo un repaso por la actualidad explicando que actualmente en Brasil están la Real Sociedad Beneficencia de Bahía y Sociedad Española de Beneficencia de Río de Janeiro, que poseen cada una un buen hospital; la Sociedad Rosalía de Castro de Sao Paulo y Santos y la Asociación de Recreo de Ancianos de Río de Janeiro, que se dedican a la ayuda de españoles sin recursos y un grupo de asociaciones recreativas y culturales, casi todas con magnificas instalaciones.