El Centro Burgalés de Buenos Aires inauguró su biblioteca con el nombre de Laurentino Álvaro

A partir de esta semana, los socios del Centro Burgalés de Buenos Aires pueden consultar la colección de cerca de un millar de obras especializadas en autores y temáticas burgalesas y castellanas y leonesas que atesora la asociación.
El Centro Burgalés de Buenos Aires inauguró su biblioteca con el nombre de Laurentino Álvaro
 Julia Hernando, acompañada por Maricarmen Ruiz, Gabriela Azaña, Teodoro González y Patricio Gómez, durante la inauguración de la Biblioteca del Centro Burgalés de Buenos Aires.
Julia Hernando, acompañada por Maricarmen Ruiz, Gabriela Azaña, Teodoro González y Patricio Gómez, durante la inauguración de la Biblioteca del Centro Burgalés de Buenos Aires.

A partir de esta semana, los socios del Centro Burgalés de Buenos Aires pueden consultar la colección de cerca de un millar de obras especializadas en autores y temáticas burgalesas y castellanas y leonesas que atesora la asociación. Además, el catálogo de libros, que se digitalizó para facilitar a los interesados la búsqueda de material, también se podrá consultar desde España, según explicó la presidenta de la entidad, Julia Hernando, durante el acto inaugural, el pasado sábado 19 de mayo.
La sala, que lleva el nombre de un exdirectivo de la institución, Laurentino Álvaro, se inauguró con la presencia de sus sobrinos, Carlos y Daniel Álvaro. Al descubrir la placa  Hernando, que estuvo acompañada por el vicepresidente del Burgalés, Teodoro González, señaló que el “Burgalés sigue haciendo obras, y una obra muy importante que nos quedaba pendiente era la concreción  de una biblioteca del Centro”.
La presidenta del Centro, que además dirige la Federación de Sociedades Castellanas y Leonesas de la República Argentina, recordó que fue Laurentino Alvaro quien propuso a la comisión directiva comprar el predio que acoge al Centro. Promediando el año 1951, explicó, los directivos acordaron comprar la propiedad con el aporte voluntario de los socios que estuvieran en condiciones de hacerlo. A modo de ejemplo, del carácter de Laurentino Álvaro, Hernando contó que una vez un emigrante burgalés, de oficio panadero, falleció repentinamente dejando desamparados a su viuda y seis hijos pequeños. A los pocos días de la muerte un grupo de burgaleses se presentó a la viuda para anunciarle que ellos se harían cargo de la manutención de los niños hasta que ellos pudieran valerse por sí mismos. “Promesa que efectivamente cumplieron”, apuntó y continuó: “Uno de esos burgaleses era Laurentino Alvaro y el menor de esos seis niños que protegieron era Lorenzo Miguel, ex secretario general del poderoso sindicato de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica de Argentina)”.
Santiago González, amigo entrañable de Laurentino Álvaro, también contribuyó a definirlo en su perfil humano, a través de anécdotas y reflexiones sobre la vida de Laurentino y de los emigrantes en las décadas de los 50 y los 60.
En la presentación, además, se proyectó un audiovisual que recoge imágenes de Álvaro y da cuenta de la historia de la institución por los años 50 y 60.
Cerrando el acto, la presidenta agradeció a la arquitecta Maricarmen Ruiz Gallo, que fue la encargada del diseño de la biblioteca y realización de las obras; a la escritora María Gabriela Azaña, que clasificó el material y digitalizó un catálogo al que se puede acceder tanto desde Argentina como desde España; y a Patricio Gómez Segura, que fue el responsable técnico de la digitalización del catálogo de la biblioteca.
Asimismo, Julia Hernando agradeció muy especialmente a la Junta de Castilla y León y al  Ayuntamiento y la Diputación de Burgos que donaron gran parte del material de la biblioteca, y en particular, a la Viceconsejería de Cultura de la Junta, quien periódicamente les ha hecho llegar material al Centro.

Las obras
Durante la presidencia de Julia Hernando, la Asociación remodeló su sede bajo la dirección de la arquitecta Maricarmen Ruiz Gallo y con la ayuda de la Junta de Castilla y León y la Diputación y el Ayuntamiento de Burgos.
Maricamen Ruiz Gallo señaló que cuando se pensó la obra del salón necesitaban dependencias que cubrieran las necesidades planteadas por la comisión directiva. En el plan general de obras, precisó, desde un principio se pensó en destinar una de esas dependencias a la biblioteca y otra a montar un salón de danzas que esperan inaugurar en breve. “La idea –avanzó–  fue armonizar el espacio que teníamos generando módulos para que lo que acá había como canchas de paddle se convirtieran en un sitios agradable para los socios”.

El proyecto
El proyecto de digitalizar la biblioteca del Burgalés comenzó a gestarse en marzo de 2011, como propuesta principal del departamento de cultura del Centro Burgalés con el fin de crear una base de datos virtual, acorde a las nuevas tecnologías de la información, para invitar a todos los socios a sumarse al mundo de la cultura y la lectura y la crítica constructiva y para alentar a los más jóvenes a adentrarse en el legado de nuestros ancestros quienes no se han cansado de reflexionar sobre los orígenes. Poner en marcha la biblioteca supuso también crear un espacio físico confortable para que los socios puedan consultar la bibliografía disponible, 818 piezas, que data desde 1925 hasta el año 2011, que se encuentran catalogadas por autor y área temática.