Grancanarios homenajearon a su patrona, la Virgen del Pino

El sábado 10 de septiembre, la Junta Directiva de la Asociación Civil Hijos y Amigos de la Virgen del Pino de Gran Canaria homenajeó a su patrona con diversas actividades recreativas y religiosas. El Hogar Canario Venezolano (HCV) de Caracas fue el lugar en donde los amigos de la Asociación y creyentes marianos se reunieron.
Grancanarios homenajearon a su patrona, la Virgen del Pino
 Parte de los invitados especiales, junto a la presidenta de la A.C. Virgen del Pino.
Parte de los invitados especiales, junto a la presidenta de la A.C. Virgen del Pino.
El sábado 10 de septiembre, la Junta Directiva de la Asociación Civil Hijos y Amigos de la Virgen del Pino de Gran Canaria homenajeó a su patrona con diversas actividades recreativas y religiosas. El Hogar Canario Venezolano (HCV) de Caracas fue el lugar en donde los amigos de la Asociación y creyentes marianos se reunieron.
El acto religioso se inició a las 7:00 pm. El padre Carlos Luis Suárez fue el encargado de oficiar la homilía y guiar a los asistentes en el amor a la iglesia y a la virgen del Pino. La Rondalla Típica del HCV lo acompañó con sus cantos y su música en esta labor.
El homenaje a la patrona de la Diócesis de Gran Canaria inició con un gran “¡Que Bonita está la virgen en lo alto de su altar!”, exclamado por el padre, quien también instó a los presentes a escuchar el llamado de la virgen, “salir de la cueva como salieron los pastores aquella noche a donde no imaginaban”. La aparición de la Virgen del Pino siempre ha estado rodeada de misterio, una de las leyendas más conocidas cuenta cómo el 8 de septiembre de 1481 la imagen apareció en lo alto de un pino y desde entonces fue venerada por los pastores grancanarios.
Los distintos pueblos de Gran Canaria se hicieron presentes en la celebración en el momento de las ofrendas; Las Palmas, Agaete, Mogán y La Aldea de San Nicolás, Aguimes, Artenara y Tejeda, Arucas, Firgas, Gáldar, Ingenio, Moya, San Bartolomé y Santa Lucía de Tirajana, Santa Brígida, Santa María de Guía, Vega de San Mateo y Valsequillo, Telde, Teror, Valleseco además de las representantes del Hogar Canario Venezolano y la ‘Octava Isla’ (Venezuela) entregaron sus ofrendas a la Virgen del Pino.
El alcalde de Teror, Juan de Dios Ramos, no pudo visitar Venezuela para estar presente en las celebraciones a la Virgen del Pino pero envió sus saludos y comentó: “Aunque no pueda estar en persona con ustedes quiero estar presente con estas palabras dándoles mi apoyo y celebrando esta fiesta mágica que nos une a miles de kilómetros de distancia”.
Juan de Dios Ramos hizo llegar un reconocimiento a la presidenta de la Junta Directiva, Concepción Amador Ramos, como reconocimiento por su labor en la Asociación Amigos de la Virgen del Pino del Hogar Canario Venezolano.
El presidente de la ACBC Isla de La Gomera, Enrique Plasencia Herrera, a través del declamador Juan Magdalena Fagundo, demostró su amor a la Virgen con una poesía, alabando su bondad y pidiendo salud para el próximo año que le permita seguir trabajando y escribir otra poesía en su honor. Para concluir la misa el padre bendijo a los presentes y agradeció la asistencia a la ceremonia religiosa.
La Virgen del Pino salió en procesión para recorrer las instalaciones del HCV acompañada por el Grupo de Danzas Herreña Garoé, hasta llegar al Oratorio donde la virgen tiene su altar junto a la Patrona de Venezuela: Coromoto, y la de Canarias: La Candelaria, y las de las restantes seis, el resto del año.
Como parte de los actos previos a la misa, a las 6:00 pm, se rezó un rosario y posteriormente se nombró a la Camarera de la Virgen 2011, Encarnación de González, y la Romera Mayor 2011, Licsole González Merlo.
Junta Directiva de la A.C. Hijos y Amigos de la Virgen del Pino, período 2009-2011: Concepción Amador Ramos, presidenta; Juan Díaz Pulido, vicepresidente; María del Pino Alemán, secretaria general; tesorera, Ana María Mota de Méndez; Asuntos Sociales: Francisca Rodríguez de Suárez; Ana Cecilia de Luis y Claudia Valenzuela de Márquez; María Eugenia Terán de Álvarez, Admisión; Carmen de Socorro y Andrés Socorro, camarera y custodio de la Virgen del Pino, respectivamente; Ivonne González de López, Relaciones Públicas; Licette de González responsable de Cultura; y Alberto Medina Padrón, Deportes.  


Virgen del Pino
Nuestra Señora del Pino es una de las advocaciones marianas que representan a la Virgen María. Está situada en el camarín de la Basílica de Nuestra Señora del Pino, en el municipio de Teror, en la isla de Gran Canaria, España. La virgen grancanaria fue coronada canónicamente en 1905 y en 1914 fue declarada patrona de la Diócesis de Canarias por el Papa Pío X
Los diferentes reconocimientos del pino de la aparición de la imagen de la Virgen estuvieron orientados a la comprobación de la tradición. El pino de la aparición, robusto y ejemplar autóctono, tuvo 41,75 metros de altura y 6,72 centímetros de circunferencia. Sin embargo, la extraña lápida que sirvió de pedestal a la virgen, con huellas podomorfas grabadas en la piedra, sólo fue vista por los pocos que subieron al alto pino, ya que la misma desapareció al caer el árbol.
Señala la tradición que la aparición tuvo lugar el 8 de septiembre de 1481, siendo venerada la imagen desde entonces, además de por unos pastores, por el propio Fray Juan de Frías, obispo de la entonces Diócesis de Canarias. De acuerdo con el relato tradicional, todo esto ocurría cuando se estaba culminando la conquista de Gran Canaria, que tuvo lugar entre 1478 y 1483.
El lugar de la aparición era un frondoso bosque que en el siglo XV se extendía por todo el centro y norte de la isla, que algunos historiadores sugieren que pueda ser un apéndice de la denominada Selva de Doramas. El pino en el que apareció la imagen crecía en una zona conocida como Aterura, que en algunos escritos de la época aparece con las denominaciones Terore o Terori y que con el transcurso del tiempo quedaría fijado en la forma Teror que es la que ha llegado hasta nuestros días.
“Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso la encontraron en la eminencia de un Pino, rodeada de tres hermosos dragos, de cuyas ramas se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenne de aguas medicinales”. Fernando Hernández Zumbado, Novena a Nuestra Señora (1782).