NACIDA EN TACORONTE (TENERIFE) CUMPLIRÁ 100 AÑOS EL PRÓXIMO 28 DE DICIEMBRE

El Gobierno canario dedica el ‘Día de las Letras 2010’ a María Rosa Alonso, profesora de la ULA

Recientemente, el Consejo del Gobierno de Canarias aprobó la propuesta de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes de dedicar el ‘Día de Las Letras Canarias del año 2010’, a celebrarse el 21 de febrero del venidero año, a la profesora María Rosa Alonso, de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes (ULA).
El Gobierno canario dedica el ‘Día de las Letras 2010’ a María Rosa Alonso, profesora de la ULA
 Imagen de archivo de María Rosa Alonso.
Imagen de archivo de María Rosa Alonso.
Recientemente, el Consejo del Gobierno de Canarias aprobó la propuesta de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes de dedicar el ‘Día de Las Letras Canarias del año 2010’, a celebrarse el 21 de febrero del venidero año, a la profesora María Rosa Alonso, de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes (ULA).
María Rosa Alonso, que nació en Tacoronte (Norte de Tenerife), cumplirá 100 años el próximo 28 de diciembre, se convertirá el próximo febrero en el centro y protagonista de un rico programa de actividades, que cuenta con la adhesión de 44 instituciones públicas y 56 asociaciones, entre las cuales se encuentran fundaciones, editoriales y diversas personalidades del mundo cultural, diseñado por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Canarias.
La canaria, después de cursar sus estudios de Bachillerato en el Instituto de Canarias de La Laguna, ingresa en 1929 en la Universidad de La Laguna, que sólo dictaba los cursos completos en las Facultades de Químicas y Derecho, las dos únicas existentes, y los preparatorios de Filosofía y Letras, donde tuvo la oportunidad de seguir las enseñanzas del catedrático de Literatura Española Ángel Valbuena Prat.
Se inicia como colaboradora de los periódicos de Tenerife en 1930 y, como estudiante, propone la creación del Instituto de Estudios Canarios, dentro del seno de la Universidad de La Laguna, en cuya fundación participó en octubre de 1932.
Para culminar sus estudios se desplaza a Madrid, 1933-1936, y obtiene la licenciatura de Filología Románica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense. En Madrid tuvo como maestros a Ortega y Gasset, García Morente, José Gaos y Américo Castro, compartiendo pupitres con Julián Marías, Joaquín Satrústegui, Tovar y Ridruejo, según ella “una universidad gloriosa”, que la Guerra Civil “rompió y la convirtió en vergüenza”. María Rosa fue una de las primeras mujeres canarias que pisó la universidad, ya que su madre quería que fuese maestra.
Aprovecha el obligado receso por la Guerra Civil para redactar en Tenerife sus primeros libros y en 1942 ingresa como profesora de la recién creada Facultad de Filosofía y Letras (Sección Clásicas) hasta finales de 1953. En el interín, realiza trabajos sobre el poema ‘Antigüedades de las Islas Afortunadas’, de Antonio Viana, que le sirven para presentarlos como tesis doctoral en la Universidad de Madrid en 1948.


Emigra a Venezuela
En 1954, como otros muchos canarios, emigra a Venezuela. Ejerce como profesora en varios colegios privados de Caracas, hasta que en 1958 ingresa en la Universidad de los Andes (Mérida), en donde se desempeña como profesora titular en la recién creada Facultad de Humanidades y Educación. Por problemas en la visión, el Consejo Universitario de la ULA, desde finales de 1967, le adelanta el retiro en calidad de jubilada, condición que aún mantiene, convirtiéndose en la jubilada más longeva de la institución.  
Se instala en Madrid, a inicios de 1968, en donde se dedica a su verdadera vocación, escudriñar las bibliotecas, practicar el periodismo cultural, reeditar sus antiguos libros, sumar otros nuevos y esporádicamente como conferencista, en actividades académicas y culturales.
La dilatada labor académica e intelectual de María Rosa ha sido reconocida en múltiples ocasiones, recibiendo la medalla de oro del Cabildo Insular de Tenerife y el Premio Canarias de Literatura, así como el doctorado ‘honoris causa’ de Filología de la Universidad de La Laguna, acto público solemne realizado en el Paraninfo de la Universidad, en el que también le concedieron el doctorado ‘honoris causa’ al profesor Antonio Betancourt Massieu (ex rector de La Laguna), Mario Soares (presidente de Portugal) y Lázaro Cárpenter (filólogo, Universidad Complutense de Madrid), en febrero de 1994, que tuve la oportunidad de presenciar, y en el que María Rosa hace un reconocimiento especial a la Universidad de Los Andes, muy cambiada desde aquel lejano 1967, cuando ella la dejó y a la que no ha regresado físicamente pero si mentalmente, porque la lleva en el corazón.
María Rosa Alonso ha cultivado la prosa narrativa y de evocación lírica. Además de innumerables artículos en revistas especializadas de España e Hispanoamérica, ha sido asidua colaboradora de la prensa del Archipiélago. Entre sus obras: ‘San Borondón’, signo de Tenerife (1940); ‘En Tenerife, una poetisa. Victoria Bridoux Mazzini’ 1935-1862 (1940 y 1944); ‘Con la voz del silencio’ (1945); ‘Otra vez’ (1951), novela; ‘El Poema de Viana’ (1952); ‘Pulso del tiempo’ (1953); ‘Manuel Verdugo y su obra poética’ (1955); ‘Residente en Venezuela’ (1960); ‘Sobre el español que se escribe en Venezuela’ (1967); ‘Papeles tinerfeños’ (1972); ‘La ciudad y sus habitantes’ (1989) y ‘Santa Cruz, vocación de futuro’ (1989).