ERA LA PROFESORA MÁS LONGEVA DE LA ULA

La canaria María Rosa Alonso acaba de abandonarnos

María Rosa Alonso Rodríguez nació el 28 de diciembre de 1909, en Tacoronte, Tenerife, Islas Canarias, cursa el Bachillerato en el Instituto de Canarias de La Laguna, e ingresa en 1929 en la Universidad de La Laguna, que, abierta en 1927, sólo dictaba los preparatorios de Filosofía y Letras y las carreras de Derecho y Químicas.
La canaria María Rosa Alonso acaba de abandonarnos
En la 14ª edición de la FILU.
En la 14ª edición de la FILU.
María Rosa Alonso Rodríguez nació el 28 de diciembre de 1909, en Tacoronte, Tenerife, Islas Canarias, cursa el Bachillerato en el Instituto de Canarias de La Laguna, e ingresa en 1929 en la Universidad de La Laguna, que, abierta en 1927, sólo dictaba los  preparatorios de Filosofía y Letras y las carreras de Derecho y Químicas.
En 1930, colabora con los periódicos de Tenerife, con el pseudónimo de María Luisa Villalba, en la que practica un periodismo crítico y cultural, que, siendo de visión universal, no dejó de interesarse en el pequeño de las tradiciones canarias, lo que la llevó a proponer, la creación del Instituto de Estudios Canarios, dentro de la Universidad de La Laguna, en cuya fundación participó en 1932.
Para culminar sus estudios se desplaza a Madrid, 1933-1936, graduándose de Filología Románica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense y tuvo como maestros a Ortega y Gasset, García Morente, José Gaos y Américo Castro,  compartiendo pupitres con Julián Marías, Joaquín Satrústegui, Tovar y Ridruejo, “una universidad  gloriosa”, que la guerra civil “rompió y la convirtió en vergüenza”.
María Rosa es de las primeras mujeres canarias en pisar la universidad, ya que su madre quería que fuese maestra. En Madrid, coincide con su hermano Elfidio, electo diputado republicano, que en 1936 ocupa la dirección del diario ABC. En el receso por la guerra civil redacta en Tenerife sus primeros libros. En 1942, ingresa como profesora de la recién creada Facultad de Filosofía y Letras (Sección Clásicas) hasta finales de 1953. Durante este tiempo, María Rosa realiza los estudios sobre el poema ‘Antigüedades de las Islas Afortunadas’, de Antonio Viana, que presenta como tesis doctoral en la Universidad de Madrid en 1948.
En 1954, emigra a Venezuela, en donde ejerce como profesora de colegios de Caracas, para, en 1958, ser contratada por la Universidad de Los Andes (ULA), como profesora titular en la recién creada Facultad de Humanidades y Educación. Por problemas en la visión, el consejo universitario, presidido por el rector, Pedro Rincón Gutiérrez, le concede una pensión de por vida, a finales de 1967.
En Mérida deja una estela de buen quehacer como docente e investigadora, muchos amigos, recuerdos, de aquella Mérida provinciana y pocos estudiantes de los años sesenta del siglo pasado y hartos agradecimientos, que nunca ha olvidado, no obstante nunca regresa. Fue subdirectora de la ‘Revista Humanidades’ de la ULA y autora de ‘Residente en Venezuela’ (1960) y ‘Sobre el español que se escribe en Venezuela’ (1967), además de artículos  en revistas literarias y columnista de periódicos.
Se instala en Madrid, a inicios de 1968, en donde se dedica a su verdadera vocación, escudriñar las bibliotecas, practicar el periodismo cultural, reeditar sus antiguos libros y asistir a las tertulias literarias. En 1981, recibe la Medalla de Oro del Cabildo Insular de Tenerife y en 1987 el Gobierno de Canarias le concede el Premio Canarias de Literatura. Posteriores reconocimientos de su obra y otras distinciones le permiten continuar reeditando otros antiguos y nuevos libros.
En 1994, junto a tres notables figuras del mundo intelectual recibe el título de doctor ‘Honoris Causa’ de Filología de la Universidad de La Laguna. En su discurso de investidura, en presencia de la rectora, Marisa Tejedor, de autoridades civiles y religiosas de las Islas, así como del mundo intelectual, la doctora Alonso reconoce y agradece a la Universidad de Los Andes de Venezuela, que le permitió realizar parte de su vida intelectual. Una vez mezclada con el público pude acercarme y saludarla, y le prometí trasladarle a las autoridades de la ULA sus respetos.
Fue la tercera vez que la traté y vi en persona, la primera como profesor canario incorporado a la ULA a inicios de 1967 en Mérida, luego en 1970, en una visita a Canarias, en la Punta de Hidalgo (Tenerife) y por último en la ocasión del doctorado honorífico. Siempre fue receptiva, con habla pausada y sonora, y en la última se sintió orgullosa porque un testigo de la ULA estuvo presente.
María Rosa en 1999 regresa a Tenerife, en donde vivió, bajo la vigilancia de su sobrino Elfidio. La doctora Alonso continuó con sus artículos de prensa, y vida intelectual aunque en octubre del año 2007 no asistió al reconocimiento como recopiladora del Romancero Canario, junto a las profesoras María Jesús López de Vergara y Mercedes Morales Méndez, en el Castillo de San Felipe del Puerto de La Cruz, que llevadas a fascículos, constituyen el primero de ‘La flor de la marañuela’, del Romancero Canario, editado por Diego Catalán Menéndez-Pidal, nieto del filólogo Ramón Menéndez-Pidal.  
Una calle, un colegio, una sala de exposiciones y la Biblioteca de la Casa de los Sabandeños en La Laguna, un famoso grupo folclórico canario, llevan el nombre de la intelectual canaria que murió, a los 101 años, el pasado 27 de mayo, y cuyas cenizas fueron esparcidas frente a la Punta del Hidalgo, en el océano que une las dos orillas.
Por cierto, un ejemplar del libro ‘Entre las dos orillas’, de la autora canaria, adquirido en Tenerife por el matrimonio riojano Ortiz-Monsanto, a los que saludé en la 14ª edición de FILU (Feria Internacional del Libro Universitario), que se celebra en Mérida (12-19 de junio 2011), será donado a la ULA.