SALUDA NAVIDEÑO DE MARÍA JOSÉ RAMOS

“Un sincero sentimiento de gratitud por el orgullo y la intensidad con la que ejercéis vuestra asturianía”

Un año más, en la antesala de fiestas tan significativas como son la Navidad y el final de año, aprovecho y agradezco la oportunidad que me ofrece ‘Asturias en el Mundo’ de dirigirme a todas y cada una de las personas que, por distintas circunstancias, os encontráis lejos de vuestra tierra de origen, en especial de Asturias.
“Un sincero sentimiento de gratitud por el orgullo y la intensidad con la que ejercéis vuestra asturianía”
 María José Ramos Rubiera, consejera de Presidencia, Justicia e Igualdad.
María José Ramos Rubiera, consejera de Presidencia, Justicia e Igualdad.
Un año más, en la antesala de fiestas tan significativas como son la Navidad y el final de año, aprovecho y agradezco la oportunidad que me ofrece ‘Asturias en el Mundo’ de dirigirme a todas y cada una de las personas que, por distintas circunstancias, os encontráis lejos de vuestra tierra de origen, en especial de Asturias.
Sin duda 2010 ha sido un año de emociones intensas, algunas de ellas especialmente tristes, como el fallecimiento del Presidente del Centro Asturiano de Sevilla, José Luis Bedia Fernández, para el que quiero tener un especial recuerdo en estas fechas tan significativas.
Pero, afortunadamente, han sido más los momentos gratificantes y a ellos me gustaría referirme. El año que ahora concluye coincide con el final de una etapa en nuestra Comunidad Autónoma. Es el último completo de la actual legislatura y, además, nuestro Presidente Vicente Álvarez Areces ya ha anunciado oficialmente que no se presentará a las próximas elecciones. Se cierra así un ciclo de 12 años y, en mi caso concreto, de cuatro como responsable de las políticas de emigración en los que he tenido la satisfacción de compartir con vosotros y vosotras experiencias gratificantes que nunca olvidaré.
Fue decisión política de esta etapa presidida por Vicente Álvarez Areces poner en marcha la celebración del Día de Asturias en el Exterior aplicando el criterio de organizarlo de forma rotativa entre los centros asturianos ubicados en España, el resto de Europa y América. Como Consejera de Presidencia, Justicia e Igualdad me ha correspondido la satisfacción de participar en los actos conmemorativos que se desarrollaron en los centros asturianos de Suiza, Chile y Menorca.
Las tres experiencias me sirvieron para reafirmarme en el convencimiento de que, pese a la distancia, nuestra población emigrante sigue intensamente unida a Asturias y ha logrado algo tan importante como es contagiar a sus descendientes del orgullo que sienten por su tierra.
Desde aquí quisiera enviar un especial agradecimiento a Emilio Álvarez y Joaquín Hernández, Presidentes de los centros de Laussane y Berna, respectivamente; a Carmen de Diego, Pedro Jesús Vega y Ramón Trespalacios, de las colectividades de Chile, y a Nati Quirós, Presidenta del Centro Asturiano de Menorca, así como al resto de socios y socias por la especial acogida y hospitalidad que nos dispensaron con motivo de la celebración del Día de Asturias en el Exterior.
Lo cierto es que en estos cuatro años hemos tratado de acompañar a la colectividad emigrante allá donde estuviera, compartiendo los actos más diversos. Y lo hemos hecho con orgullo, con verdadera satisfacción. Me gustaría señalar, por su peculiaridad, algunas conmemoraciones especiales: el Centenario de la Sociedad Casina de La Habana, el centenario del Centro Asturiano de Santa Fe, el 50º aniversario de São Paulo o el centenario del Centro Asturiano-Casa de Asturias del Uruguay, en el que, acompañada de la Directora de la Agencia Asturiana de Emigración, Begoña Serrano, y el Presidente del Consejo de Comunidades, Manuel Fernández de la Cera, tuve el honor de participar este año.
Y sigo de recuerdo en recuerdo, porque estas fechas son especialmente proclives a rememorar imágenes que acabamos grabando en nuestra memoria, como es en mi caso  el contacto que mantuve con el alumnado de la Escuela de Verano de Asturianía. Lo cierto es que comencé la legislatura despidiendo en el Teatro Filarmónica de Oviedo a la segunda promoción y tuve la suerte de convivir, durante tres veranos consecutivos, con el grupo que formó parte de la tercera. A todos ellos, jóvenes, vitales, entusiastas, me gustaría enviarles, además de un entrañable saludo, un mensaje de ánimo: en vosotros tenemos depositadas muchas esperanzas, porque representáis el futuro.
Un futuro que, estoy convencida, conquistaréis desde la sensatez de quien conoce y valora el legado que llega a sus manos y posee la energía suficiente para introducir innovaciones. Sobre vosotros recae la responsabilidad de conjugar tradición y modernidad para incrementar el dinamismo de los centros asturianos repartidos por todo el mundo y de los que nos sentimos tan orgullosos.
Y, desde luego, no podía pasar por alto algo tan importante como la red social que se ha ido consolidando en determinados territorios para ayudar a la población asturiana que se encuentra en situación de más vulnerabilidad. Me enorgullece especialmente poder decir que Gobierno del Principado, a través de las ayudas individuales y con la firma de acuerdos y convenios socio-sanitarios, se ha entregado a fondo en esta tarea.
Pero esto no hubiera sido posible sin la implicación individual de muchas personas, sin el espíritu solidario que siempre ha caracterizado a nuestra población emigrante. Recordemos, por ejemplo, el papel desempeñado por las colectividades asturianas en Chile tras el terremoto que asoló este país. Ayudar a la población asturiana damnificada fue posible porque ellos se encargaron de realizar un diagnóstico de la situación y trasladarnos cuáles eran las necesidades más acuciantes.
Y qué decir de personas como Venancio Blanco, que prácticamente han dedicado su vida a ayudar a los demás. Su constancia y tesón en las reivindicaciones ha permitido consolidar en Buenos Aires una residencia, el Club Tinetense, que es referente para toda la población emigrantes española.
Desde el Gobierno de Asturias hemos tratado de devolver una pequeña parte de la gran generosidad que históricamente han derrochado nuestros emigrantes con gestos como la concesión de la Medalla de Asturias, en su categoría de plata, a Venancio Blanco y a la Federación Internacional de Centros Asturianas; o los homenajes que hemos dispensado a Sabino García Fernández, de Salamanca, Carlos Rodríguez Sánchez, del Centro Asturiano de Santa Fe y a los tres centros asturianos de Chile coincidiendo con la celebración del Día de la Emigración Asturiana.
En fin, son muchas las buenas experiencias vividas y poco el espacio para expresarlas, así que concluyo trasladándoos, en nombre propio y de todas las personas que, desde el año 2007, han tenido a mi lado alguna responsabilidad en las políticas de emigración, un sencillo pero sincero sentimiento de gratitud por la hospitalidad que siempre nos habéis dispensado, por vuestra entrega y permanente colaboración pero, sobre todo, por el orgullo y la intensidad con la que ejercéis vuestra asturianía allá donde estáis.

María José Ramos Rubiera, consejera de Presidencia, Justicia e Igualdad del Gobierno del Principado de Asturias