ENTREVISTA A JULIO FERNáNDEZ MATO, SECRETARIO XERAL DE RELACIóNS EXTERIORES

“Cada vez los gallegos son más ciudadanos en el exterior y menos emigrantes”

El secretario xeral de Relacións Exteriores de la Xunta de Galicia, Julio Fernández Mato, destaca el cambio en el perfil de los gallegos que residen en el exterior, ya que cada vez más el emigrante se aleja de los clichés del pasado. Según explica, las nuevas políticas en esta materia deben pasar por el mantenimiento y perfeccionamiento de las líneas de ayudas sociales y por acciones dirigidas al colectivo sin necesidades sociales pero con necesidad de mantener el contacto con sus raíces culturales. Además, muchos de ellos quieren establecer relaciones comerciales con Galicia.
“Cada vez los gallegos son más ciudadanos en el exterior y menos emigrantes”
 Fernández Mato, durante su reciente visita a Uruguay, donde se abrirá la próxima delegación de la Xunta en el exterior.
Fernández Mato, durante su reciente visita a Uruguay, donde se abrirá la próxima delegación de la Xunta en el exterior.

El secretario xeral de Relacións Exteriores de la Xunta de Galicia, Julio Fernández Mato, destaca el cambio en el perfil de los gallegos que residen en el exterior, ya que cada vez más el emigrante se aleja de los clichés del pasado. Según explica, las nuevas políticas en esta materia deben pasar por el mantenimiento y perfeccionamiento de las líneas de ayudas sociales y por acciones dirigidas al colectivo sin necesidades sociales pero con necesidad de mantener el contacto con sus raíces culturales. Además, muchos de ellos quieren establecer relaciones comerciales con Galicia.

Pregunta. Han pasado casi ocho meses desde que asumió su cargo, ¿qué valoración hace del trabajo realizado en este tiempo?
Respuesta. La verdad es que son ocho meses que se van a cumplir muy intensos porque es una fase final de legislatura. La Secretaría Xeral de Exteriores es un proyecto que está en marcha y se ha tratado de ampliar los objetivos, especialmente en lo que se refiere al ámbito exterior y, sobre todo, en la parte latinoamericana que siempre había sido tenida en cuenta, pero ahora de una manera sistemática la tenemos presente en nuestra acción exterior por varios motivos. El primero, porque ha habido varias visitas y yo he tenido la responsabilidad de acompañar al presidente de la Xunta a México, Cuba, Argentina y Brasil y yo solo también he visitado Uruguay y, por tanto, ha habido unas acciones de política exterior muy concretas.
También porque se ha puesto en marcha la primera delegación en el exterior de la Xunta de Galicia, que ha sido en Buenos Aires, y ha supuesto un esfuerzo importante su puesta en funcionamiento.
Además, en la Unión Europea hemos tratado de que haya un puente de relación con América Latina a través de un proyecto que concertamos con los centros gallegos para dar a conocer las instituciones europeas y dar a conocer los derechos y obligaciones que como ciudadanos europeos tienen los gallegos que tienen ciudadanía española en América Latina.
Todo esto ha sido importante. La parte de relación con la Unión Europea sigue en vigor, participamos en las instituciones, en especial, en el Comité de las Regiones donde sustituyo al presidente. De todos modos para nosotros, la participación en instituciones europeas es cada vez más un asunto de administración interna, ya que la normativa europea representa más del 50% de las normas que nos rigen como ciudadanos todos los días. Por esto es muy importante la sección de Relaciones con la Unión Europea y por eso hay que prestarle especial atención.
P. Durante un tiempo se hablaba de la posibilidad de unir esta Secretaría con la de Emigración, ¿en qué se diferencian ambas?
R. La diferencia es clara. Emigración centra su acción sobre el emigrante, entendiendo por tal a los gallegos que salieron de Galicia en busca de trabajo y, en muchos casos, en busca de unas condiciones mejores de supervivencia y de ayuda a su familia. Por tanto hay unas acciones encaminadas a que esa salida tenga las condiciones mejores posibles y entonces completan la acción de la administración del Estado con ayudas, programas sociales y programas formativos y una serie de líneas específicas. En Galicia esto tiene un peso importante porque tiene la singularidad de que el flujo de emigrantes ha sido tan importante, y digo ha sido porque efectivamente a partir de los años 70 el flujo ha disminuido. En este momento se produce un flujo inverso, lo cual es un símbolo del cambio de Galicia.
Como en Galicia tiene un peso tan importante la emigración, parece que la acción exterior no tiene un sitio diferente, pero las comunidades autónomas que tienen mucho menor número de emigrantes tienen acción exterior. La acción exterior de las comunidades autónomas parte de una sentencia del Tribunal Constitucional de 1994 y se produce con mayor intensidad en las comunidades más dinámicas y en las históricas, entre las que Galicia se encuentra.
La acción exterior tiene una triple función de internacionalización de la economía y el apoyo a la economía exterior, que para Galicia en estos momentos es fundamental porque somos de las autonomías líderes en exportación. También tiene una función de extender nuestras señas de identidad cultural y, en nuestro caso, lingüística en el resto del mundo y hacer partícipe de ellas a los ciudadanos gallegos en el exterior y después las relaciones institucionales con los distintos gobiernos que favorecen los dos puntos anteriores. Sin esas relaciones institucionales no se puede hacer una buena política económica y comercial ni se puede hacer una proyección cultural, por lo tanto estas relaciones institucionales son muy importantes.
A esto añadiría que Galicia tiene una singularidad muy importante de tener una buena parte de los ciudadanos gallegos en el exterior, aproximadamente una quinta parte. Pero estos gallegos cada vez son más ciudadanos en el exterior y menos emigrantes. La mayoría van siendo de segunda generación. Como el flujo migratorio paró en los años 70, van desapareciendo las generaciones que emigraron y se van incrementando –y con la perspectiva de la nueva ley de nacionalidad doblemente– los descendientes que ya no son propiamente emigrantes sino que son ciudadanos del ámbito de la cultura gallega, una cultura que trasciende el territorio.
P. En el Parlamento comentaba recientemente que Galicia no podía prescindir del “capital humano” que representan los emigrantes. ¿Considera que en algún momento se ha prescindido de él?
R. Yo supongo que no. Creo que hasta ahora ha habido una acción pero que quizás no ha tenido en cuenta este factor que se ha producido. Mi experiencia y mi trato intenso con los emigrantes en Brasil, de más de tres años, me ha hecho conocedor de cómo ha evolucionado la realidad emigrante. El emigrante ya no sólo es aquel que necesitaba un apoyo esencial para desarrollar su función. Ahora estamos ante una generación de gente adaptada al país que, en el caso de Brasil, conoce el idioma y la cultura de su país de adopción, pero que no renuncia y tiene muy vivas sus raíces gallegas. Por lo tanto, quizás es una nueva política dirigida al nuevo tipo de ciudadanos gallegos que están en el exterior hoy y que no son aquellos que tenemos en el cliché y que salían con la maleta de cartón del puerto de Vigo en unas circunstancias un poco dramáticas.
P. ¿Esas nuevas políticas por dónde deben pasar?
R. Los residentes del exterior demandan dos cosas. Por supuesto, que se mantengan las ayudas sociales y que se perfeccionen para hacerlas similares a las que ciudadanos en malas condiciones o en condiciones precarias de tipo social tienen en el territorio gallego. Esa sería la parte de continuidad, pero una continuidad que se tiene que perfeccionar porque tiene que pasar de la ayuda dadivosa de la administración a los derechos de los ciudadanos que tienen esta situación precaria. Yo creo que se han empezado a dar pasos importantes en este sentido con el Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior que lo que antes eran órdenes ministeriales que se renovaban o no, según la voluntad política del ministerio de turno, hoy son un conjunto de derechos y directrices que figuran en una ley que hace este reconocimiento y, además, es una ley que ha tenido un apoyo político bastante unánime y por tanto una ley muy sólida. Éste sería uno de los cambios importantes en este terreno.
Por otra parte, tiene que haber una política dirigida a los ciudadanos –cada vez más– que no tienen una política social inminente pero que si tienen una necesidad de conectar con sus raíces culturales y tienen oportunidades e interés en relacionarse económica y comercialmente con Galicia, lo cual es conveniente tanto para sus territorios como para Galicia y también mejorar esta comunicación con ellos con los medios que actualmente nos permite toda la comunicación actual. La nueva política debe tener en cuenta este cambio y estas nuevas tecnologías.
P. ¿Aunque no depende directamente de esta Secretaría, en este marco se encuadra la red de empresarios en el exterior que la Xunta está organizando?
R. Sin duda. Esta Secretaría tiene una misión general y trasversal que es favorecer toda la acción exterior de la Xunta y por tanto es la acción social, cultural y comercial y aspiramos a coordinarnos con los organismos más específicos.
No por no ser específicos queremos ser menos útiles, queremos ser muy útiles porque sí tenemos encomendada la misión de las relaciones institucionales que permiten que todas esas acciones específicas en estos terrenos puedan llevarse a cabo y aspiramos a coordinarnos con todos ellos. Entonces participamos en la promoción de la firma de un convenio con el Instituto Cervantes para que se enseñe la lengua y la cultura gallega por todos los Institutos Cervantes del mundo. Hemos creado un centro de negocios en Bruselas que también aspira a dar a conocer los mecanismos de todos los organismos, tanto estatales como el caso del ICEX con el que colaboramos, como con la propia Xunta, la Consellería de Innovación y el Igape, que tiene esa finalidad, para promover una política económica. Todos los esfuerzos son necesarios y nosotros damos la cobertura institucional para que esos esfuerzos puedan ser útiles.
Por otra parte, tenemos la responsabilidad genérica de que nuestras delegaciones funcionen. De la primera Delegación, que es la de Argentina, estamos contentos de la evolución que tiene y de esa función coordinadora de toda la acción de la Xunta, sobre todo en estos tres ámbitos que hemos hablado: el cultural, institucional y comercial.
P. En el tiempo que esta Delegación lleva abierta, ¿qué es lo que más ha demandado la gente que se ha acercado allí?
R. La Delegación de la Xunta se está convirtiendo en la ventana de Galicia en Argentina para todos los asuntos, tanto de carácter administrativo como generales.
Su ‘clientela’ son todos los que aspiran a recibir ayudas sociales, viajes de los mayores, programas de campamentos,… Todas las líneas que la Secretaría de Emigración iba gestionando pero que no tenía un organismo de tramitación que ha permitido ser mucho más ágil, directo y eficaz.
Otra línea es que todos los centros y asociaciones gallegas en Argentina –que son más de 100- tengan un referente institucional en el cual puedan tramitar todas sus solicitudes administrativas de todo tipo y tengan un interlocutor para ponerse en contacto con todos los organismos gallegos.
La Delegación de la Xunta también es la que canaliza, programa y agenda la mayoría de las visitas de responsables políticos o personalidades del mundo de la cultura y el arte de Galicia que visitan Argentina que, por el número y la intensa relación, son bastantes.
También se coordina con la Embajada de España para que los asuntos que afectan a los gallegos tengan la difusión adecuada y a los gallegos se les informa de los servicios que tienen dentro de la complejidad administrativa de la misión diplomática de Argentina.
También se ha convertido un poco en un centro de iniciativas de tipo cultural, exposiciones, presentaciones de libros e iniciativas que ahora son mucho más fáciles desde todas las consellerías de la Xunta. Así prodía seguir la enumeración porque en los pocos meses de existencia que tiene se ha revelado como un instrumento útil, al servicio de la ciudadanía y que está al margen de los avatares que pueda tener un centro o una asociación concreta. La Delegación es cada vez más utilizada y reconocida por los gallegos. Creo que esto ya no es un experimento sino que es un logro que va a fijarse y consolidarse allí. Además, repara un poco una carencia que tenía la Xunta porque en uno de los países que más ciudadanía tiene no había ningún organismo administrativo que tratara de canalizar simplemente la atención ciudadana.
P. ¿Los siguientes sitios en los que se va a abrir Delegación es Montevideo y Bruselas?
R. La decisión más clara del presidente de la Xunta, tal como ha anunciado, es abrir una Delegación en Montevideo, en donde también hay una concentración de ciudadanos gallegos importantísima. Será posiblemente en el mes de noviembre cuando se inaugure la nueva Delegación en Montevideo.
En Bruselas, la Xunta tiene una delegación que se creó en el Gobierno tripartito que es la Fundación Galicia Europa y la función de favorecer las relaciones con Europa y una función más técnica de identificación de proyectos europeos y de defender los intereses de Galicia ante las instituciones europeas que son importantísimos como la canalización de los fondos europeos y toda la normativa asistencial.
Quizá en este momento, estas funciones de la Fundación Galicia Europa exigen cierta actualización. Nosotros lo hemos intentando, dándole otra orientación a través del Centro de Negocios del que hablamos antes; y a través de una proyección cultural mediante la iniciativa de los miembros de la Fundación porque queremos que haya una programación cultural en Europa de gran calidad procedente de artistas y creadores gallegos.
En este momento, lo que falta es una representación más administrativa y política, como un brazo administrativo de la Xunta en Bruselas. Hay otras comunidades autónomas que la tienen y creemos que es necesario. La función óptima sería el aprovechar las potencialidades que sigue teniendo la Fundación en defensa de los intereses de Galicia, tanto en lo económico como en lo cultural, pero también tener una representación administrativa y política que genuinamente pertenezca no a una entidad privada, aunque sea con fines no de lucro, sino a un entidad puramente administrativa.
P. ¿Toda esta red no es una carga muy pesada económicamente para el Gobierno gallego?
R. Es una estructura muy limitada y dentro de cierta austeridad económica. Hay otras comunidades históricas que tienen más de 15 delegaciones y tienen bastantes menos habitantes que nosotros. No hemos optado por una política expansiva en este sentido. Creo que las hemos limitado a los lugares donde había un clamor de la ciudadanía por una atención mejor y que, además, tienen el papel, sobre todo en el caso de Bruselas, de defender mejor los intereses de Galicia.
El posible pequeño incremento de coste que tengan se ve sobradamente satisfecho desde el punto de vista de los logros sociales y la defensa de los intereses de Galicia.
P.
¿Hay previsiones de abrir más delegaciones?
R. Yo estimo que estas tres delegaciones completarían la representación en el exterior de Galicia durante esta legislatura.