Fallece en Tenerife Francisco González Alonso, presidente de la Academia de la Cultura Canario Venezolana
El profesor y presidente de la Academia de la Cultura Canario Venezolana (ACCV), Francisco Ramón González Alonso, falleció este martes 22 de abril en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife a los 93 años de edad.
Natural de Guía de Isora en la isla de Tenerife (Canarias), fijó su residencia en Caracas (Venezuela), desde su juventud en donde ejerció la docencia hasta hace pocos años. Regresó a las islas Canarias hace algún tiempo, después del fallecimiento de su esposa, para fijar su residencia en Santa Cruz de Tenerife.
El profesor González Alonso fue muy apreciado en el país iberoamericano, en donde dedicó gran parte de su vida a la difusión de la cultura y tradiciones canarias. Fundó, junto a un grupo de canarios, la Academia de la Cultura Canario Venezolana, la cual estuvo inscrita ante el Gobierno de Canarias como entidad canaria del exterior. En el Hogar Canario Venezolano (HCV) formó parte de la Junta Directiva en diferentes periodos. Fue orador de orden y conferencista en multitud de actos culturales celebrados en la institución.
En el ámbito comunicacional, fue escritor, articulista y colaborador habitual, durante muchos años, en el programa radial ‘Canarios en el Mundo’, que sigue transmitiéndose en Caracas, y del semanario ‘Magazine Español’, con una sesión dedicada a destacar personalidades nativas de las Islas Canarias y otros temas de interés en donde siempre concluía con la siguiente frase: “La cultural une a los pueblos y los fortalece”.
El profesor González Alonso también fue folclorista destacado; perteneció a diferentes agrupaciones canarias constituidas en las islas y en Venezuela, país en donde compartió su amor por la música canaria con compatriotas y amigos. Su última participación en Venezuela la tuvo en el grupo ‘Entre Cuerdas’ y la Rondalla Típica del Hogar Canario Venezolano, ubicado en la caraqueña urbanización de El Paraíso.
Luchador infatigable por lo canario, seguía con la idea de implantar en cada una de las Islas Afortunadas una representación de la Academia de la cual era presidente y que compartió muchos años en Venezuela, especialmente, con su amigo Fernando Mifsut Torres, ya fallecido.
