LOS PARTICIPANTES EN EL ‘REENCUENTRO CON LA PATRIA QUERIDA’ DESTACAN LAS OPORTUNIDADES QUE OFRECE EUROPA
Asturianos que salen de ‘la tierrina’
Mesas redondas, charlas, un ecuentro con deportistas y una emotiva ceremonia en el Auditorio Príncipe Felipe componen el menú del “Reencuentro con la Patria Querida” que ya ha comenzado a degustarse con los primeros debates en torno a la situación de los asturianos en Europa, de las oportunidades que brina el continente y de la necesidad de perder el miedo a moverse.

Tener una mentalidad más abierta y acercarse aún más a Europa, recuperando para ello el tradicional “europeísmo” que se vivió en Asturias, fueron dos de las principales conclusiones de la primera mesa redonda del ‘Reencuentro con la Patria Querida’, una fiesta de la asturianía con la que jóvenes profesionales residentes en el extranjero intentan aportar su experiencia para ayudar a promover Asturias.
Este ‘Reencuentro’, organizado por la Fundación Príncipe de Asturias, comenzó con una primera mesa redonda, ‘Asturias en Europa’, que trató de reflejar la siruación actual: el Principado ha pasado de ser el impulsor del programa Erasmus, hace ahora veinte años, a tener los jóvenes que menos europeos se sienten.
Los participantes, todos ellos técnicos de la Unión Europea en diferentes puestos y sectores, fueron Mercedes Alvargonzález, perteneciente al PP europeo; Javier Palmero, de la Comisión Europea; y Eduardo Martínez Rivero, jefe adjunto en la Unidad de Servicios Financieros de la Dirección General de Competencia, a quienes acompañaron Pablo López y Pablo Cuervo-Arango, que aportaron su visión relacionada con el mundo empresarial.
Perder el miedo a la movilidad y saber aprovechar los recursos y las oportunidades que brinda Europa son dos de las claves que pueden revertir esta situación, puesto que, a decir de todos los participantes, la experiencia de haber trabajado en el extranjero es “enriquecedora”, un mensaje que trataron de transmitir en todo momento.
Idea feliz
El ‘Reencuentro’ comenzó con la conferencia de Enrique Iglesias, secretario general iberoamericano y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1982, un hombre que ante todo se definió como “un emigrante” y que calificó este encuentro como “una idea feliz, porque permitirá compartir ideas de gente que viene de fuera y a la vez asentar en esas gentes sus propias identidades”.
Iglesias, quien en su conferencia repasó los diferentes aspectos de la emigración, con sus luces y sus sombras, destacó el “aprovechamiento del capital humano asturiano que está disperso por el mundo” y pidió a quienes están fuera de la región que “hagan que nuestra forma de vida se conozca en el mundo”.
Este ‘Reencuentro’, organizado por la Fundación Príncipe de Asturias, comenzó con una primera mesa redonda, ‘Asturias en Europa’, que trató de reflejar la siruación actual: el Principado ha pasado de ser el impulsor del programa Erasmus, hace ahora veinte años, a tener los jóvenes que menos europeos se sienten.
Los participantes, todos ellos técnicos de la Unión Europea en diferentes puestos y sectores, fueron Mercedes Alvargonzález, perteneciente al PP europeo; Javier Palmero, de la Comisión Europea; y Eduardo Martínez Rivero, jefe adjunto en la Unidad de Servicios Financieros de la Dirección General de Competencia, a quienes acompañaron Pablo López y Pablo Cuervo-Arango, que aportaron su visión relacionada con el mundo empresarial.
Perder el miedo a la movilidad y saber aprovechar los recursos y las oportunidades que brinda Europa son dos de las claves que pueden revertir esta situación, puesto que, a decir de todos los participantes, la experiencia de haber trabajado en el extranjero es “enriquecedora”, un mensaje que trataron de transmitir en todo momento.
Idea feliz
El ‘Reencuentro’ comenzó con la conferencia de Enrique Iglesias, secretario general iberoamericano y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1982, un hombre que ante todo se definió como “un emigrante” y que calificó este encuentro como “una idea feliz, porque permitirá compartir ideas de gente que viene de fuera y a la vez asentar en esas gentes sus propias identidades”.
Iglesias, quien en su conferencia repasó los diferentes aspectos de la emigración, con sus luces y sus sombras, destacó el “aprovechamiento del capital humano asturiano que está disperso por el mundo” y pidió a quienes están fuera de la región que “hagan que nuestra forma de vida se conozca en el mundo”.