Asturianos de Caracas honraron un año más a la Virgen de Covadonga

Como cada año, la segunda semana de septiembre, es tomada por los asturianos de Venezuela –y del mundo–, para enmarcar con celebración y júbilo en su gran casa: Centro Asturiano de Caracas (CAC), las festividades en honor a Nuestra Señora de Covadonga, patrona de Asturias, llamada cariñosamente ‘Santina’. También el presente año marcó gran particularidad la notable presencia de jóvenes que interpretaron los bailes folklóricos ‘pitinos’ y ‘guajes’, principalmente, para llevar a la virgen en procesión por las instalaciones del CAC, este aspecto denota que la fe va más allá de la edad, es una cuestión de cultura.
Asturianos de Caracas honraron un año más a la Virgen de Covadonga
 Procesión de la Santina, a cargo de las bellas jóvenes del CAC.
Procesión de la Santina, a cargo de las bellas jóvenes del CAC.
Como cada año, la segunda semana de septiembre, es tomada por los asturianos de Venezuela –y del mundo–, para enmarcar con celebración y júbilo en su gran casa: Centro Asturiano de Caracas (CAC), las festividades en honor a Nuestra Señora de Covadonga, patrona de Asturias, llamada cariñosamente ‘Santina’.
También el presente año marcó gran particularidad la notable presencia de jóvenes que interpretaron los bailes folklóricos ‘pitinos’ y ‘guajes’, principalmente, para llevar a la virgen en procesión por las instalaciones del CAC, este aspecto denota que la fe va más allá de la edad, es una cuestión de cultura.
Antes del servicio religioso, los jóvenes varones realizaron la tradicional ofrenda del “ramu”.
Sobre la 1:30 p.m. del pasado domingo 12 de septiembre, dieron inicio los actos emblemáticos para la Santina. Lo primero fue una misa en su honor, oficiada por el pbro. Enrique Alañas, quien es el párroco de Las Minas de Baruta, a la cual acudió una gran cantidad de personas, produciéndose varios acercamientos por parte de madres, padres, abuelas, en sí la gran familia asturiana radicada en la capital venezolana, a la réplica de la cueva de Covadonga que existe en el CAC.
Posteriormente, el abrazo de la paz cerró la Santa Misa y todos llevaron a la virgen en procesión a lo largo de las instalaciones del CAC. Las jóvenes mozas, integrantes de la Agrupación Folklórica, la tomaron en hombros, y acompañadas de damas, niños de muy temprana edad y adultos, recorrieron el Centro junto a su patrona. De allí regresaron a la plaza donde colocaron a la virgen en su sitial de honor. Luego se interpretaron los bailes que realizaron el grupo de jóvenes, danzando piezas del folklore astur como el ‘Corri Corri’ y ‘El Pericote’. Los ‘pitinos’ deleitaron a los presentes con su entusiasta pieza ‘Río verde’ y el ‘Xiringüelu’. Paralelo a estos bailes, metros más allá en el ‘Hórreu’, se concentró otro gran grupo de personas que consumían productos asturianos.
A los actos se sumó el cónsul general de España, Aníbal Julio Jiménez Abascal, así como el consejero de Trabajo e Inmigración de la Embajada de España, Manuel Luis Rodríguez González, quien estuvo acompañado de su esposa, Esther Novo Pérez.
Gran cantidad de mesas se disponían en el ‘Salón Principado’ del CAC para servir a todos los asistentes. Posterior a los bailes, el presidente de la entidad, Luis Martínez Niembro, y su esposa, Maribel Guerra de Martínez, invitaron a todos los asistentes a degustar las comidas y seguir compartiendo en familia este día lleno de asturianía. De esta manera cerraron las actividades festivas en honor de ‘La Santina’ en el Centro Asturiano de Caracas.
También la juventud del CAC pudo disfrutar de un ‘discplay’ y de un conjunto musical.  


Virgen de Covadonga
La Virgen de Covadonga / tiene una fuente muy clara; / la niña que de ella bebe /dentro del año se casa.
Al llegar a Covadonga / no bebas agua, morena, / si, como dijiste ayer / prefieres vivir soltera. / La Virgen de Covadonga es pequeñina y galana. / Ni que bajara del cielo / el pintor que la pintara.


La Santina
La primera imagen de la Santina se perdió por culpa de un incendio que destruyó la iglesia que la albergaba dentro de la Cueva (la palabra Covadonga quiere decir precisamente Cueva de la Señora, Cova Dominica). Dicha imagen, de estilo románico, formaba parte de una estructura de madera que colgaba en el aire, rodeada por la cascada del río Deva.
Justo un año después y dada la importancia religiosa y también política del santuario, la catedral de Oviedo donó la imagen de la Virgen actual. Esta imagen que se bautizó por su pasado histórico como la ‘Virgen de las Batallas’, es una talla policromada cubierta con ropaje y manto. Sin embargo fue concebida para mostrarse sin el ropaje y este manto al que hacemos referencia está pintado sobre la madera en un azul verdoso, que se adorna con flores rojas alineadas verticalmente.
La capa, que por su escueto tamaño apenas se aprecia si se mira a la talla de frente, es de color rojizo con los bordes rematados en dorado. El cinturón y los bajos del faldón tallados sobre la escultura son del mismo color rojizo.
La Virgen sujeta al Niño en su mano izquierda y sostiene una flor dorada en la derecha. En el rostro de la figura, adornado por una larga melena, se dibujan rasgos sencillos y muy poco expresivos. La cara del Niño, desnudo, resulta también inexpresiva. Ambos tienen la boca pequeña, una nariz fina y a alargada, y la mirada perdida bajo una cejas extremadamente finas y simétricamente perfectas.   
La cabeza de la Virgen está adornada con una enorme corona dorada con perlas en cada una de sus aristas y adornada con brillantes incrustados. Del arco que describe la parte superior de la corona pende un águila rodeada por un círculo también de brillantes. En ocasiones, cuando la imagen va a ser expuesta, se sustituye esta corona, asó como la del Niño, por otras de menor valor.
En un pequeño santuario burgalés situado a orillas del Ebro, se halla la talla de la Virgen de Cillaperlata, cuya imagen es gemela de la primera Virgen de Covadonga, que desapareció en el incendio en 1777.
Existe una tercera imagen de la Santina, donada en el año 1957 por la Institución Teresiana y que es la que se exhibe en la peregrinación que realiza la imagen por tierras asturianas al coincidir con el año mariano. Para hacerla más resistente al frío, al agua y a las humedades, propias se realizó, a diferencia de las otras réplicas, en material plástico.
En el interior de la Basílica existe una imagen mariana que crea confusiones frecuentes entre los visitantes y turistas. No se trata de la Virgen de Covadonga, que en todas las imágenes mira de frente, sino de una talla de Sansó llamada la Virgen con el Niño. La talla es prácticamente contemporánea a la basílica y en ella la Virgen está cabizbaja y en actitud reflexiva.