CINTIA REINA, FIGURA DE LA COPLA EN BUENOS AIRES

“En Buenos Aires hay artistas que hacen que la copla y el flamento sigan vivos”

Cintia Reina es una de las destacadas figuras de la copla en Buenos Aires. De ascendencia andaluza, criada en Tucumán, llegó hace cinco años a Buenos Aires, donde su carrera va en ascenso. Frescura, simpatía y excelente voz sobresalen en el arte de esta joven coplera, quien, desde pequeña, vivió rodeada de las costumbres andaluzas.
“En Buenos Aires hay artistas que hacen que la copla y el flamento sigan vivos”
 Cintia Reina es bisnieta de andaluces, de Mojácar.
Cintia Reina es bisnieta de andaluces, de Mojácar.

Cintia Reina es una de las destacadas figuras de la copla en Buenos Aires. De ascendencia andaluza, criada en Tucumán, llegó hace cinco años a Buenos Aires, donde su carrera va en ascenso. Frescura, simpatía y excelente voz sobresalen en el arte de esta joven coplera, quien, desde pequeña, vivió rodeada de las costumbres andaluzas.

 

Pregunta. ¿Cómo juegan sus raíces en el despertar de su vocación?
    Respuesta. Soy bisnieta de andaluces, almerienses. Mis bisabuelos eran de Mojácar. Me crié en una colonia de andaluces en Tucumán. Desde pequeña, siempre estuve rodeada de las costumbres andaluzas; el flamenco y la copla han sido la música más presente.
    Tengo miles de recuerdos de las historias que mi abuelo me contaba, hablándome de esa tierra a la que su padre no pudo volver.
    Fue todo esto lo que me dejó un amor incondicional por España y especialmente por Andalucía.
    P. ¿Cuándo se inició en el canto?
    R. En el canto me inicié desde que tengo memoria, cantaba todo el tiempo y ya desde pequeña, en las reuniones de la familia y los amigos, la nena hacia su gracia.
    Rodeada de todos los flamencos de Tucumán (que son muchísimos) y de los amigos de mis abuelos, fui empapándome de este arte. Sobre todo escuchando a grandes como el tucumano Fernando Luque, flamencólogo por excelencia, fui identificando los diferentes palos del flamenco y los porqué de cada uno. Canto flamenco libre, flamenco antiguo, amo los campanilleros, por ejemplo, que hoy no están “de moda”.
    Recién aquí en Buenos Aires comencé a perfeccionar el flamenco para acompañamiento del baile, que deja un poco de lado la melodía, o los adornitos de la voz, para dar mayor importancia a la métrica de los compases. De eso aún debo aprender mucho, pero yo elijo el cante libre. Mi fuerte es la copla, y me resulta indispensable el aire flamenco para darle el color que la hace ser lo que es.
    P. ¿Qué hace que el género de la copla sea el que más la identifica?
    R. Mi inclinación por la copla se debe a que siento que en ella puedo incluir todo lo que siento. Lo digo porque considero que la copla necesita el aire flamenquito que la hace ser lo que es. Además, amo su poderío, su esencia, lo que dice, lo que cuenta.
    P. ¿Se ha formado en otras disciplinas del arte flamenco?
    R. Estudié canto, las técnicas básicas y cuando notaba que me llevaban la voz para lo lírico deje y seguí por mi camino. Estudié también baile, no soy bailaora, sólo lo hice y lo hago para tener un poco más que dar en el escenario y sentirme más segura a la hora de pararme frente al público a interpretar a “la señora copla”. Hice y hago expresión corporal y también tomo (hace muy poquito) clases de teatro.
    P. ¿Cuáles han sido sus referentes o cantantes admirados desde sus inicios?
    R. Si tengo que hablar de referentes debería abrir una lista enorme, pero puedo decirte que comencé a cantar de muy chiquita, imitando a Antoñita Peñuela, de quien en la actualidad tengo temas en mi repertorio. Luego, al crecer, fui formando mi estilo personal.
    Admiro a muchos, he aprendido un poco de todos, hasta de los que no me agradan.
    Si hablo de copla juntaría la interpretación de Marife de Triana, con la voz de Rocío Jurado y la presencia y señorío de Isabel Pantoja. Y en el flamenco hay muchos, pero me quedo con los de antes.
    P. ¿Cuál fue y como recuerda su primera actuación?
    R. Cuando tenía 15 años, mi madre habló con Pascual Camacho, director y conductor del programa ‘Senderos de España’, de Tafi Viejo, en Tucumán. Él me invitó a su programa y canté por primera vez dos coplas sin acompañamiento musical.
    Luego tuve el placer enorme de conocer al guitarrista Ángel Reyes Quiroz, quien me acompañó en mis primeros pasos.
    Recorrí muchas provincias con mi música hasta que un día, precisamente en Tafi Viejo, compartí escenario con La Trilogía Flamenca: Carlos Soto López, Natalia Bonansea y Manolo Yglesias. Fue este último el que me propuso venir a Buenos Aires a formar parte de sus espectáculos y continuar mi carrera, hace ya cinco años.
    P. Recientemente lanzó un CD, ¿qué nos puede contar de este trabajo?
    R. En el CD ‘Con alma flamenca’ junto mis dos amores: la copla y el flamenco, canto clásicos de la copla con un estilo diferente, con aires flamenquitos. Esto se lo debo a Manolo Yglesias, quien ha descubierto en mí ese estilo que amo hacer y es quien, además, ha hecho los arreglos musicales.
    Hago también flamenco, como te decía antes, prefiero el cante libre, esos que me permiten volar con la voz.
    P. Usted dijo que personalmente le agrada más el estilo más tradicional, ¿cree que hoy en día se conserva?
    R. Uno de mis sueños es que este arte no se pierda nunca, que siga adelante conservando su esencia. No estoy para nada en contra de los toques modernos, pero es necesario conservar lo que es verdaderamente la copla y el flamenco.
    Por suerte, Argentina cuenta con enormes talentos respetuosos y admiradores de este género. Eso es muy bueno ya que conseguimos mantener presente aquello que aprendimos de nuestros mayores.
    Sería bueno que nosotros logremos dejar el mismo mensaje que a nosotros nos dejaron.
    P. ¿Cómo evalúa la movida de este género en Buenos Aires?
    R. Hoy hay en Buenos Aires artistas que hacen posible que la copla y el flamenco sigan vivos. Somos nosotros quienes debemos buscar algún sentimiento en la gente, debemos lograr que los recuerdos y la nostalgia los hagan elegir lo que hacemos. Estoy segura de que eso es posible, tenemos mucho para dar.
    P. ¿Cómo le resulta cantar copla cuando el público no es necesariamente de la colectividad española?
    R. Cuando el público no tiene nada que ver con España, es siempre muy respetuoso, y creo que se debe a la riqueza de este género. No necesitas ser español, hijo o nieto, para comprender el mensaje que tienen las letras y la música. Si buscas la manera de interpretar, seguramente se logra.
    Cuando sí son españoles o descendientes, los recuerdos y la nostalgia juegan un papel importantísimo a la hora de cantar; siempre intento despertar en la gente la emoción y creo que se logra gracias a que los clásicos están siempre presentes.
    P. Si bien es muy joven lleva bastantes años de carrera, ¿cuáles han sido sus mayores                        satisfacciones?
    R. Es difícil decir cuáles han sido mis mayores satisfacciones en estos años de carrera, ya que la considero una satisfacción permanente y eso se debe a la dicha de poder hacer lo que amo. Creo que hubo y hay momentos en los que sentí más que nunca que dedicarme a esto me hace muy feliz; la sonrisa de mis abuelos, el apoyo permanente de mi familia y el orgullo de mis padres antes que nada.
    El haber conocido a Manolo Yglesias y luego, por él, a mucha gente de la que aprendo muchísimo. La posibilidad de llevar mi música a todos los rincones.
    Y las satisfacciones cotidianas; cuando la gente canta conmigo, cuando veo sus ojos llenos de lágrimas o cuando me interrumpe un aplauso siento que la misión está cumplida.