Opinión

La civilización del grito, la era del grito, o la generación sin memoria, tal vez sean los nombres que los historiadores del futuro pongan a esta sociedad en que vivimos, ahora mismo, en pleno siglo XXI. Concentrándonos en el tema alimentación, y coincidiendo con los investigadores que afirman ‘cocinar hizo al hombre’ (Faustino Cordón), o ‘la palabra nació a partir del hecho de cocinar’, sin duda estaremos de acuerdo en que estamos involucionando de manera acelerada hacia el individualismo más atroz, y el mutismo.

Estamos delante de ‘A Virxe da Rocha’ que, según define el historiador Anxo Rodríguez Lemos, no representa sino la “Estatua da Liberdade” gallega. Diseñada por un empresario nacido en Caldas de Reis y alzada en el monte de San Roque por el célebre arquitecto de la villa de O Porriño Don Antonio Palacios, “A Virxe da Rocha” de Baiona fue un monumento en construcción a lo largo de veinte años.

“Nuestra labor es mucho más modesta: se trata, sencillamente, de recoger en un volumen un puñado de fotografías y, junto con algunos datos de sabor anecdótico y vario, exponer algunas consideraciones personales que nos ha sugerido su memoria. Todo ello con motivo de cumplirse ahora el veinticinco aniversario de su fallecimiento, acaecido, como se sabe, en Nueva York el 23 de agosto de 1926”, escribe en su ‘Prefacio’ Jesús Basañez Arrese en su libro Rodolfo Valentino, Bilbao, agosto, 1951.
Desde temprano fuimos aficionados al fútbol. Seis hermanos varones, pudimos conformar un equipo de baby o de futbolito. (Nuestras dos queridas hermanas se abstuvieron de patear una pelota; tanto mejor para ellas y su feminidad).
“Inmensos fueron los bienes tanto de orden espiritual como temporal que la peregrinación a Santiago produjo a lo largo de la Edad Media. Los compendia de magnífica manera el Papa, felizmente reinante, cuando dice que ‘la peregrinación aceleró y profundizó el ritmo de la historia, sirvió de crisol a la elaboración de las ciencias y de las artes, desparramó por el mundo un anhelo de purificación y esparció por todas partes aquellas ansias de pacificación y de fraternal unión de los espíritus que han sido y seguirán siendo siempre la única y segura base de la paz’.
Vemos ídolos en nuestro espejo. Creamos dioses a nuestra imagen. Es un hecho. Desde siempre, todas las civilizaciones crearon dioses a su imagen y semejanza, con sus virtudes y debilidades. Cuando la lluvia, el viento, fuego y tierra, los elementos de la naturaleza, tomaron formas humanas en el imaginario colectivo, y los ciclos agrarios pasaron a depender de la bipolaridad de estos seres inmortales, irascibles, vengativos, promiscuos e impredecibles, los humanos se miraron en un espejo observando los altares y estatuas a sus divinidades;  se reconocieron en ellas, y justificaron sus sacrificios y sus malas acciones, incluyendo la muerte de los primogénitos, antes de cambiar a los infantes por corderos “de Dios”, como se describe en la Biblia en el episodio de Abraham y su hijo Isaac.

Nos llega una postal de un pueblecito de la baja Andalucía, y uno siente el aire marino bajo los promontorios, sobre pinos negros, casitas blancas pintadas de cal y en cada esquina, ventanal o en el mismo suelo formado de guijarros, macetas de geranios, valerias salvajes, petunias, azaleas, y rosas cuyos tallos parecen subir por las paredes, mientras unas zapatillas blancas se adormecen.

Pfizer, Sputnik V, la vacuna china, la de Oxford... El remedio anti-COVID 19 se ha convertido en una carrera contra reloj con claros tintes geopolíticos. Pero no sólo por parte de las multinacionales farmacéuticas, cuya capacidad para influir en gobiernos y organizaciones globales es de sobra conocido.

A día de hoy… no sé quién es el presidente estadounidense. Bueno, sí sabemos quién es, o cuál era el preferido de los medios, pero tengo la duda de que ese “elegido” haya sido realmente el que salió por la voluntad popular.

“Año del Libertador General San Martín. El General don José de San Martín, Libertador del Perú, murió el 17 de agosto de 1850 en Boulogne-sur-Mer, Francia. Sus restos fueron repatriados a Argentina, en 1880, descansando desde entonces en un mausoleo, en el interior de la Catedral de Buenos Aires”, estoy leyendo en la Revista Policial del Perú, julio-agosto de 1950. Año XIX, nº 206. Año del Libertador General San Martín. Ministerio de Gobierno y Policía. Servicio de Prensa y Publicaciones Técnicas de la Policía.
Hablemos de calderos. Cuando pensamos en una meiga, bruja, maga o hechicera, las imaginamos  cerca de un caldero humeante elaborando alguna poción mágica, cocinando. Los alquimistas también compartían este elemento, de hierro o bronce. Personalmente, viendo a la abuela revolviendo el enorme pote de hierro colgando de cadenas sobre el fuego del hogar, llegué a pensar que algo de magia había allí para lograr aquellos entrañables sabores.

En novembro de 1958 eu tiña cinco anos. O lugar máis afastado da miña aldea (Santa Baia de Tines-Concello de Vimianzo) no que estivera, foi en Santiago de Compostela cando, o 21 de xullo, ingresei de urxencia no Sanatorio Baltar para sandar das feridas dos dentes e poutas do lobo ou loba que deixou a pegada de 33 cicatrices no meu corpo infantil. Disque son moi afortunado xa que vou camiño de Montevideo nun barco chamado ‘Cabo de Hornos’. O meu pensamento estaba no desexo de atoparme con meu pai (Xesús Suárez García) que agardaba no outro lado do mar.

 

Henos ante el Castillo de Soutomaior. Este conjunto arquitectónico –mitad fortaleza medieval, mitad palacio neogótico del siglo XIX– está constituido por dos torres unidas por un edificio habitable y un patio de armas, abrazados por una doble muralla. ¿Cuál es su génesis? Su origen se halla vinculado con la señera figura de Paio Méndez Sorrede, quien vivió en el siglo XII durante el reinado de Alfonso VII. Una vez concebida como edificación fortificada de índole militar y defensiva, hasta el siglo XV va evolucionando de modo coherente de torre de defensa hacia una fortaleza con doble recinto amurallado.
“La familia era, pues, típica del criollo rico que describe, por ejemplo, Humboldt; apta a sacarle provecho a la economía del país y también a figurar en público bien de decorada con uniformes, títulos y veneras”, señala el brillante historiador español Salvador de Madariaga Rojo en su singular obra Bolívar, editorial España-Calpe, Madrid, 1951, y Madrid, 1975, segunda edición. Es preciso recordar que el padre de Don Juan Vicente, Don Juan de Bolívar Villegas –Teniente General de los ejércitos españoles– había depositado en el Monasterio de Montserrat veintidós mil ducados para comprar uno de los dos títulos de Castilla otorgados a los monjes por el rey “para que pudiese atender y subvenir a los gastos de los reparos y reedificación”.
El origen de la expresión mala leche proviene de la creencia, muy antigua, de que la leche con que se amamantaba influía en la personalidad. Ya Aristóteles aseguraba que la leche mamada determinaba cierta organización social. San Agustín recomendaba que los niños cristianos no fueran amamantados por amas paganas porque esto influiría negativamente en su fe.
Nos hallamos en las Islas Cíes, hermosas guardianas de la espaciosa y esplendente Ría de Vigo. Otoñalmente nos saludan las tres ballenas varadas: isla de Monteagudo, isla de Faro, isla de San Martín. Tres seductoras sirenas del océano Atlántico. La presente cobertura, desde la perspectiva vegetal, de las Islas Cíes pone de relieve un progresivo estado de alteración, a causa de la actividad humana acá mismo desarrollada a lo largo del tiempo. Indudablemente, el “medio forestal” es el que exhibe el mayor grado de “transformación”. La superficie arbórea autóctona –constituida por el “cerquiño”, esto es, el “Quercus Pyrenaica”– queda reducida a muy pocos y pequeños núcleos aislados, en tanto que especies exóticas –como el pino o el eucalipto– ocupan casi la cuarta parte de la superficie del Parque Natural.
Nuestro idioma castellano está construido sobre infinidad de armazones, siendo aquí, en América Latina, el sembradío donde pudo consolidarse al convertirse en plenamar entre las páginas de incontables escritores, siendo Pablo Neruda el malecón que amarró la barcaza con una malla de grandiosas palabras que expresaban más de lo enunciado al instante de articularlas. 
La segunda ola del coronavirus está pillando al mundo en situaciones dispares. Europa vuelve a vivir el fantasma del confinamiento general, por ahora calculado y ‘perimetral’. Francia se ha visto obligada a decretar un nuevo confinamiento general hasta diciembre. Alemania cierra hostelería y gimnasios. En España se decreta el toque de queda.
Tal vez la definición más acertada de España sea la del comediante que la definió como un “barrio pijo (1) de Marruecos”. Atrás quedaban, hace unas décadas y gracias a los fondos europeos, el fantasma definitorio y excluyente que aseguraba que Europa terminaba en los Pirineos… De allí para abajo era otra cosa.
La puesta en venta de territorio insular, al sur de la Isla Grande de Chiloé –espacio sagrado, según el pueblo Huilliche–, se ha vuelto una mercancía más para acaudalados empresarios chilenos, auténticos poseedores de esta entelequia vocinglera y colorida que llamamos Patria, con mayúscula, atribuyéndole adjetivaciones hiperbólicas, tales como: inmarcesible, eterna, invicta, inviolable; cuerpo geográfico y telúrico por el cual los uniformados, y veces los civiles, juran “rendir la vida si fuese necesario”. Conceptos cuyo sentido profundo, si lo tienen o si alguna vez lo han tenido, la filosofía primaria de nuestro capitalismo salvaje se encarga, sin tapujos, de desvirtuarlo.