“TODOS ESTAMOS TRABAJANDO PARA TENER ESTE RINCONCITO”, DICE LA PRESIDENTA DE LA ENTIDAD, DORA PEGITO

La Sociedad Parroquial de Vedra en Buenos Aires celebró su 104° aniversario y la fiesta de la Virgen de los Dolores

La Sociedad Parroquial de Vedra en Buenos Aires celebró la fiesta patronal de la Virgen de los Dolores y su 104° aniversario con un almuerzo que reunió en su sede a socios y amigos.

La Sociedad Parroquial de Vedra en Buenos Aires celebró su 104° aniversario y la fiesta de la Virgen de los Dolores
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La imagen de la Virgen de los Dolores de la Sociedad descansa al lado de la del Cristo, durante el oficio religioso.

La Sociedad Parroquial de Vedra en Buenos Aires celebró la fiesta patronal de la Virgen de los Dolores y su 104° aniversario con un almuerzo que reunió en su sede a socios y amigos.

Los festejos comenzaron por la mañana con una procesión hasta la Parroquia de San José de Calasanz. Promediando las 11, los integrantes de la agrupación folklórica de la institución, con sus trajes típicos, y los directivos de la casa, encabezados por su presidenta, Dora Pegito, cargaron hasta la Iglesia las imágenes de la Vírgen de los Dolores, patrona parroquial, y de Santa Eulalia, patrona de Vedra, donde se celebró el oficio religioso.

Es una fiesta que los vedreses de Buenos Aires celebran en simultáneo con la parroquia gallega, que desde hace 150 años recuerda a su patrona con diversos actos conmemorativos y festivos que se prolongan a los largo de tres jornadas.

En la capital argentina la fiesta, que dura un día, siempre es motivo de encuentro y alegría.

Desde 1961, la agrupación folklórica, creada ese mismo año, acompaña en procesión por las calles de la ciudad las imágenes de la Virgen de los Dolores y Santa Eulalia.

Van con sus trajes típicos ofreciendo un concierto de gaitas, en un ritual que los emigrantes rememoran cada año, sin falta, para mantener vivas las tradiciones gallegas en el país y darlas a conocer a la comunidad.

“Para nosotros es una alegría porque nos permite enseñar nuestras costumbres a los más jóvenes, para que puedan reconocerlas y recibir toda esa cultura que tenemos y que es importante transmitir”, señaló Dora Pegito.

“Yo veo que muchas familias no le han contado a sus hijos sus cosas, que mueren con ellos”, dijo y avanzó: “Cuando uno las cuenta, esos chicos –tengan o no tengan familia allí– aprenden a querer Galicia”.

En este mes de septiembre, la Sociedad Parroquial de Vedra celebró su 104° aniversario y  también el 40° aniversario de su casa.

Allá por los años 70, recordó Dora Pegito, se empezaron a hacer viajes a España. “Fuimos de los primeros que en el año 1970 viajamos alquilando aviones”. “En ese tiempo se podían vender los pasajes a un precio más accesible y en cuotas, lo que fue una gran alegría para mucha gente que hasta entonces no había podido regresar a su tierra”.

En el mes de julio de 1970 se organizó un viaje, prácticamente multitudinario. Eran tantos, contó, que hubo que alquilar cinco aviones que volaron “llenos de gente conocida”. “Eso, –ahondó– fue un gran puntapié para ahorrar dinero pensando en la casa propia”.

Cuando apareció la oportunidad de comprar la propiedad actual –que “para nosotros era inmensa porque tenía dos locales y 7 departamentos”, apuntó Dora– entre donaciones, préstamos, regalos y lo que se pudiera hacer se llegó a la cifra, se compró y se empezó a construir.

Finalmente, la propiedad se adquirió en el año 74 y en ese momento comenzaron a demoler paulatinamente lo que había y a construir, “de a poco, a medida que se podía, con el esfuerzo de la gente”.

“Albañiles eran los mínimos, la gente de la casa era la que hacía casi todo: unos trabajaban, otros cocinaban, otros limpiaban, así se fue haciendo. A medida que se construía, se iba demoliendo. Hasta que logramos lo que hoy tenemos”, relató.

Todos los años, socios y directivos trabajan para “mantenerla y mejorarla, en lo posible”, indicó.

“Nos resultó muy costoso poner el aire acondicionado para todo el salón, que es inmenso, e instalar un ascensor para que la gente mayor pudiera acceder con comodidad a la planta del primer piso”, sostuvo y ahondó: “Nosotros hacemos todo sin fines de lucro. Ninguno de los que estamos acá cobramos un peso y todos estamos trabajando para tener este rinconcito y el orgullo de decir que fuera de Galicia tenemos algo que nos hace acordar, que nos llevamos bien con los de allá, que cuando ellos vienen nos visitan”, valoró la presidenta de la Sociedad, Dora Pegito.