BÁRBARA ESTRADA QUIERE RECUPERAR LAS CELEBRACIONES DE LA INSTITUCIÓN QUE SE FUERON PERDIENDO

La presidenta del Centro Gallego de Comodoro Rivadavia agradece a la Xunta “que se acuerdan de nosotros estando tan lejos”

“Para nosotros significa muchísimo” la visita del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, explica la presidenta del Centro Gallego de Comodoro Rivadavia, Bárbara Estrada, quien recuerda que “nos encontramos muy lejos de Buenos Aires, estamos a 1.800 kilómetros y es la segunda vez que nos visita un presidente de la Xunta. En 2019 nos visitó Feijóo y ahora pudo venir el presidente Rueda”. “Estamos realmente lejos y no estamos muy bien conectados –continúa–, así que la colectividad estaba muy expectante y llevamos una semana preparando el evento de la emoción que tenían los socios”.
La presidenta del Centro Gallego de Comodoro Rivadavia agradece a la Xunta “que se acuerdan de nosotros estando tan lejos”
Bábarba Estrada y Alfonso Rueda
Bábarba Estrada y Alfonso Rueda, durante la visita del presidente al Centro Comodoro Rivadavia.

Durante la visita del presidente Rueda llevaron a cabo una muestra histórica porque la institución cumple 100 años y “queríamos representar todo lo que fue este paso de los cien años, la compra del edificio y cómo se fue construyendo”.

El objetivo de la institución “es poder mantener lo que nosotros llamamos la llama de la galleguidad, que es ese amor por la cultura gallega, por reproducirla, disfrutarla, compartirla y difundirla”, asegura esta gallega de tercera generación que se puso al frente de la institución el pasado mes de diciembre.

Estrada recuerda que el Centro Gallego de Comodoro lo construyeron los socios y la comisión directiva con sus propias manos porque no había fondos para contratar albañiles y la mayoría de las cosas fueron donadas por las empresas de estos socios, “así que eso fue lo que quisimos representar en la muestra”.

La institución cuenta con 1.000 asociados que, en su gran mayoría, tienen nacionalidad española y, “con la Ley de Nietos que se encuentra vigente, vamos a ser unos cuantos más”, pronostica Bárbara Estrada que, además de presidenta de la institución, es vicecónsul de España y lleva todo lo que son ciudadanías de los españoles que la están tramitando por la Ley de Nietos. “La realidad –subraya– es que cada día de atención recibo a alrededor de 30 personas y la mayoría ya tienen el expediente casi completo, así que, en cuanto presenten la documentación, van a tener una resolución favorable”.

La colectividad gallega en Comodoro Rivadavia está formada por hijos de los nacidos en Galicia, aunque ahora, también por la edad, empieza a haber muchos nietos. “Gallegos nacidos en España quedan cada vez menos porque la corriente migratoria a esta zona llegó en 1920/1930, así que esa gente está fallecida ya”, destaca Estrada, quien explica que los gallegos cuando llegaron pensaron que era una zona pesquera pero se encontraron con que era petrolera y entonces montaron empresas vinculadas al petróleo.

El oro negro hace que esta zona sea una burbuja económica en lo que es Argentina y eso también lo vive la colectividad que, en general, tiene una buena situación económica.

Bárbara Estrada es gallega de tercera generación, nieta de gallegos, asturianos y alemán. “Yo no tengo recuerdos fuera del Centro Gallego. Yo nací en la Asociación Española, que es el sanatorio de aquí de la región y en mi primer año de vida ya estaba en el Centro Gallego, así que me lo conozco de arriba abajo”, enfatiza esta joven que a los 24 años asumió la Secretaría de la institución, puesto en el que estuvo unos cuantos años. Posteriormente, vivió un año y medio en Vigo y al regresar asumió, el pasado mes de diciembre, la presidencia.

A sus 36 años es una de las presidentas más jóvenes de los centros gallegos del exterior. “En este centro gallego, a diferencia del resto, hay muchos jóvenes. Tenemos un grupo infantil de 15 niños y el 80% de la comisión directiva son menores de 45 años”, relata esta joven que estará en el cargo hasta 2025.

Estrada hace hincapié en que uno de los primeros cambios ya lo llevó a cabo cuando era la secretaria de la institución y fue tener una comisión directiva con mujeres. “Soy la primera mujer presidenta del Centro y fui la primera secretaria mujer, que no es un tema menor, porque son estructuras bastante rígidas. En este Centro Gallego había una subcomisión de damas y las mujeres no se podían incorporar a la comisión directiva, donde se toman las decisiones” se lamenta la presidenta que reconoce que le habían dicho que “no podía llegar a la presidencia del Centro Gallego por ser mujer, pero aquí estoy”.

En esta etapa como presidenta tiene dos retos por delante: mejorar el edificio y recuperar las celebraciones de antes.

El edificio, cuenta, es muy viejo y la ciudad tiene un clima con mucho viento que hace que empiece a tener problemas que requieren “que se los trate de raíz porque con un parche vuelve a surgir ese problema. Esto es lo primero, poner todas las instalaciones en condiciones para que los asociados puedan hacer uso pleno”.

Para llevarlo a cabo en el plano económico, “nosotros recibimos ayudas de la Xunta y de la Embajada de España. Además, todos los meses realizamos eventos para conseguir dinero. Por ejemplo, un mes recaudamos el dinero para comprar toda la pintura y por el tema de inflación, en cuanto termina el evento, compramos la pintura porque aquí el dinero se devalúa rápido, así que hay que materializar el dinero. Con distintos eventos vamos comprando de a poco las cosas y para el tema de la mano de obra, que eso se suele hacer en un pago total, intentamos solicitar las ayudas de la Xunta de Galicia para obras de entidades en el exterior”.

El otro proyecto es recuperar eventos culturales “que se hacían cuando yo era pequeña que, con el paso del tiempo y como la gente se fue haciendo mayor, se fueron perdiendo”. En concreto, la presidenta recuerda la feria del mar o la celebración de la noche de San Juan, que se recuperó hace seis años. También quiere celebrar con grandes eventos fechas señaladas como el Día de las Letras Galegas, es decir “recuperar todas estas fechas especiales que hacen que el Centro Gallego sea un lugar social”.

En cuanto a las actividades, el centro cuenta con grupo de gaita, de percusión, pandereta y ‘cantareiras’ y grupo de baile, que está dividido por edades: mayores, jóvenes, adolescentes y los mas pequeños. Además, tiene clases de idioma gallego y de costura y bordado al aire.

También tienen previsto realizar un viaje a Galicia en septiembre. En un principio iba a viajar la tuna de la institución para tocar con la de Santiago, pero finalmente irán 120 personas, que esperan que el presidente Rueda las reciba en la capital gallega.

Bárbara Estrada quiso agradecer el apoyo de la Xunta, “que se acuerdan de nosotros estando tan lejos”, y de la “Secretaría Xeral de Emigración, que nos da cierta prioridad por estar tan al final del mundo”. “Ahora –continúa– está el programa de Escolas Abertas y nosotros tenemos una chica que toca la gaita y está aprendiendo por videos y consultando al Centro Gallego de Buenos Aires, pero ahora salió adjudicado el programa de gaitas y para nosotros es un recurso enorme que pueda viajar”.