Un largo camino desde 1871

El 31 de diciembre de 1871, a las doce del mediodía, en los salones altos del teatro de Albisu de La Habana, se reunieron una treintena de emigrantes gallegos para iniciar una de las obras filantrópicas más relevantes realizadas por los gallegos de ultramar que más honra a Galicia. Ese día nació la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia y su primer presidente fue Ambrosio Tomati. Según su actual presidente, Alfredo Gómez, “se le considera la asociación gallega más antigua de América”.
‘Por Galicia y para Galicia’. Ese fue el lema de los pioneros de la sociedad como expresión inobjetable del ánimo de los gallegos que con trabajo y tesón dieron vida a la entidad.
Alfredo Gómez, actual presidente de la Sociedad, también llamada ‘Benemérita de Las Américas’, aseguró a ‘Galicia en el Mundo’ que “tres semanas después de esta reunión se celebró la primera Junta General de la Sociedad –21 de enero 1872– con la asistencia de unos 500 miembros para iniciar el largo camino de la Beneficencia Gallega de Cuba, en el cual nunca se ha apartado de los ideales iniciales que dieron vida a la entidad”.
El presidente de la entidad comentó que, “por más de un siglo, la Beneficencia Gallega se ha caracterizado por su prestigio y beneficio considerándosele la asociación gallega más antigua de América” y agregó que “la Beneficencia Gallega, además de asistencia y socorro a sus miembros, es pródiga en manifestaciones de carácter social y cultural. Su primera sede fue el Casino Español de La Habana y actualmente reside en el Centro Gallego de Cuba”, ubicado en el corazón de la capital cubana. Según Gómez, “su organización benéfica alcanzó amplios dominios en actividades culturales y solemnidades, que constituye la más viva confirmación de todo cuanto vale y puede la cooperación entre gallegos y su descendientes”. Afirmó que “bajo su advocación se fundó el Centro Gallego de La Habana, el cual tomo rápidamente vida gracias al impulso del movimiento patriótico gallego de La Habana. El Centro Gallego de La Habana, en gratitud, concedió a la Beneficencia Gallega una serie de beneficios como la cesión gratuita de una local social”.
Gómez aseguró que “la Beneficencia Gallega soluciona necesidades de sus asociados y sus familias como el darle sepultura cristiana”. El Panteón fue construido en 1936 en el Cementerio Cristóbal Colón de la capital.
La sociedad tuvo como órgano oficial la revista ‘La Vida Gallega en Cuba’, que recogía en sus páginas, noticias, crónicas, anuncios de comerciantes gallegos y todo lo referente a la vida social de los gallegos en Cuba”. Agrega que la Beneficencia Gallega “fue capaz de aglutinar a la gran mayoría de gallegos que emigraron a Cuba”.
Alfredo Gómez, quien emigró a Cuba en 1957, recibió el diploma de honor como ‘Emigrante Distinguido’ en 2005. Aseguró que “es tarea de su actual presidente, como lo fue de sus antecesores, seguir trabajando por la magna obra de la galleguidad para que su labor sea perpetua y orgullo de los gallegos y sus descendientes”.