Gallegos residentes en otras comunidades regresan a sus ‘concellos’ para potenciar el valor singular del ‘Entroido’
El ‘Entroido’ cobra cada año mayor relevancia en Galicia. Prueba de ello es que a día de hoy 191 de sus 313 ayuntamientos escogen una fecha vinculada al Carnaval como festivo local. Como consecuencia de esta aceptación, el Consello de la Xunta aprobó el lunes de la pasada semana el decreto que lo declara Bien de Interés Cultural, al considerar acreditado su valor singular como ‘patrimonio inmaterial de la comunidad’. La cita arrastra a los pueblos con tradición a los ‘emigrantes’ del interior, que se abren por unos días a disfrutar con los disfraces y las tradicionales exquisiteces gastronómicas de la región.

El Carnaval es una tradición muy arraigada en Galicia, principalmente en la provincia de Ourense, donde cobra especial relevancia en ‘concellos’ como Verín, Laza o Xinzo de Limia, que conforman el denominado ‘Triángulo Mágico’.
Cigarróns, Peliqueiros y Pantallas –figuras características del ‘Entroido’ en estos municipios– se convierten en los principales protagonistas de una celebración que abarrota calles y plazas con visitantes atraídos por el sonido de las charangas, el derroche de imaginación de las comparsas y el colorido y diversidad de los disfraces.
Algo de especial tiene el ‘Entroido’, que los moviliza, y acudiendo a la llamada de esa tradición, así como al reclamo de exquisiteces gastronómicas, como las orejas, filloas y el lacón con grelos, muchos gallegos que han salido de su tierra y se han instalado en cualquier otro punto de España (lo que se conoce como ‘emigración interior’), retornan esos días a sus lugares de origen para sumarse a la algarabía que desata el evento y disfrutar así de unas jornadas en familia y entre amigos.
Procedente del País Vasco, en Xinzo de Limia recaló, un año más y en viernes de Carnaval Alfonso, dispuesto a pasar un fin de semana a lo grande. Pese a no ser originario del lugar –nació en Vigo y cuenta con orígenes también en la localidad lucense de Pobra do Brollón–, lleva casi toda una vida disfrutando de la fiesta de las máscaras. Su vinculación con Xinzo le viene desde mediados de los ochenta cuando su padre fue trasladado a la villa por motivos laborales. Contaba entonces seis años de edad y la familia al completo tuvo que dejar Vigo y establecerse en una de las tres localidades de Galicia donde el Carnaval supo mantener su esencia y alcanza mayor visibilidad.
El tiempo que permanecieron en Xinzo (alrededor de dos y medio) les procuró amistades, pero también vivir y disfrutar de cerca del evento por excelencia. Así que, desde los ocho años, Alfonso –que hoy ya suma 42 y se desempeña profesionalmente en el sector de la banca– comenzó a vestirse de ‘Pantalla’ y a participar, como hacen otros muchos niños por esa edad, de la tradición más entusiasta del pueblo.
Motivos de movilidad laboral obligó a la familia a trasladarse más tarde a otras localidades de Galicia, pero lejos de dejar morir el vínculo, continúan conservándolo, y en Xinzo se dan cita también por estas fechas sus padres (Alfonso y Yolanda) y su hermana, Yolanda, quien ahora acude acompañada de su marido (Chechu) y de sus dos hijos (Blanca y Tirso). Producto de la buena sintonía que se creó durante la estancia por razones de trabajo, todos los años son recibidos en la villa con la hospitalidad de siempre por José Manuel y Conchi, en cuya casa les acogen "como si de la nuestra propia se tratase", confiesa Alfonso.
Dispuestos a sumarse con buen ánimo al jolgorio que se forma con la llegada de don Carnal, en su caso, con el esfuerzo añadido de tener que desplazarse desde Bilbao. Pero lo da por bien empleado si con ello consigue vestirse de ‘Pantalla’ un año más y mantenerse conectado con las personas con las que entabló amistad siendo niño.
“Lo bueno de esta fiesta es que nos permite mantener el contacto con los amigos y comer juntos el cocido típico de Galicia en fechas tan señaladas”, comentó, a ‘Galicia en el Mundo’, haciendo mención especial a su amigo Anxo, sin olvidarse de Eli y Cris. "Somos muy amigos", asegura, y la amistad con Anxo es tan fuerte que, durante el Carnaval, "somos inseparables", hasta el punto de que "si algún día él dejase de salir de 'pantalla', yo también lo haría", atestigua.
Animado por el carácter del evento, arrastra a otros familiares y amigos bien dispuestos también a participar de la alegría de la fiesta. El matrimonio formado por su prima María (natural de Santiago) y su amigo Dani (de Barcelona) –residentes igualmente en Bilbao y con orígenes ambos en Puebla de Brollón– procura no perderse la oportunidad de pasárselo bien el fin de semana que coincide con la celebración.
“Vengo desde que era pequeña”, e incluso, “cuando estuve viviendo en Alemania y en Barcelona, tampoco me perdía el Carnaval de Xinzo”, asegura María. Tanto disfruta de la fiesta y de las tradiciones, que solo una “causa de fuerza mayor” podría mantenerla alejada de la cita. En cualquier caso, “nunca” la “pérdida de interés”, matiza, porque eso es algo que, hasta la fecha, no ha percibido nunca.
Dedicada a la actividad editorial, María, quien viaja con asiduidad por razones profesionales –su empresa, Consonni, con sede en la capital del Nervión, coloca en el mercado del libro, desde 2016, publicaciones de narrativa y ensayo, principalmente–, también realiza visitas frecuentes a Galicia para ver a la familia. Por esta época del año, establece el punto de conexión con ellos en Xinzo, hasta donde se desplazan sus padres, Isidro y Rosa, para disfrutar con el resto de su gente de lo mucho que da de sí el ritual que precede a la Cuaresma.
Nuevos ‘pantallas’
Entre los ‘pantallas’, es costumbre dar entrada en los grupos a personas allegadas que lo solicitan –ahora también a las mujeres–, razón por la que Dani (quien también trabaja en el sector de la banca) pudo vestirse ya en más de una ocasión con el traje típico del Carnaval de Xinzo y, como otros tantos jóvenes ejemplo de la ‘emigración’ interior, contribuir a arraigar el ‘Entroido’ en Galicia.
El reclamo que constituye esta fiesta invita a desplazarse al municipio en fecha tan señalada y, prueba de ello es que, “en mi grupo, conozco a amigos que vienen desde distintas ciudades gallegas y, dos, en concreto, que lo hacen desde Madrid”, comenta Alfonso. Incluso refiere casos de personas del pueblo que cogen un avión y se embarcan en un vuelo internacional para llegar a tiempo a la cita.
El arraigo de esta tradición va en aumento, favorecido, en gran medida, por la mejora de las comunicaciones, apunta este vigués, quien refuerza su argumento en el beneficio que le puede acarrear la conexión por AVE que se acaba de establecer entre Ourense y Madrid, que redujo el tiempo del trayecto entre ambas ciudades a dos horas y media, aproximadamente. Esta circunstancia favorece el desplazamiento de los que están en la capital, por lo que, cada vez va a ser “mayor” el número de personas que “se van a animar a venir” y pasar unos días de “juerga con los amigos”, que “de eso trata el Carnaval”, remarca Alfonso.
Con sus capas de medio cuerpo de largo que hoy en día adoptan variedad de colores (la roja es la más tradicional), sus caretas dibujadas con diversidad de motivos y sus pañuelos a juego, los ‘pantallas’ recorren durante la mañana del domingo de Carnaval una de las calles del centro histórico de Xinzo, amenizando a los presentes. Lo suyo es hacer ruido con las campanillas que llevan ajustadas a la cintura, golpeando vejigas de animales, secas e hinchadas como globos, e imponiendo su ley. No se sorprendan, pues, si en alguna ocasión se desplazan a Xinzo sin disfrazar, sean arrebatados en contra de su voluntad por un grupo de estos personajes ancestrales. Los levantarán en volandas y, aunque traten de resistirse, los introducirán en el interior de un bar y les harán pagar una ronda, mientras entonan en su honor canciones populares del repertorio gallego.
Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1997 y Fiesta de Interés Turístico Internacional, en Xinzo de Limia –donde existe un Museo del Entroido–, se desarrolla el ciclo de carnaval más largo de toda España, ya que comienza el Domingo Fareleiro (tres antes del Domingo de Carnaval) y acaba con el Domingo de Piñata, el siguiente después del miércoles de Ceniza o de Entierro de la Sardina. Aunque el Domingo de Entroido la localidad es un hervidero de gente procedente de diversos lugares, el día grande es el Martes de Carnaval, cuando tiene lugar el desfile de carrozas y comparsas, encabezado por un gran grupo de ‘pantallas’.