Julia Vázquez, residente en As Mamoelas (A Bola), elegida como ejemplo

La Diputación de Ourense homenajea a las mujeres que sacaron adelante a sus familias mientras sus maridos emigraban

El Área de Igualdade de la Diputación de Ourense continúa con su campaña ‘8M, mes a mes’, pensada para dar visibilidad a las mujeres con trayectorias destacadas en profesiones altamente masculinizadas, así como para potenciar la importancia del trabajo transversal de la mujer.

La Diputación de Ourense homenajea a las mujeres que sacaron adelante a sus familias mientras sus maridos emigraban
Ourense-8M mujeres emigracion
Julia Vázquez Álvarez personifica esta campaña.

Así la Diputación dedica el mes de enero a todas aquellas mujeres que sacaron adelante a sus familias adentrándose en profesiones masculinizadas mientras sus maridos estaban trabajando emigrados. Por ello, el lema escogido este mes por el Área de Igualdade es ‘Pilastras da Igualdade’, para destacar la fuerza, resiliencia y trabajo de las mujeres que vivieron situaciones similares a la de Julia Vázquez Álvarez, quien personifica en enero esta campaña.

Julia Vázquez, residente en As Mamoelas (A Bola), llevó a cabo la dura tarea de sacar adelante su familia en ausencia de su cónyuge en una época en la que la mujer estaba indiscutiblemente discriminada. En 1971, cuando ella tenía 28 años, su marido, David, emigró a Suiza para poder mantener a su familia. Mientras, ella se quedó al cuidado de una tía, de su suegro y de dos hijos de corta edad. Además del cuidado de dos niños y dos personas mayores, Julia se dedicaba a la ganadería en la explotación de vacas familiar, al mismo tiempo que trabajaba la huerta. Cuando su marido regresó, construyeron una granja de conejos en la que trabajó toda la familia.

Impulsada por sus hermanos y su marido, Julia fue la primera mujer en sacar el carné de conducir de la zona, así como la primera en tener su coche propio, en julio de 1975. Su marido no se atrevía a hacerlo y fue ella la que decidió sacarlo, siendo la única mujer de la autoescuela y tardó sólo un mes en aprobar. Ya con el permiso de conducir, la familia aprovechó para sacarle rentabilidad, vendiendo en el coche manzanas en Xinzo de Limia.

El carácter solidario de Julia hacía que, siendo como era una de las pocas personas con coche de la zona, cuando veía a alguien a pie por el entorno de su trayecto no dudaba en recogerlo y llevarlo a su destino de modo desinteresado. Y su afán por cuidar de los suyos hizo que sus nietos también se criasen con ella, siendo también testigos del trabajo de su labor en el campo, en la granja y con el coche.

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