“La cultura del café es claramente española”

“La cultura del café es claramente española”
Al artista, por lo general, le basta con bien poco para desplegar su arte. Poro eso, como los niños que juegan y se divierten con una servilleta de papel en la mesa del bar mientras sus padres se toman el vermut, Carlos Kravetz también se vale de una servilleta para divertirse y crear mientras se toma un café en uno de tantos establecimientos emblemáticos que existen en Buenos Aires. Es una destreza que le sale de modo espontáneo. La servilleta le sirve en su caso para trazar líneas que, con habilidad, se convertirán en un dibujo. La corta en trocitos y los va enrollando y moldeando de tal manera que no necesita lápiz ni pincel para crear una figura. Así de sencillo. Y eso lo hace como un autómata en los cafés, los cafés de Buenos Aires; esos establecimientos que suenan a español, porque “la cultura del café es claramente española”, dice. “La gente se junta a hablar en los cafés horas y horas” y, eso, a este artista, sensible, le ha llegado al alma.
Tanto es así que, actualmente, trabaja en la creación de un libro en el que pretende mostrar los ocho o diez bares más bellos de Buenos Aires, como ‘Los 36 billares’, ‘Miramar’ o ‘Cafetín de Buenos Aires’ –algunos de ellos regentados por gallegos–, e inmortalizarlos como algo típico.
La idea es fijar en instantáneas esos momentos de café en los que Kravetz es capaz de crear con una simple servilleta y hacer composiciones con personas anónimas mientras arman también sus propios dibujos de mesa.
En ello está trabajando. Mientras tanto, disfruta de lo sencillo, porque “disfrutar de lo sencillo de la vida es muy nuestro”. Y cuando dice nuestro, quiere decir muy judío, y muy gallego, porque ambas culturas comparten “el amor a la buena mesa y los festejos”. “La alegría de la fiesta...”, dice, “en la vida hay momentos para celebrar y hay que celebrarlos”.
¡Y cómo no estar de acuerdo!