“Crearemos en Latinoamérica una red para proteger a las víctimas de explotación sexual”

Ana Míguez, presidenta del Grupo de Estudios sobre la Condición de la Mujer ‘Alecrín’, de Vigo, disertó en el I Congreso Latinoamericano sobre trata y tráfico de personas, celebrado del 3 al 6 de junio en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El congreso, que congregó a especialistas de todo el continente americano, contó con la participación de María Xosé Porteiro, delegada del Gobierno gallego en Argentina, de la artista gallega Luz Darriba y de representantes de las Universidades de Granada, Barcelona y de Zaragoza, en representación de España, único país no americano presente en el Congreso.
Míguez integró, junto a otros ocho especialistas, el panel central del primer día del congreso, presentó el documental de Pedro Barbadillo ‘Mariposas del Mecon’ y participó de reuniones y conferencias en torno a la prostitución.
Antes de emprender su regreso a España, manifestó la voluntad de ‘Alecrín’ de crear una red de organizaciones de mujeres feministas que trabajen en el tema de la prostitución. “Le hemos ofrecido a organizaciones feministas latinoamericanas trabajar en red”. Aquellas que conozcan a proxenetas, podrán denunciarlos en la web de ‘Alecrín’ publicando allí su fotografía y currículum, precisó Míguez. La dirigente feminista explicó que de hacerlo ellas mismas en sus lugares de origen, correrían muchos riesgos porque están frente a mafias muy organizadas. Esta red que ‘Alecrín’ pretende crear en Latinoamérica permitirá también ofrecer protección y contención a las mujeres que siendo rescatadas de la explotación sexual regresen a sus países.
Pregunta. ¿Qué balance realiza de este I Congreso Latinoamericano sobre trata y tráfico de personas?
Respuesta. Este encuentro fue muy positivo. Por fin las mujeres y organizaciones feministas de Latinoamérica pudieron expresar lo que estaba ocurriendo en sus países, y yo, como miembro de una organización feminista española, pude también transmitir a estas organizaciones lo que estaba ocurriendo en España con el tráfico de mujeres.
P. ¿Cuál es la participación de las argentinas en el ámbito de la prostitución?
R. Es cierto que hay argentinas que están siendo prostituidas en España, pero es una mínima parte en relación con las prostituidas de otros países latinoamericanos.
P. ¿Cuál es el diagnóstico de situación que en relación a la prostitución hace ‘Alecrín’?
R. La prostitución es pobreza. Las mujeres que se prostituyen son siempre mujeres pobres. No nos olvidemos que en España, a principios y mediados del siglo XX, las mujeres españolas vivíamos una situación similar a las mujeres de Latinoamérica, del este de Europa o de Africa. Lo que pasa es que, en este momento, la problemática está mucho más globalizada. Pero también a principios del siglo XX teníamos que prostituirnos en América y, desde mediados de siglo, éramos prostituidas en Europa. Afortunadamente la situación ha cambiado y las mujeres españolas hoy tenemos acceso a una mejor educación.
Creo que la historia de las mujeres todavía está por contar y la miseria que vivieron y aún viven, a lo largo de los siglos, es muy grande.
P. ¿Cómo está constituido el mercado prostitucional español?
R. En un 98%, por mujeres inmigrantes, y mayoritariamente en Galicia y el norte de España hay muchísima inmigrante latinoamericana.
P. Usted ha dicho que emigrantes gallegas y españolas fueron prostituidas a lo largo del siglo pasado. Sin embargo hay quien en la emigración rechazan esta afirmación.
R. Yo soy testigo de cómo en un documento que encontré en el Ayuntamiento de Vigo (Galicia), enviado por las autoridades de Montevideo (Uruguay) se les solicita que por favor avisen a sus mujeres, “porque las pobrecitas creen que llegan aquí para trabajar y a lo que vienen es a que las obliguen a prostituirse”. Eso también ocurría en Alemania, Francia o Inglaterra.
Yo recuerdo, hace algún tiempo, que en la televisión gallega dije esto mismo y hubo mujeres que me llamaron diciendo que ellas no habían ido a prostituirse, que no era cierto; pero hubo una mujer que me llamó y me dijo que quería hablar conmigo, en privado. Tenía 81 años y me confesó: “¡No sabe cuánto me alegró oírle decir eso!”. Ella emigró a Francia en busca de un trabajo que le habían ofrecido, pero cuando llegó resultó que no había tal trabajo y estuvo en un bar trabajando de prostituta. Más tarde se mudó a otra ciudad donde conoció a un hombre que nunca supo que había sido prostituta, y se casó con él. Comulgó, sin confesar jamás que había sido prostituta, y esto para una persona católica es terrible. Nadie, en su vida, sabe que fue una mujer prostituta. Aquello era tan terrible que cuando lo escuchó pudo liberarse.
P. ¿Hay desaparecidas en España?
R. Hay mujeres prostituidas que aparecen muertas y en muchos casos se desconoce la identidad porque no tienen papeles. Nosotras sabemos de mujeres que vienen con documentación falseada, pero no necesariamente tienen que ser latinoamericanas, pueden ser africanas o del este. Son regímenes en los que la pobreza la única salida que da a las mujeres es la prostitución. Esto no puede ser así.
P. ¿Qué actividades realiza ‘Alecrín’ en Galicia?
R. Nuestra organización visita los pisos, los clubes, además, tenemos un centro de día donde acogemos a las mujeres que vamos rescatando.
También tenemos un servicio para detectar el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual; pero de todas formas no sirve para nada. Nosotras podemos decir que tienen algo pero el prostituidor o, mejor dicho, el putero lo que quiere es tener ese servicio, comprar ese cuerpo y hacer con él lo que quieren que para eso pagan, y sin condón.
P. ¿Cuál es la situación en Argentina y América Latina?
R. En los países latinoamericanos, suelen ser las mujeres quienes hacen de nexo entre las pobres y los proxenetas. Estas personas se acercan a los pueblos y lugares más pobres, más vulnerables económicamente y les ofrecen ir a trabajar a España. Le pagan el billete de ida y vuelta, les dan un dinero para que las autoridades españolas vean que tienen dinero como para estar de turistas y una vez en España, en lugar de ir a esa cafetería, a ese bar a trabajar o a ese servicio doméstico, las reclutan directamente en los clubes.
Algunas saben que viene a prostituirse, lo que no saben son las condiciones con las que se van a encontrar y esa deuda que tienen adquirida con el proxeneta va aumentando día a día.
P. ¿Por qué?
R. Porque las mujeres constantemente sufren sanciones. Que si ese día no quieren recibir a este putero porque exige hacer alguna cosa que ellas no quieren; porque ese día les vino la menstruación y se negaron a ponerse un dispositivo que no permite que la sangre baje; porque tienen gripe, etc. Todas esas son sanciones que se van sumando a la deuda. Al llegar a los 21 días normalmente son trasladadas a otro club.
P. Deliberadamente llama putero a quien consume prostitución, ¿por qué?
R. Digo putero y no cliente, porque la denominación de cliente es normalizada, honesta y tranquilizadora; el putero, en cambio, es el cómplice del proxeneta.