Consuelo de Otero: “No hay palabras para describir lo que hace la Xunta de Galicia por nosotros”
“Esto es magnífico. No hay palabras para describir lo que la hace la Xunta de Galicia por nosotros porque venir con todos los gastos pagados y que nos traten como nos tratan, es maravilloso”, destaca Consuelo de Otero, que llegó a Galicia desde Cuba, junto a su marido, Alberto Suárez, para participar en el programa ‘Reencontros con Galicia’.
Consuelo nació en la aldea de Santa María de Arco, en Chantada, Lugo, y su familia se fue a Cuba –donde había nacido su madre– en 1956 huyendo de Franco. Tenía cuatro años y desde entonces solo pudo volver en 2018 y ahora.
El regreso fue muy emotivo porque, a pesar del temporal que azotaba Galicia, a su llegada les esperaba su hija, a la que no veían desde hace seis años y que vive en Galicia. “Vino con un programa de la Xunta, le gustó y se quedó. Al principio le ayudaron los familiares que tenemos aquí y ahora ya lleva 29 años viviendo en Santiago y tiene su propia familia”, explica.
Tanto Consuelo como su marido valoran muy positivamente el programa, “esto es increíble –comentan– porque estamos con gallegos que viven en otros países y hemos tenido la suerte de reunirnos en este programa, de conocernos, de poder hablar y que cada uno cuente las vivencias del país donde vive”.
De Otero destaca que “si no fuera por la ayuda que nos da España, no sé qué pasaría porque la economía allí está muy mal y los precios han subido enormemente”. “Alberto es jubilado y lo que gana es lo que cuesta el recibo de la luz”, se lamenta esta gallega residente en Cuba, que da gracias a España porque “donde quiera que hay un español, España los ayuda”.
Consuelo se fue muy pequeña y casi no se acuerda de mucho de cuando salió, pero siempre mantuvo el contacto con la colectividad y pertenece a la Sociedad Rosalía de Castro, “donde se hacen muchas actividades y me mantengo siempre activa en ese sentido”.
Según asegura, “siempre añoré volver a Galicia para ver mis raíces, conocer las costumbres y a mi familia porque yo me fui siendo una niña y fue mucha alegría cuando llegué por primera vez”. En aquel entonces todavía tenía dos tías vivas por parte de padre, una que vivía en Ourense y tenía más de 80 años y que ahora ya ha fallecido. En ese primer viaje conoció a sus primas y pudo volver a los lugares de su infancia.