La sede de la Asociación Española de Puerto Madryn fue la primera estación del tradicional Vía Crucis submarino

El 15 de abril, Viernes Santo, se realizó en Puerto Madryn el tradicional Vía Crucis submarino en su 18ª edición, que reproduce el calvario de Cristo por las 14 estaciones de la Vía Dolorosa, algunas de las cuales se hacen bajo el agua.

La sede de la Asociación Española de Puerto Madryn fue la primera estación del tradicional Vía Crucis submarino
madryn_pesebre_submarino_15_4_22_4
Un momento de la celebración del Vía Crucis.

La actividad, que es única en el mundo, se realiza en esa ciudad chubutense, ubicada frente al Golfo Nuevo, sobre la cara sur de Península Valdés.

El punto de inicio de la procesión fue la iglesia central ‘Sagrado Corazón de Jesús’, a partir de las 17:30 horas, donde comenzó la recreación del calvario que lideró el párroco local en una caravana que avanzó por las calles en un camino de oración, hasta introducirse en el mar para completar las estaciones en compañía de buzos profesionales.

Esta actividad religiosa, que se desarrolla una parte por tierra y otra bajo el mar, tiene como protagonistas principales a los buzos que portan la cruz, acompañados en la superficie por nadadores, remeros y diversas embarcaciones sin motor que dan un clima de espiritualidad en el que se combina lo religioso con la naturaleza.

El Vía Crucis submarino fue bendecido en 2014 por el papa Francisco y reúne desde su origen a miles de turistas y vecinos que participan fuera del agua observando a los 200 buzos y nadadores en la última etapa, acompañados por más de 100 embarcaciones.

Este año, la actividad se inició en la sede de la Asociación Española, con la primera estación, cuando Pilatos entregó a Jesús, quien se encontraba mirando desde la ventana de la entidad.

La actividad se hizo desde el centro de la ciudad hasta el muelle Comandante Luis Piedrabuena, donde los buzos se sumergieron y el resto de los fieles los acompañó con velas, tulipas y linternas que se combinan con la luz de la cruz iluminada al momento de introducirse en las frías aguas, cuando comienza la noche.

La procesión submarina culminó con la salida a la playa del grupo de buzos que acompañan la cruz, donde los esperaba el resto de la población para orar y unirse en cánticos religiosos con la participación del coro municipal.